Despiadado guillotinazo al IEPC
David Guillén Patiño.
CENTRALISMO. Por definición: Sistema político o administrativo que defiende la acumulación de las funciones de gobierno o de administración en un solo poder central, sin dejar ninguna competencia a poderes periféricos o locales.
Con Enrique Peña Nieto, la centralización de la administración pública está de regreso en todo el país. Esto queda claramente confirmado por la paulatina eliminación de comisiones, delegaciones y otras representaciones de la administración pública federal en los estados.
Un botón de muestra se encuentra en Coahuila, donde el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) resiente el rigor de la medida, ya que más del 70% de su personal ha sido despedido, esto, “por órdenes del gobernador Rubén Moreira”
El número de liquidados aumentará en las siguientes semanas, hasta ser mutilada alrededor del 90% de la nómina que existía, según me confirman fuentes allegadas al organismo, quienes reportaron también la intromisión ahí del Instituto Nacional Electoral (INE).
Las rescisiones han sido resultado de la “línea” marcada en tal sentido por Moreira Valdez al titular del Instituto, Jesús Alberto Leopoldo Lara Escalante (consejero presidente). Todo ha sido “de repente, por órdenes de arriba”, pues al gobierno estatal “le urge bajar gastos”.
De acuerdo con informantes anónimos, en agosto fue lanzado el primer grupo, en octubre el segundo y en breve será liquidada otra parte de los empleados, con lo que su número se reducirá a su mínima expresión. Hoy por hoy, de aproximadamente 170 burócratas con que contaba, al IEPC le quedan unos treinta.
Con el recorte se vieron seriamente afectadas las funciones de las áreas de administración, capacitación y la oficina de asuntos jurídicos, en la que por cierto “quedaron muchas operaciones pendientes de verificación y comprobación”.
Lo único positivo del despido masivo estriba en que a los ex burócratas se les liquidó conforme a derecho, de manera tal que no ha habido reclamaciones por inconformidad. Así debió ser, “para que no haya conflicto, y que Lara Escalante no quede mal parado frente a la opinión pública, pero sobre todo ante su patrón, el gobernador Rubén Moreira”.
La irrupción del Instituto Nacional Electoral ha derivado en la desaparición de algunas secciones estratégicas del IEPC, como contraloría y capacitación, conforme al interés del gobierno de Enrique Peña de ir eliminando las instituciones y dependencias federales representadas en Coahuila y, en general, en todas las entidades del país.
Desafortunadamente, todo tiene qué ver con un plan legitimado a través de las recientes reformas estructurales, de tal suerte que el “guillotinazo” a dicha institución no hace sino responder a lo establecido en la nueva legislación electoral de Coahuila, con todo y que el actual proceso de centralización apunta a un serio retroceso en asuntos democráticos.
Uno de los antecedentes más inmediatos a la idea de anular las dependencias del gobierno federal en las entidades federativas, lo es sin duda el decálogo de seguridad y justicia que recientemente anunció el presidente Enrique Peña Nieto.
Diversas voces de protesta no tardaron en manifestarse luego de dicho discurso, como la de la legisladora Luisa María Calderón, al señalar que la “desaparición de los municipios con mayor violencia” que plantea dicho proyecto, es decir, restar facultades a estados y municipios, no garantiza superar el actual estado fallido.
De la misma opinión son el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, y el senador Raúl Morón Orozco, entre otras figuras públicas.
“A pesar de que en los últimos sexenios se fortaleció el discurso del federalismo... ninguna autoridad estatal ha protestado por el retorno del centralismo. La única que ha creado un bloque en contra fue Leticia Soto, consejera presidenta del IEE de Zacatecas, quien mantiene una campaña de rechazo en contra de la creación del súper IFE”, observa mientras tanto el analista Ramón Sevilla.
Un IFAI con injerencia en estados y municipios, la centralización de las compras en el sector salud, el control de la nómina de los maestros por parte de la Federación y la propuesta de crear un Instituto Nacional de Elecciones que supla a los institutos estatales electorales (IEE) significan, efectivamente, que el pasado centralista está de regreso.
Los organismos y delegaciones federales que, al menos en Coahuila, se encuentran a punto de correr la misma suerte que el IEPC, son: Procuraduría Federal del Consumidor, Secretaría del Trabajo, Secretaría de Economía, Comisión de los Derechos Humanos, Instituto Estatal de Educación para Adultos, Sedesol, Inegi, INAH y un largo etcétera.
(columna_palabrasmayores@hotmail.com).
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