La Gran Aventura de Coahuila Rupestre

José Flores Ventura.

A la vieja usanza de bitácora de viajero de la era victoriana, Rufino Rodríguez Garza en su libro Coahuila Rupestre, narra las aventuras que cada fin de semana se ven enriquecidas con nuevas páginas con registros de regiones inexploradas.

La bitácora personal de Rufino se ha transportado al libro, una muestra de los registros de sitios arqueológicos tan abandonados que en muchos casos ha sido él, el primero y único que los ha visitado desde que fueron hechos hace miles de años atrás. Coahuila es un sitio único, posee quizás el mayor acervo arqueológico de América pero tan poco estudiado por los arqueólogos que sus sitios están a la deriva del olvido y destrucción.

Sin embargo Rufino ha salido al rescate documentando piedra a piedra cada rincón de cada serranía que se le atraviese, habiendo hasta la fecha registrado miles de sitios, algunos de ellos con miles de piedras con grabados y pinturas rupestres en miles de fotografías, videos y notas en bitácoras personales a lo largo de tres décadas de paciente búsqueda de lo inesperado en el desierto de éste gran estado.

Las aventuras semanales, de las cuales y también he sido testigo, nos han llevado a lo más recóndito, bajo las nubes de polvo de desiertos de arena hasta torrenciales aguaceros que crean lagunas en un instante, atravesados por espinas que a cada paso se clavan para impedir seguir a estos impenetrables lugares pero siempre salimos avante.

Estas aventuras casi no han variado desde hace 25 años, siguen siendo prácticamente las mismas: salir el sábado a las 14:00 rumbo a un lugar a veces no planeado, avanzar hasta lo más que se pueda con el vehículo, explorar hasta antes de que llegue el alba, acampar y juntar leña, encender la fogata y cenar para luego dormir en la intemperie para el otro día proseguir. Coincidimos que no hay como dormir bajo el cobijo de miles de estrellas en la quietud del abandono.

El libro Coahuila Rupestre narra en capítulos sencillos, los más importantes lugares visitados en los últimos años, aunque no todos por falta de espacio, si abarca el sur de Coahuila, desde la Comarca Lagunera con su mítica Laguna de Mayrán y sus imponentes sitios de la Jococa, pasando por el epicentro de la cultura de San Rafael, adentrándonos por nuevos y fantásticos sitios del norte de Parras y Mesteño, la majestuosidad de Narigua y sus regiones, hasta la multicitada Cuenca del Pelillal donde cada vez que la visitamos descubrimos más intrincadas cosas, vestigios de antiguas culturas las cuales queremos despertar de su pronunciado letargo.

Los capítulos se ven enriquecidos con pasajes anecdóticos así como de importantes notas históricas o de creencias nativas que en conjunto hacen una amena y agradable lectura ideal para instantes vespertinos bajo la sobra de verano en cualquier lugar de esta bella región. La edición es sencilla pero bien cuidada, pocas fotos pero tangibles y la lectura se diluye como agua a sediento, página a página y cuando menos espera se acaba el libro dejándonos con sabor a más pero satisfechos de un buen pasaje de conocimientos.

Cada palabra escrita lleva el sudor de la escalada de colinas escarpadas o a través de valles secos bajo el intenso sol, cada letra vale el esfuerzo del detalle de explorar roca a roca los vestigios de quienes nos antecedieron en este lugar que es un misterio en la arqueología mundial, y eso es lo que mueve a Rufino cada fin de semana, buscar lo que no perdimos pero que todos queremos saber, la herencia de nuestros antepasados coahuilenses.

jose_flores@whirlpool.com