Agua a la cuenca



José Flores Ventura.

Una rápida lluvia pasajera acabó por mojar la única parte que faltaba en el sureste de Coahuila llenando sus vasos que en forma de bordos y rústicas presas sirven para sustentar mayormente el ganado caprino y vacuno de estas comunidades y de paso llenar de verdor su entorno.

Una de estas presas es la de Pantalones en la Cuenca del Pelillal; en dos ocasiones que la he visitado pude comprobar como es tan necesaria el agua para la vida silvestre, ya por la gran cantidad de fauna que se acerca a ella para sobrevivir. Entre los animales grandes que pude divisar está el coyote, el lince y el zorro, cazadores de conejos, liebres y topos que se resguardan cerca del bordo de la presa, estos últimos escarban la tierra desde abajo devolviendo valiosos nutrientes hacia afuera. Las aves acuáticas hacen bellos ballets en el agua o el cielo como los patos del género Anas, garzas y tildios; muy de cerca acechan las aves de rapiña o carroñeras como águilas, el raro caracará ya que prefiere zonas más húmedas, los esquivos tecolotes y los zopilotes que se posan en las copas de los árboles para asolearse al amanecer.

Los reptiles son los amos de este entorno destacando las víboras de cascabel único sitio donde cohabitan las cuatro especies más comunes. Las lagartijas se lanzan al aire atrapando moscas o chapulines que son sus preferidos, acechándolos desde la sombra de los matorrales y en esta época sus vientres lucen regordetes. Es de los pocos sitios donde aún puede verse la tortuga del desierto deambular en plena libertad recorriendo los valles buscando nopales, tasajillos y tunas dejando su actividad en la arena o lodo junto a otros tantos animales. Como por arte de magia miles de ranitas salen del lodo que los tuvo aprisionados por meses en forma de huevos y pareciera que la tierra se mueve al paso por la orilla del agua por el brincoteo que hacen cientos de estos anfibios de un lado a otro tratando de no ser pisados, un banquete seguro para muchas aves y otros animales que aprovechan este raro acontecimiento natural.

Apenas acaba de llover y miles de plantas florecen en su entorno con miles de flores que atraen a miles de mariposas tantas que parece santuario de muchas especies revoloteando entre la alfombra formada por pequeñas plantas rastreras que se unen hasta tapizar por completo extensas áreas anexas a la presa. En este momento contabilizo unas 70 especies diurnas de las 150 registradas para esta región sin contar las cientos de otras de hábitos nocturnos.

Los insectos son sin duda el mayor indicador de salud ambiental estando representados por las mariposas que en sus trayectos se paran a convivir en este espacio arrinconado de la serranía. Abejas y libélulas comparten las flores, estas últimas se posan en los tules o ramas quedándose quietas por varios minutos mientras otras se aparean, son varias especies que llegan al lugar desde pequeñas azules a gigantes rojas. Los artrópodos dominados por las arañas tejen sus telas en muchas partes siendo la más atrayente las arañas del género Argiope que diseñan con espectacularidad geométrica sus telas a través de las ramas de arbustos y perfectamente visibles desde lejos con la luz incidente del sol en la mañana o al finalizar el día.

Cabe recalcar que esta presa está ubicada en el centro geológico donde se ensancha la cuenca del Pelillal, ya que abajo una falla hace que las placas se separen, también es el centro de esta Cuenca que la parte en dos y fue el centro de la cultura Pelillal que hace miles de años dejó la más impresionante muestra rupestre en Coahuila con miles de tableros y representaciones que luego influenciaron otras regiones anexas. Desde esos tiempos el agua fue fundamental para hacer crecer estas culturas y hoy aunque es menos abundante aun nos maravilla lo grandioso del lugar que nos regala espléndidas vistas y hallazgos.