Los detractores del estado de
La Laguna
Gracias al dinero y la “imagen” que aporta (ELLA) al proyecto estado de La Laguna, ha prendido *Para el coordinador de ELLA y su respaldo, Tricio, el dinero cuenta, pero para los pensantes, la imagen, mucho más
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
He recibido cartas, telefonemas y a personas que intentan debatir conmigo la cuestión del estado de La Laguna y sus bondades. No soy quién para oponerme a sus sueños y anhelos, además no soy, de ninguna manera, detractor de la creación de este nuevo estado, La Laguna; me he pronunciado reiteradamente contra el proyecto (ELLA) porque directamente de boca del presidente de esa organización, me enteré que atrás de él se encontraba “Lalo” Eduardo Tricio y, como sé la trayectoria de ambos, no creo ni un ápice de lo que proclaman como una necesidad ingente de transformar la comarca lagunera en un estado argumentando el hartazgo por la injusta retribución de impuestos para el gasto público y obras de infraestructura para La Laguna que, amén de privilegiar a Saltillo y a Durango Capital, deterioran el desarrollo de la comarca.
Ambos, presidente de (ELLA) y quien lo respalda, no cuentan con una trayectoria de ejemplo ciudadano para encabezar un proyecto de tal envergadura y además abusan de quienes de verdad están hartos de las precarias condiciones socioeconómicas que prevalecen desde que en 1982 comenzó a deteriorarse La Laguna en todos los sentidos.
Les piden su firma argumentando lo obvio, porque a todos -seguramente- nos gustaría acabar con la clase política y empresarial que ha hecho posible el deterioro lagunero. Mienten al decir que no hay políticos ni política detrás del proyecto (ELLA) y que tampoco hay empresarios sino ciudadanos comunes y corrientes. Preguntémonos… ¿Son ciudadanos comunes y corrientes quienes ganan al día cientos de miles de pesos?... ¿tienen motivos de estar hartos quienes ganan esas sumas enormes de dinero? Por supuesto que no, sin embargo se montan en un sueño añejo no para mejorar las condiciones de vida de los laguneros sino para continuar apropiándose de nuestros recursos, entre ellos el agua y el más valioso de todos, la mano de obra de la ciudadanía lagunera.
¿Por qué creerles a quienes jamás han hecho nada por los demás y sobre todo por la gente de abajo, los pobres? Esa es una de las dos razones que me llevan a oponerme, no a la creación del estado de La Laguna sino a los dirigentes de (ELLA), la otra es que estoy convencido que nada bueno resultará en ésta y cualquier obra que se lleve a cabo sobre bases totalmente podridas; las condiciones políticas en la comarca son desastrosas, todo es trampas y chanchullos electorales y todo es fraude y engaño en lo inherente a la administración pública de estados y municipios.
El presidente de (ELLA) que hoy se dice coordinador -para bajarse un peldaño de su torre de marfil- y “Lalo” el que lo respalda, mantienen ligas inocultables con quienes nos gobiernan en los tres niveles, y ello me lleva a no creer en sus demandas ciudadanas. Díganme ustedes apreciables lectores, ¿los han visto alguna vez luchar por el agua, contra el arsénico, contra el cadmio y plomo que envenena a los laguneros y que mantiene una pandemia generalizada de cáncer, alzheimer y diabetes, haciendo a la Laguna campeona de estos males? Jamás, ni los verán.
Sin embargo, ambos ni siquiera viven en La Laguna pero sus empresas sí afectan negativamente a la comarca en muchos sentidos. Ese cuento de que son creadores de empleos no los justifica porque las condiciones de sus trabajadores no son, por mucho, las mejores de entre las empresas locales nacionales y extranjeras; además, uno de los grupos al que pertenece “un experto, con tesis y toda la cosa” me “invita” a reflexionar sobre lo importante que sería que deje de pronunciarme en contra, “porque gracias a ELLA -arguye, por el dinero y la ‘imagen’ que le han metido al proyecto, el entusiasmo prendió entre los ciudadanos”; me refiero al señor Hugo César Reyes G., de quien sinceramente creo en su mortificación pero también, en que no sabe qué es el dinero ni la “imagen”, porque si eso es lo que aportan los promotores de ELLA y gracias a eso se prendió la idea, pues de eso se trataba, de que prendiera entre la gente, y entretenerla con (ELLA), su dinero y su “imagen”, ¿para qué? Para lo que siempre he sostenido, para ocupar a la gente en esto y que olvide los fraudes electorales y del erario de los Moreira y el arsénico, el cadmio, plomo, y los millones de tarjetas SORIANA y MONEX que le robaron no a los laguneros sino a todos los mexicanos, sus derechos y esperanzas y quien quite y como un extra, como premio “les pegue” tener su estado propio.
Además, con qué poco se prenden los ánimos entre ciertos laguneros; el dinero aportado para la campaña es sólo migaja y morusa y la “imagen” ¿De qué imagen hablan?, la única imagen que debe prendernos y entusiasmarnos es la de que los que menos tienen, la inmensa mayoría de los laguneros, tenga qué comer, salud, educación y bienestar social; la imagen que algunos ven en los de (ELLA) luminosa, otros la vemos como mácula perversa de nuestra sociedad, entonces el asunto es acaso ¿con qué cristal las miramos? Para mi es el bienestar de esa mayoría. O ¿usted qué opina apreciable lector?
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