De quién es PEMEX

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

¿De quién es PEMEX? Esta pregunta nos la tenemos que hacer los mexicanos, lo mismo que la de ¿De quién es La Laguna?, ¿de quién es el erario federal?, ¿de quién la presidencia de la república, el gobierno de Coahuila o la presidencia municipal de Torreón? El debate político sobre estas preguntas nos lleva a respuestas ambiguas, inciertas y fantasiosas. Preguntas que como única respuesta dicen: Todo es de alguien menos del pueblo de México, el sistema político nacional coludido con las grandes empresas se han adueñado de todo lo que eufemísticamente es de los ciudadanos, incluso la democracia sale sobrando porque jamás ha existido. Nosotros los mexicanos jamás hemos sido dueños ni de nuestro destino y los laguneros menos.

La Constitución Política Nacional, la del siglo antepasado (1857) la del siglo anterior (1917) y la actual, totalmente modificada a modo de que unos cuantos sean los beneficiarios del poder político y por ende de los recursos nacionales, han sido diseñadas por quienes en su momento tuvieron el poder de formularlas, transformarlas y adecuarlas a sus intereses particulares, y no para que sirviera de herramienta del pueblo para encontrar la justicia y el bienestar general. Las hicieron y las modificaron conforme sus intereses fueron adecuándose a ser los beneficiarios del poder y de lo que de este emane. Siempre los cambios los han efectuado los ricios, los oligarcas, unos cuantos vividores que supieron plasmar en un “pacto nacional entre ellos y el pueblo” para perpetuarse en el poder y en la opulencia a costa de los que menos tienen, las mayorías.

Con el escándalo de Oceanográfica, la empresa que recién ha sido descubierta por sus trapacerías llevadas a cabo con las influencias de Marta Sahagún y de sus hijos, pudimos enterarnos de lo que ya todo mundo, de la política sabe: Pemex es de unos cuantos y el discurso dirá que es de los mexicanos. ¿Por qué el gobierno tiene que esgrimir un discurso que no empata con la realidad? Y ¿por qué los mexicanos tenemos que tragarnos siempre el cuento de esos discursos? Las respuestas son simples y claramente entendibles, el gobierno maneja un discurso contrario a la realidad y a los hechos, porque considera que el pueblo es estúpido, pusilánime y olvidadizo, y por lo mismo jamás le pedirá cuentas al gobierno, porque el gobierno se ha apoderado de los recursos y ha sobajado al pueblo, colectivamente a mero espectador y oidor de sandeces y mentiras.

El escándalo de Oceanográfica sacado a la luz por un banco extranjero que fue afectado en sus intereses, nos enseña que si ellos fueron afectados por firmas falsificadas de funcionarios de PEMEX, y por ello perdieron 585 millones de dólares, ¿con cuántos millones de dólares fue afectado PEMEX? Eso no lo vamos a saber porque quienes defraudaron a PEMEX son quienes deciden a quien señalar como defraudador; son juez y parte, y lo mismo sucede con otro fraude a PEMEX perpetrado por una empresa propiedad del ex secretario de Hacienda Pedro Aspe Armella.

Entonces, PEMEX es de quienes ostentan el poder, ya sean estos del PRI, del PAN o de sus cómplices, la clase empresarial mexicana y extranjera. El petróleo ni la empresa son de los mexicanos, nunca han sido más que en los discursos demagógicos de los políticos. Por ejemplo: para volver a ser dueño de PEMEX el PRI, y quitárselo a los del PAN, recurrieron a muchas maniobras tramposas, una ellas, el esquema fraudulento M&S (Monex y SORIANA), una nueva forma de robar, de engañar y de apropiarse de los bienes del pueblo vía la compra de votos a la gente jodida, la que está jodida porque el sistema político nacional hace que siempre exista un gran segmento de la población empobrecida, reducida incluso a la hambruna, de ahí el éxito del PRI y ahora del PAN, partidos que sin tantos pobres cuasi miserables, no podrían existir, de ahí que el PRI, para recuperar PEMEX y todos los recursos nacionales, hubiese diseñado de la mano de MONEX y Ricardo Martín Bringas director de SORIANA, un nuevo esquema de robo a la nación.

¿Y qué le pudo ofrecer el PRI a Martín Bringas a cambio de haberse prestado al esquema fraudulento M&S (Monex y SORIANA? Por lo pronto utilidades pecuniarias y a mayor plazo, un estado nuevo para ellos solitos, el Estado de La Laguna. De ahí que un miembro de la familia Martín Bringas haya encabezado el movimiento (ELLA) El Estado de La Laguna, para cobrar el fruto de su complicidad con Humberto Moreira, presidente en ese momento del PRI, y representante del candidato Enrique Peña Nieto, principal beneficiario del fraude maquinado y perpetrado por el partido tricolor, la empresa financiera MONEX y el Grupo SORIANA; esa es la única lectura que le veo al entusiasmo de (ELLA) El Estado de La Laguna. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

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