Un libro de historia para Coahuila
Alfredo Velázquez Valle.
En septiembre de 1937, el gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río, lanzaba una “exitativa” a los gobernadores de los estados y territorios de la República Mexicana, a través del entonces Secretario de Educación Pública, Lic. Gonzalo Vázquez Vela, para que convocaran, en sus respectivos ámbitos de gobierno a un concurso sobre la elaboración de un libro de Historia y otro de Geografía para el tercer año “de la enseñanza primaria urbana.”
La convocatoria hacía especial énfasis en que fueran maestros, historiadores, geógrafos y escritores los que se dieran a la tarea de participar en la elaboración de dicho texto escolar y lo presentaran con fecha límite de 1° de febrero de 1938.
Por Coahuila, no hubo texto de Historia presentado a consideración del jurado que debería dictaminar su pertinencia, de acuerdo a las características requeridas en la citada convocatoria, y sobre las cuales volveremos más adelante.
Sin embargo, en el campo de la Geografía si se presentó una propuesta de libro de texto el día 29 de enero, es decir, dos días antes de cerrar la recepción de libros para concurso.
El autor, cuyo pseudónimo fue “Eloy Salinas”, no era otra persona que el maestro José Rodríguez González, antiguo Director de la desaparecida Dirección General de Instrucción Primaria del Estado y Ex Director, así mismo, de la Escuela Normal de Profesores.
Aunque, presentado en tiempo y forma y con los requisitos señalados en el documento convocador, el “Jurado Calificador del concurso de obras de texto de Geografía e Historia del Estado” (como así se le llamó), integrado por un representante del Estado (Profr. José Ma. Hernández), uno de la Secretaría de Educación Pública (Profr. Federico A. Corzo), y uno más del Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza (Profr. Melchor Sánchez Jiménez), consideró que el texto de Geografía, no había sido de su entera satisfacción y denegó entregar el premio en metálico a dicho maestro, no así una gratificación por el esfuerzo realizado.
Pero, volviendo al texto de Historia del cual no se recibió ejemplar alguno para concurso, hemos de señalar que resulta significativo lo que de dicho texto, a elaborar, se pedía.
Hemos de recordar previamente, que implementada la reforma al artículo tercero constitucional en diciembre de 1934, que establecía en las escuelas públicas y privadas del país la educación socialista, los textos, ahora solicitados, deberían estar orientados bajo el espíritu que impregnaba dicho precepto constitucional reformado.
Antes de extractar párrafos que, por su contenido, evocan un tiempo en que la Historia se interpretaba como vehículo para la comprensión del entorno desde una perspectiva dialéctica materialista (científica) y, así mismo, como agente para la toma de conciencia para el cambio y la transformación del medio, en provecho del trabajador, hemos de notar que, el divorcio entre la teoría (carácter socialista de la escuela) y la práctica (maestros “de banquillo”) se hizo presente en toda su crudeza cuando se pretendió su aplicación efectiva y, como bien apunta Josefina Zoraida Vázquez, en su libro “Nacionalismo y Educación en México”:
“En realidad, el cambio fue más o menos el que tradicionalmente se adopta en México con las leyes educativas: se cambiaron los textos, se publicaron folletos sobre la reforma, pero se continuó en gran parte enseñando lo mismo. La demagogia aumentó considerablemente y los eventos alusivos al proletariado y a los campesinos se multiplicaron, pero como los maestros seguían siendo los mismos, era difícil cambiar las enseñanzas de la noche a la mañana.”
Hechas las consideraciones anteriores, y sin más preámbulo, te compartimos trozos de significancia histórica de este documento que resguarda este Archivo Histórico de la Secretaría de Educación.
El Concurso del libro de Historia estará sujeto a las siguientes
BASES
Primera.- Del contenido de la obra de Historia.
Las obras que se presenten a concurso deberán abarcar en su contenido, en forma sintética, la evolución histórica de la Entidad Federativa, presentando con claridad, en la sucesión de los planos históricos, los orígenes de la población, la evolución de ésta; las formas de la propiedad, del gobierno y del trabajo; el desarrollo de las Instituciones y su estructuración económica; las leyendas y tradiciones, vestidos, usos y costumbres; los medios de transporte; haciendo la valoración crítica de mitos, leyendas y tradiciones y la interpretación materialista de los hechos históricos con las deducciones correspondientes.
Segunda.- De las finalidades de la enseñanza de la Historia.
a) Los autores deberán hacer inteligible al alumno el medio social en que vive,, dentro de la teoría de que la Historia es el relato de la vida de la Humanidad que debe aprovecharse a fin de mejorar las condiciones de dicha vida, tanto por lo que hace al presente como al futuro, ya que de dicho estudio se extraerán los conocimientos necesarios para fijar nuevas normas para la existencia humana.
b) Deberán mostrar al aluno la verdad histórica en su mayor pureza y lo ejercitarán en el descubrimiento y apreciación de esa verdad. Para ello se pondrá de relieve el carácter fundamental que en el desarrollo de los procesos históricos tienen los fenómenos económicos y la lucha de clases.
c) Se presentará la Historia, animada por la conexión causal, es decir, la Historia objetiva de las sociedades humanas y se evitarán las exposiciones subjetivas en la presentación de los hechos históricos.
d) Se procurará ejercitar a los alumnos en la formación de juicios acerca de las épocas, hechos, ideas y personas que figuran en el desenvolvimiento dialéctico de la Historia humana, procurando que la formación de juicios conduzca a la destrucción de todo linaje de prejuicios, fanatismos y errores.
Tercera.- De la forma y método de los libros de Historia sujetos a concurso.
a) Los libros deberán responder a los imperativos de la técnica moderna de la enseñanza de la materia y por lo tanto presentarán un sentido de referencia y de aplicación inmediata a las condiciones sociales existentes.
b) Los libros irán acompañados de los grabados necesarios para la ilustración del texto, en el concepto de que siempre que sea posible, se presentarán fotografías originales.
c) Los libros deberán contener los necesarios resúmenes, ejercicios, bibliografía y guías de viaje adecuados para facilitar su estudio, haciéndolos así, ricos en sugerencias que provoquen interés en el educando por ampliar su horizonte intelectual y su actividad consecuente.
d) Se eludirá en la exposición cualquier forma demagógica, empleándose una acción ideológica indirecta en la forma y directa en el contenido, reflexiva y científica, que descubriendo al educando la realidad histórica, lo conduzca a una posición, justamente revolucionaria.
e) Los libros serán escritos en forma de accesibilidad progresiva y en consonancia con el mundo, el caudal de experiencia s y el léxico del alumno, cuidando que la exposición ideológica se haga, en cuanto a la forma correcta y bellamente literaria.”
Mexico, D.F, 22 de septiembre de 1937.
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