La peor administración municipal:
la encabezada por Eduardo Olmos
José María Mena Rentería.
La peor, en la historia del municipio de Torreón, es la administración encabezada por el alcalde Eduardo Olmos Castro, favorecedor de los intereses de los hermanos Humberto y Rubén Moreira.
Dócil y servil, dicho “presidente municipal”, obra a favor del ahora “becario” ubicado en España, y de su hermano, el “gobernador” de Coahuila en turno, mientras soslaya invariablemente, los intereses de los torreonenses.
Tal concepto permite establecer lo expresado públicamente, , por miembros de Participación Ciudadana 29, a través de la voz de Ricardo Segura Montaña, Alma Islas Sáenz y Angelina Garza Martínez, representantes de esa agrupación.
Su postura, al igual que la de sus conciudadanos, centrada está en que la próxima administración, con el alcalde electo, Miguel Ángel Riquelme Solís, actúe sin valerse de mentiras y que exija haya transparencia y participación en el inminente proceso de entrega recepción y rendición de cuentas, dada su certeza de que hay delitos que sus causantes deben pagar.
Ambivalente, para el grupo de Participación Ciudadana 29, nada clara es la actitud adelantada a la fecha por Miguel Angel Riquelme Solís, que pareciese no tener conciencia de la situación desastrosa en que va a recibir la presidencia municipal, cuyos funcionarios en turno han antepuesto los intereses de los hermanos Moreira a los del municipio de Torreón.
Para el alcalde electo Miguel Ángel Riquelme Solís hay la exigencia de que sea un alcalde honesto, comprometido con sus conciudadanos, de habla clara y defensor de lo que a los torreonenses por principio pertenece.
De acuerdo a lo sostenido por los integrantes de Participación Ciudadana 29, un “borrón y cuenta nueva” temen haya, algo que no van a permitir en tanto al alcalde electo enfatizan, pues su obligación al ser elegido es no permitirlo.
El Simas
De dimensiones ciclópeas es el quebranto económico del Sistema Municipal de Agua y Saneamiento, (SIMAS), de Torreón, organismo en quiebra cuyo naufragio motivado fuera desde antaño, por “manejos” sucesivos, los actuales incluso, al paso de las administraciones en el gobierno municipal.
Ocioso es mencionarlo: El Simas está en quiebra y su función, consistente en suministrar agua y servicio de drenaje eficientes, están al borde del colapso.
Dos auditorías al SIMAS, una externa y otra por parte de la Auditoría Superior del Estado, a petición de Participación Ciudadana 29, pues su consideración es que hay elementos suficientes para llevarlas a cabo, y cuestionan:
¿Porqué Miguel Ángel Riquelme Solís no se ha sumado a dicha causa si es quién va a encabezar la administración municipal? Y se preguntan: ¿Se está fraguando un “borrón y cuenta nueva” como el realizado a nivel gobierno del estado y del cual Riquelme Solís participó?
Atmósfera
Enrarecida, la atmósfera habida en el municipio, y concretamente en su cabecera municipal, Torreón, va saturada por el desencanto ciudadano, vapuleado con imposiciones como el proyecto de la Gran Plaza, (circo romano del siglo 21), y la aún inconclusa construcción del edificio de la Presidencia municipal, cuyo preámbulo fue la adquisición -al precio que fuese- de terrenos urbanos colindantes ubicados en el primer cuadro de la ciudad, sin que hasta la fecha haya trascendido el monto de su costo, gravado con la arrebatinga de intermediarios y “comisionistas”. Todo, tolerado por el alcalde Eduardo Olmos Castro, titular, sin duda alguna, de la peor administración habida en la historia del municipio de Torreón.
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