... En los estadios, ¿A quién culpar de la violencia?

Ángel Zavala Jr.

Seguramente estás enterado de lo que sucedió en el Estadio de Fut Bol de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. El domingo 23 de marzo pasado, durante el partido entre los equipos “Chivas” de Guadalajara y “Atlas”, una turba de individuos alcoholizados, drogados o más grave aún: inadaptados sociales, resentidos, enfermos de violencia, abusivos, montoneros, …los calificativos no son suficientes para referirse a esos mal llamados “seres humanos”. En su forma de vestir, de comportarse, en sus rostros que reflejan un gran cinismo, podemos explicarnos una parte de esa violencia que hoy por hoy está presente en las tribunas de “aficionados” al deporte de las patadas.

Se nota que todos ellos, TODOS, los integrantes de esos grupos que dizque animan a sus equipos, las mentadas BARRAS o PERRAS, o no sé cómo les llaman no tienen otra cosa qué hacer en un estadio más que cometer toda clase de fechorías, golpear gente, hacer estallar y lanzar esos peligrosísimos petardos y luego ocultarse entre el resto de la horda como unos verdaderos cobardes, confundidos entre los verdaderos aficionados que van a disfrutar de su deporte favorito.

Pero: ¿ a quién culpar de la violencia en las tribunas de los estadios, sean éstos de cualquier deporte? ¿a los organizadores? ¿a las altas autoridades policiacas por la falta de un operativo de prevención de la violencia? ¿a la venta indiscriminada de bebidas alcohólicas, o al tráfico de otras sustancias? ¿a los padres de familia, maestros, sacerdotes, pastores o cualquier otro guía que haya hecho mal su trabajo educativo?

A decir verdad, todos tenemos algo de culpa, pues comenzando por la ausencia de la autoridad paterna, la tolerancia de las autoridades, el miedo a denunciar a esos vándalos y la conveniencia para los equipos deportivos de tener “fanáticos” como ellos, son un buen caldo de cultivo que favorece la aparición, desarrollo y tolerancia a esas actitudes a todas luces reprobables.

Pero no me vaya usted a decir que esos tipos van a disfrutar del partido, a ver ganar a su equipo o a conformarse con una derrota deportiva…¡NO!, ellos van a hacer desmadre, van a ver a quien hacer daño, a poner en evidencia un círculo social cuyos actos violentos son su característica; como si gozaran verdaderamente de su falta total de educación, de mostrar ante quien pueda verla, una cara de cavernícola -sin ofender a los antepasados del hombre - que infunde temor y náuseas. Pobres tipos. Y todavía hacen gala de sus fechorías en las redes sociales.

Un tipejo de esos, con participación en los actos vandálicos, el domingo 23 de marzo “subió” a su cuenta de “face”, fotografías tomadas con su celular y textos en los que se reía de la forma en que todos los trogloditas golpeaban a los policías que inútilmente trataban de controlar con simples toletes, la violencia exacerbada de la plebe “futbolera”.

Desafortunadamente no es un tema nuevo. Es sabido de la existencia y desaparición posterior de los llamados “Hooligans”, que provocaban verdaderas tragedias en los estadios ingleses y que aparentemente actuaban bajo la complacencia de los clubes, a los que les era conveniente tener “inchas” como aquellos, que ni de fut bol sabían absolutamente nada, pero asistían a los partidos a generar violencia entre ellos y, consecuentemente en perjuicio del verdadero aficionado… Cualquier parecido con aquellos tiempos, es nada, comparado con estos “hooligans” -mal llamados mexicanos- que han sentado sus reales en las diversas plazas futboleras, y en algunas plazas beisboleras, donde no se cantan tan mal las rancheras.

En unos días se llevará a cabo el Mundial de Fut Bol en Brasil, país en el que se sueña, se vive, desayuna, come, cena, y hasta se muere por el Fut Bol, espero que no se presente la violencia en los estadios. Imagínate, amable lector, un “encuentro de turbas” “brasileiras y mexica-hooligans”, no quiero ni pensarlo. Los aficionados que le van a la Selección mexicana, “Al Tri”, han encumbrado hasta más allá de las nubes al equipo representativo que pasó de “panzazo” al Mundial, se van a quedar con la aplicación de la frase: “jugaron como nunca; perdieron como siempre”…¡ Ah, pero eso sí: de cara al sol!… como si eso sirviera de consuelo.

¿Qué ganan los mexicanos con que “somos campeones olímpicos”?, seguramente los míseros recursos destinados al campo serán acrecentados; y llegarán completos a sus beneficiarios finales, a los hombres que se la parten para arrancarle a la pobre tierra unas cuantas mazorcas y un poco de frijol, que ni siquiera es suficiente para su consumo, que esos recursos no se vayan quedando “atorados” en diferentes escritorios -y bolsillos- de los funcionarios. De seguro, el hecho de ser “campeones del Fut Bol Olímpico” motivó la desaparición absoluta de la miseria, y los recursos para la Educación rindieron frutos en los niños y en los jóvenes.

¡Qué bueno que ganamos el campeonato de Fut Bol Olímpico, porque eso levanta muy en alto a los mexicanos! ¡Qué carajos!... De poco o nada sirve que se destinen millones y millones de pesos para programas de asistencia social si unos cuantos se queden con las tajadas mayores de los recursos públicos, ¡como si jugando Fut Bol y agrediendo a otros en los estadios sin motivo aparente, significara que México avanza en el desarrollo a pasos agigantados y la miseria de su gente desaparecerá como por arte de patear un balón.

Se quedan en el tintero otros temas, como la iniciativa de ley del diputado Refugio Sandoval, del Partido Verde Ecologista, que se refiere a la desaparición de los animales en las funciones de circo, Iniciativa que me parece boba, toda vez que los diputados son electos para elaborar leyes o reformar las ya existentes, en beneficio del pueblo… Eso de los animales de circo, -que por otra parte son objeto de cuidado por representar la “herramienta” de trabajo circense- debería quedar como una simple recomendación, pues las iniciativas de ley deben ser dignas de mejores causas. Ángel Zavala Jr. seguirá al pendiente.

angel.zavala14@hotmail.com