A 20 años todo sigue igual
Fidencio Treviño Maldonado.
A dos siglos de la independencia y México sigue igual, dependiendo de tecnología, educación, alimentos y hasta de la música de cantantes extranjeros y añoñados. A más de 100 años de la revolución la patria, la república sigue igual o peor; el campo, la desigualdad social y la injusticia merodean la clase baja y miserable del país, caciques disfrazados de políticos y como parteaguas de la política rastrera que se vive en el país está de ejemplo a 20 años del asesinato del candidato del PRI Luis Donaldo Colosio Murrieta, las interrogantes son más ahora que cuando se detuvo a varios involucrados en el asesinato. La población, los ciudadanos comunes y corrientes no se creen eso de que fue “un asesino solitario”, Mario Aburto Martínez, la mayoría cree que fue un crimen de Estado, es decir mandado desde adentro del gobierno, como el de Madero y Pino Suárez, el de Pancho Villa, Zapata, Carranza, Obregón, Ruiz Massieu, Felipe Ángeles, y Madrazo entre otros con fechas indistintas pero con el fin -como en este caso- de sacarlo de la jugada política.
A 20 años del asesinato en Lomas Taurinas, nada ha cambiado, la ley y sus tentáculos sigue siendo peor cada día, los criminales vagando en los laberintos oscuros y luminosos de los recintos de justicia. De los más de 150 mil crímenes causados por el crimen organizado en los últimos 10 años, por las bandas delictivas o por otra causa, de éstos ni el 8 % se ha resuelto, nadie los sigue, no hay respuesta fidedigna, no hay responsabilidad para el Estado, no existen tácticas o reglas de técnicas para seguir las verdaderas líneas de investigación que conduzcan a la veracidad en los miles de asesinatos, desapariciones, secuestros, desfalcos, fraudes, corrupción, etc. Son sólo números y cifras que en estadísticas multicolores quieren esconder su pendejez y su inutilidad. Se han creado cientos de grupos policiales, para esto, comisiones para lo otro, se gastan millones de pesos y el resultado es nulo, sólo la prepotencia de algunos grupos policiales es lo que el pueblo tiene como defensa o como siempre sucede como enemigos y como viles maleantes traen algunas corporaciones el rostro tapado.
Los intocables en la época de 1930 en los Estados Unidos de Norteamérica, eran gente preparada, personas que tenían línea de investigación, que respetaban a los ciudadanos honrados, en el país antes y después del asesinato de Colosio la cosa sigue igual o peor, ahora con el rostro tapado y con armas apuntando a los que los mantienen (o sea el pueblo que paga impuestos) estos grupos policíacos no dan confianza, dan terror, miedo, abusan de sus puestos y sus armas y de pendejos se pasan los que denuncian, porque según la cifra no ganan nada y peligro de que les vaya peor.
El pueblo no quiere y ya no cree en golpes espectaculares que da la policía, y que nos las indilgan en las noticias amarillistas, que mataron al “Chente” que agarraron al “Medias Suelas”, al “Chimuelo” Ortiz, al “Chapo” Guzmán, a la Gordillo, al “Chino Pecas”, al “Ratón” Cienfuegos, y 6 bandas de secuestradores, entre otros golpes que la policía da y que a los cuatro días, un señor juez -por estar mal escrita o dictada la averiguación( $$$$$)- estos malandros andan más libres que la paloma de San Juan.
Señores, el artero crimen (todos los crímenes son arteros) de Colosio es sólo parte de la pudrición y corrupción que imperó en su tiempo y que a 20 años de su asesinato sigue la aplicación y sus oxidados aparatos de justicia peor en el país. Ahora es la misma clase política quien lo mandó al matadero y es quien lo hace un icono de la democracia, lo mismo pasó con Hidalgo, Allende y después con Madero, Carranza y Alvaro Obregón, éste último el más reciente.
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