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el periodico de saltillo
Agosto 2014, ed. #306


Los pasivos de Pemex a otro Fobaproa


La reforma energética fue todo un cuento como el de Pinocho, hilado en urdimbres de mentiras
y falsas suposiciones. Desde el principio se contempló -a espaldas del pueblo- cargar los pasivos
de Pemex a los mexicanos con un nuevo IPAB/Fobaproa de tamaño bestial. Un billón
347 mil millones de pesos más a la deuda pública. ¡Que desvergüenza y cinismo!


Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Con la reforma energética, Enrique Peña Nieto ha engañado vilmente al pueblo. Dijo que era para hacer la economía más ligera y manejable; que traerían beneficios múltiples al país y que entrarían miles de millones de dólares en inversiones. Todo era un cuento perversamente hilado en una urdimbre de mentiras, porque de lo que se trataba en el fondo era: 1.- Entregarle los negocios del petróleo y el gas a la iniciativa privada y a las trasnacionales, como un compromiso previamente contraído a espaldas del pueblo por el PRI y por el PAN, y 2.- Entregar completamente saneado el negocio del petróleo y gas a los nuevos beneficiarios, nacionales y extranjeros.

O sea que los pasivos de Pemex como deudas a proveedores y el pasivo laboral que suma la friolera de un billón 347 mil millones de pesos, pasarlo a un nuevo Fobaproa/Ipab tan inflado que es superior a la suma original del Fobaproa por el rescate bancario y el rescate carretero. Todo ha sido un engaño y hoy quieren hacerlo aparecer como si fuera idea de algunos legisladores para dar borrón y cuenta nueva a todas las trapacerías del gobierno federal, coludido con el sindicato petrolero y con empresarios contratistas de obra, transporte, refinación y exploración. Todo fue un ardid que hoy tratan de presentarlo como una opción, cuando desde un principio, de manera subrepticia ya se había manejado dicha opción, la de pasarle la deuda al pueblo, de todas las trapacerías que políticos, funcionarios públicos y líderes sindicales, perpetraron en los últimos 30 años, desde que nos empujaron el NEOLIBERALISMO.

Para darnos una idea del tamaño del boquete que Peña Nieto nos está haciendo de manera engañosa y fraudulenta, la deuda interna y externa del gobierno federal es superior a los 6.6 billones de pesos y con este nuevo Ipab/Fobaproa del rescate del pasivo de Pemex, la deuda será superior a los 8 billones de pesos, los que pagan intereses. ¿Sabes estimado lector, cuánto paga de intereses y comisiones por la deuda el gobierno federal? 593 mil millones de pesos al año y sólo de intereses y comisiones, y con el rescate del pasivo de Pemex se pagarán muchos más pesos anualmente, lo que equivale a $ 39 mil 700 millones cada mes, igual a: 1,323 millones de pesos diarios, lo que es lo mismo que 55 millones de pesos cada hora que trascurre. De ese tamaño es la deuda, la que es impagable y el gobierno la disfraza de “rescate financiero”, pero que en la realidad es un absoluto engaño y robo al pueblo de México.

¿Con 55 millones de pesos que el gobierno paga de intereses cada hora, cuantos mexicanos pobres podrían salir de sus problemas? Todos si la deuda del gobierno estuviera en ceros, pero este gobierno lo que dice que hará es dejar en ceros el hambre en este sexenio. Otro engaño vil de parte de Peña Nieto y la pandilla de funcionarios que le rodean.

La pobreza, la miseria y el hambre se combaten con empleos justos y remunerativos, con sueldos y salarios decentes, no con mentiras y demagogia, y menos teniendo en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) a Rosario Robles Berlanga, una persona probadamente inútil, deshonesta e incapaz de hilar un programa tan delicado como es el de combatir el hambre. La señora Robles Berlanga ha dicho que ya aligeró el hambre a 3 millones de mexicanos, ¿y los otros 24 millones cuándo? Nunca, y lo podremos constatar no al final de este sexenio sino año con año. En el 2006 había según el INEGI, 53 millones de pobres, para el 2012 subió a 58 millones, de éstos, 23 millones en la pobreza extrema, o sea hambrientos, y en el año y meses que Peña Nieto ha intentado gobernar, los pobres son más de 62 millones y 27 millones entre éstos, se encuentran al filo del hambre. Ahora súmele lo que le aumentarán a la deuda con el rescate de los pasivos de Pemex, y al término de este sexenio que pinta a ser peor que los de Fox y Calderón, los pobres podrían llegar a 68 millones y los hambrientos a 30 millones. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?


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