Puñaladas traperas
Todas las reformas que el gobierno de Peña Nieto ha llevado a cabo y las qué pretende, tienden al control de las masas y al expolio de nuestros recursos, incluido el de la mano de obra.
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
El gobierno, nuestro gobierno, está transformando todo para que todo quede igual o peor; no sabe qué hacer, anda dando golpes de ciego a tontas y locas; las reformas que ha hecho a nuestra Carta Magna, y las que pretende, no son más que puñaladas traperas al pueblo, sobre todo a los trabajadores; la reforma laboral es un robo en despoblado a la clase trabajadora; la energética apunta a ser el robo más cuantioso jamás cometido contra nuestro país, a excepción del atraco que a base de guerras nos perpetró EEUU sobre los territorios de Texas y de la parte Este de nuestro Norte, California y otros estados. La reformas a la educación es una barbaridad disfrazada de mejoras en la enseñanza propedéutica -preparatoria- para hacer de nuestros jóvenes, sólo servidumbre del gran capital, particularmente del de Estados Unidos, y así, todo lo que hace y plantea este gobierno, de suyo espurio, es terminar con la poca soberanía que aún tenemos.
Es increíble que unos tipos como Fox, Calderón y Peña Nieto, de la mano de Carlos Salinas, intenten entregar nuestras riquezas a unos cuantos, nacionales y extranjeros y no conforme con ello, han alineado a nuestro país en la militarización global encabezada por EEUU, país que ya tiene bases militares en México y cuenta con la servidumbre del ejército y del comandante supremo de nuestras fuerzas militares, el señor Enrique Peña Nieto. Traicionar al pueblo es traicionar a la patria; entregar nuestros recursos al extranjero es traición a la patria; depredar la economía, la educación y la salud de los mexicanos, de parte de cualquier ciudadano mexicano, es traición a la patria, y para este delito de lesa patria, existe en nuestra Constitución un castigo ejemplar, el máximo castigo, de ahí que todas las reformas son llana y vilmente reformadas para exculpar a quienes traicionan nuestra patria. No hay otro motivo.
Cuando el PRI con la complicidad del PAN modificó el artículo 82 de nuestra Constitución para que un hijo de extranjero pudiese ser nuestro presidente, fue también una traición a la patria y este delito todavía ha quedado impune; recordemos que gracias a este cambio, engaño malévolo impuesto por EEUU a nuestro gobierno, tenía un destinatario y un objetivo; por ello llegó Vicente Fox a la presidencia y esas esperanzas que se fundaron en el cambio con su llegada, se convirtieron en una pesadilla para los más de 100 millones de mexicanos; el fraude electoral del 2006 al igual que el de 1988, tenían el mismo objetivo que el fraude electoral del año pasado, imponer a los mexicanos el designio de Washington, convertir a nuestro país en un territorio para su expoliación y a un pueblo, el nuestro, en la suerte del nuevo esclavismo.
Hoy, al parecer, los maestros de Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, la CNTE, son los únicos mexicanos que luchan por no ser esclavos del nuevo Orden Internacional, se les han sumado algunos grupúsculos de inconformes contra la corrupción y la impunidad que reina en México, y todo este bárbaro saqueo se hace ante el silencio cobarde de todos nosotros.
El gobierno, nuestro gobierno, usa nuestros recursos para pagar a los medios y mentirnos, engañarnos; también lo usa para comprar voluntades de cómplices y víctimas de su maldad, como la compra de votos a la gente pobre, y no poco de ese nuestro dinero, se va a los bolsillos de políticos, funcionarios públicos y grandes empresarios, los que en un vil contubernio, se han enriquecido a nuestra costa; más no conformes, mantienen a México en un Estado de Excepción, con la amenaza creciente de hacer de quienes protestamos por los atracos, engaños y mentiras de que somos objeto y víctimas, una horda de delincuentes: Así las cosas, y la verdad, no tenemos idea de hasta dónde nos lleva este mal gobierno. O ¿usted qué opina apreciable lector? |