Así eran
Arcelia Ayup Silveti.
Hace días acudí a una ventanilla de un Banco en la ciudad de Saltillo. Me llamó la atención la señorita que me atendió, porque a pesar de portar uniforme, se veía muy desaliñada, con falta de atención hacia el arreglo de su persona. Estaba sin maquillar, el cabello desordenado y dicho sea de paso, le faltaba un botón en su blusa, sustituido por un seguro. El resto de los cajeros estaban en mejores condiciones que su compañera, pero ninguno mostraba gran dedicación en su cuidado personal.
Salí pensando en qué otros oficios y profesiones tienen la misma situación. Recordé a los choferes de camiones de línea. Si alguna vez viajaste a otra ciudad en autobús de pasajeros, recordarás que los choferes vestían impecables, con camisa de manga corta, corbata, pantalón y zapatos formales. Ofrecían un trato muy cordial con los pasajeros y si tenías alguna de duda te atendían de una manera amable.
Cuando visitabas alguna oficina administrativa daba gusto ver a las secretarias ejecutivas. Vestían con bonitos trajes sastre ajustados, la mayoría de las veces con blusas camiseras, cubrían sus piernas con medias y se montaban en tacones de aguja. Su cabello lucía arreglado y su maquillaje impecable. Incluso, algunas de ellas se adornaban un poco más con accesorios aparte de collares y aretes, con prendedores y pulseras o bien, una delicada mascada alrededor del cuello. Todo luciendo con elegancia y discreción. La cortesía y atención formaban parte de sus activos.
Y qué decir de las aeromozas y los aeromozos, además de jóvenes y bien parecidos, lucían espectaculares. Sabían portar con elegancia sus uniformes, ellas traje sastre entallado, un gorrito no tan lucidor, medias y zapatos de tacón perfectos.
Ellos, camisas incólumes, pantalones de vestir y también zapatos más que limpios. Estos auxiliares de vuelo se esmeraban en la atención de los pasajeros, ofrecían un trato respetuoso.
En cada uno de los trabajos mencionados con anterioridad, era notorio que tenían una capacitación previa para el cargo, en los que la presentación y el trato debían ser cuidadosos en extremo. Así eran, ¿recuerdas algún otro? Dejo a tu criterio cómo lucen en la actualidad.
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