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Septiembre 2013
Edición No. 295
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escuela narvaez gonzalezLas redes sociales y los profes “barcos”

José Epifanio Salazar Chaires.

A veces es necesario echar una mirada a todo aquello que nos rodea y que independientemente de la escasa o nula importancia que podamos dar a ciertas situaciones, no debemos dejar pasar lo que a juicio propio significa pobreza mental y total ausencia de ética profesional.

Resulta que hace algún tiempo detecté en una de esas “redes sociales”, (que bien empleadas podrían ser altamente positivas para la sociedad), comentarios no muy propios de personas que lejos de ser propositivos, denigran a compañeros de trabajo creyendo quedar bien o ser simpáticos, pero que no exhiben otra cosa que una enorme falta de criterio.

Voy a ser más explícito: Después de 14 años de jubilado de una de las más representativas escuelas de la Universidad Autónoma de Coahuila, como lo es la Escuela de Bachilleres “Dr. Mariano Narváez González” turno nocturno, y con la oportunidad que EL PERIODICO DE SALTILLO me ha dado a través de “la paja en el ojo ajeno”, me siento en la obligación moral de hacer estos comentarios acerca de algunos profesores del turno matutino que han perdido la noción de la ética profesional o de plano no la conocen.

Al acceder a esta maravillosa herramienta que es la computadora y el internet, he encontrado un acercamiento a múltiples temas que me permiten actualizarme; pero también, accidentalmente, he “accesado” al llamado “facebook”, donde me he encontrado de todo: Desde el más simple comentario hasta la diatriba y la ofensa, desde un mensaje simpático, hasta imágenes muy, pero muy personales, casi íntimas.

Así pues, el facebook permite a esos profesores ver “la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio”, y expresarse de manera impropia con sus amigos, refiriéndose a algunos de sus compañeros de trabajo llamándolos “grillos”, “resentidos”, “malquerientes”, o faltos de probidad profesional al afirmar que no dan clase y se la pasan en la oscuridad. Esa es precisamente la aplicación de “ver la paja en el ojo ajeno”, puesto que quienes así juzgan, son así: irresponsables, irrespetuosos, profesores “pasalones” o “barcos”, que se ganan la simpatía de los muchachos a base de ponerse a su altura, dejándose llamar de distintos modos, (siento pena repetir tales nombretes en esta publicación); ser objeto de burlas, sentirse jóvenes, cuando ya han rebasado una edad mucho, muchísimo mayor que la de la mayoría de sus alumnos. Ellos creen que así, dejándose perder el respeto, la sana distancia que debe existir entre un verdadero profesor y sus alumnos, les va a dar a ganar un status de camaradería con los muchachos.

Tampoco ha de ser solamente una relación de seriedad, pero sí de respeto, lo que lamentablemente se ha perdido.

Tal vez porque pienso como profesor activo, aunque esté retirado de las aulas y de ese material tan dúctil de moldear para bien o para mal que son los jóvenes, reciba yo también adjetivos como “viejo, amargado, vetusto, acabado, deslucido, estropeado” y otros sinónimos que lejos de ser para mí ofensivos, los asumo con dignidad, con autocrítica.

¡Qué lástima que algunos otros profesores sigan el juego de este tipo de personas!

Al afirmar que únicamente el grupo al que pertenezco es el que trabaja, minimizo a todos los demás, fomento la falta de unidad que debe prevalecer en un plantel en otros tiempos de tanto prestigio, como lo es la Escuela de Bachilleres “Dr. Mariano Narváez González” turno matutino. La publicación casi diaria en la cuenta de facebook del Ing. JESUS BALDERAS REYES,(a quien envidio porque parece que únicamente tiene tiempo para jugar en las redes sociales), está plagada de resentimiento, siempre en plan de ataque contra otros de sus compañeros que seguramente leen lo que este señor escribe pero que afortunadamente no le dan importancia a necedades.

Gran parte de esta anómala situación, creo yo, es la libertad con la que comenta abiertamente estos asuntos, poniendo en evidencia su lugar de trabajo. Creo que la dirección de la institución no tiene conocimiento de tales juegos, como el adular a algunos hasta el extremo de casi besar los pies, hasta vilipendiar a otros. Creo que nada de de esto tiene qué ver con mi estimado MARTIN AGUSTIN MARTINEZ AVALOS, Director de la Escuela, puesto que el “divide y vencerás” no trae nada bueno para una institución que lleva el ilustre nombre del Dr. MARIANO NARVÁEZ, además que pone en evidencia ante los navegantes de la red el escaso respeto que existe entre profesores y alumnos. ¿Qué pensarán los padres de familia que visitan estas páginas electrónicas? ¿Es esta la Escuela donde estudia mi hija o mi hijo?.¡Lástima!

La afición a que me refiero se practica, supongo yo, fuera del horario de trabajo, pero al referirse concretamente al personal de una Institución, se cae en el terreno de la diatriba y la ofensa.

Qué bien que los “aludidos” no le contestan a esta persona como se merece. Es una manera de actuar como dice uno de tantos adagios mexicanos: “a gritos de marrano, orejas de chicharronero”.

Disculpen mis amables lectores que en esta edición no incluya el contenido de costumbre, que es el detectar gazapos de los comunicadores, lo cual dio origen a esta columna; pero creí necesario cambiar de tema.

 
 
 

domingo96_am@hotmail.com.

 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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