“A toda madre...”
José María Mena Rentería.
“A toda madre” es la expresión que el gobernador Rubén Moreira Valdez emitiera recientemente durante una de sus estadías en Torreón, cuya ciudadanía, de acuerdo al criterio del ejecutivo estatal, disfruta de la seguridad que debe imperar en todo conglomerado urbano.
Definir de qué manga, o de dónde sacó tal calificativo el inquilino del despacho principal del Palacio Rosa resulta inexplicable. Sobre todo para laguneros como los de Torreón y el resto de las ciudades de la región, (Francisco I. Madero y San Pedro de las Colonias), ciudades todas donde -puede señalarse sin ambages- imparable, más que nunca, puede palparse la actividad delincuencial.
La realidad es que ubicado a una distancia sideral parece eso de que “…estar a toda madre”. Véase porqué: Los homicidios dolosos, que están a la orden del día, tuvieron incremento durante los primeros quince días de octubre del año en curso.
¿En qué mundo vive el gobernador? ¿Cómo sostener eso de “…estar a toda madre? Acerca del incremento en homicidios informaron días atrás la Procuraduría de Justicia del Estado de Coahuila y la Vice Fiscalía del Estado de Durango, para dar datos que nada tienen de reanimantes.
La realidad es una sola: Los que pululan en el inframundo a que se hace referencia actúan a “tambor batiente”. ¿Cabe pues eso de estar “a toda madre”? La respuesta a tal cuestionamiento, es, por obvia, negativa hasta para el más lerdo.
Sin embargo cabe considerar que algo de “razón” asiste al mandatario actual de Coahuila, que está “a toda madre” porque para sus desplazamientos por todos los rincones del estado se hace rodear del equipo de seguridad que salvaguarda su integridad física: Guardaespaldas, armamento, vehículos blindados, comunicación bajo todas sus formas y mecánicas, y desde luego, “ojo avizor” por parte de sus custodios, que hasta el jocoque le soplan debido a cómo se las gastan los que como “Pedro por su casa” deambulan armados por las calles de las ciudades de la entidad.
Veinticinco fueron durante septiembre pasado los asesinatos cometidos en la Comarca Lagunera. Dicho mes cerró con 56 casos. Treinta y uno ocurrieron durante octubre. Agosto pasado cerró con 55 homicidios. Todo, mientras activos permanecían operativos de seguridad…sin resultados.
Mientras tanto, los asaltos a clientes como los de tres cafés-restaurantes de Torreón han menudeado. Lo mismo, tales asaltos han ocurrido en salones de fiestas a grado tal de generar intranquilidad entre empresarios del ramo gastronómico como los que cada vez más escuetos ven los comedores de sus negocios, a los que por temor, la clientela no acude. Caso aparte conforman los atracos a familias asaltadas durante convivios en las cocheras de sus hogares.
¿Estar a toda madre? En Torreón y sus alrededores nadie puede sentirse así. Ni siquiera en estado de catalepsia, es decir, aparentemente ausente del mundo donde habitan los que a pesar de los pesares, osan sostener eso de “estar a toda madre”.
Sí. “A toda madre…” Quizá, tras los recios muros del Palacio Rosa, o en el interior de vehículos blindados como los utilizados por los “gobernantes” o “políticos” de hoy en día, moradores, por otra parte, de fincas convertidas en baluartes inexpugnables erizadas de sistemas de seguridad de todos los tipos y calibres. De ese tamaño es el miedo de sus propietarios, “comandantes”, todos, de pelotones de “guaruras”, cuyo costo va con cargo al contribuyente. Si es así, podría haber razón para eso de… “estar a toda madre”.
“Postre”
En el “salidero” del carril del cargo de presidente municipal, el aún ¡ay!, alcalde Eduardo Olmos Castro, configurado es por la comunidad, en el intento de rearmar, con escombros, el Torreón que con sus huestes se ha encargado durante su período de “gobierno” de derribar privando a la ciudadanía de servicios dignos de tal nombre mientras todo, oficialmente, ha sido colmado con intentos que han dejado en calidad de insufrible secuestro aquello del “rescate” de Torreón, cabecera municipal cuya historia jamás había registrado, en grado superlativo, saqueo y abandono, en todos los órdenes, como el que sus “autoridades” han mantenido vigentes.
Farsa -no puede ser otro el calificativo- para la “auditoría” que está por practicarse -únicamente por un año de “administración”-, al Sistema Municipal de Agua y Saneamiento, (Simas), de Torreón, cuando dicha revisión debería ser por la totalidad de su ejercicio. Así se las gastan los “directivos” de la saqueada para municipal.
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