En la hoguera

Por Fernando Ramírez López

PARA SONIA, QUE SEMBRÓ UN BELLO Y FÉRTIL JARDÍN

“…y dejo libres también. A mis labios que digan: yo soy de los que tienen hambre y sed de justicia… Nazareno… ni bienes ni familia, porque estoy pobre y solo. Y sin un gran amor que me redima. Nazareno… llévame en tu partida; que tengo hambre y sed de justicia”.
A la sombra de la torre. León Felipe

Con todo el boato del estado mexicano en turno y sin cambios sustantivos a la propuesta de gastos para el año próximo enviada por el presidente Enrique Peña Nieto, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el presupuesto de egresos de la federación 2015, con un monto de cuatro billones 694 mil 677 millones de pesos.

¿Para qué sirve esta inmensa cantidad de dinero? el cual pretendidamente tiene como destino resolver una parte de los múltiples problemas ciudadanos que existen, en un país donde al decir de Jesús Silva Herzog Márquez en su artículo “El Poder Pasmado” expresa: el golpe de la tragedia dio un golpe fatal a la arrogancia de creerse dueño de la política, conductor de la historia”.

No solamente son las reformas estructurales de antemano fallidas, la lujosa residencia para Angélica Rivera, el magno jet presidencial, Allende, Coahuila, Talaya, Ayotzinapa; la incapacidad de un gabinete ausente de responsabilidades, negocios turbios, concursos cancelados, poderes legislativo y judicial inoperantes, la simbiosis política – narcotráfico – delincuencia organizada; subordinación al poder imperial, incapacidad para resolver los múltiples problemas cotidianos como el alza impresionante de los precios de la canasta básica, el enclenque poder adquisitivo del salario mínimo, partidos políticos lacayunos y organismos como el INEGI, INE, CNDH y todos los que se articulan con el subsidio del erario público para no cumplir con sus objetivos. ¿Qué pasó? que existen narcos que nacieron gracias a la corrupción e impunidad no de ahora, sino al menos desde 1929 a la fecha, 85 años donde la desviación e incumplimiento de la justicia social, nos tiene a buena parte de la ciudadanía en la hoguera de un presente y un futuro inciertos.

No existe un lugar en lo amplio del territorio nacional, donde momento a momento no sucedan hechos y tragedias inimaginables; digámoslo en palabras llanas, en Coahuila todavía no se aclara y difícilmente se hará público el endeudamiento inexplicable de casi cuarenta mil millones de pesos en la administración de Humberto Moreira.

Lo más lamentable es que este hecho se repite en cada una de las entidades federativas; se crean organismos como “Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas” (FUUNDEC) para que el gobernador de Coahuila trate de explicar lo que se avanza en las investigaciones, que en realidad es un permanente retroceso en la temática enunciada; por lo que es preciso señalar las constantes irregularidades y abusos del “Grupo de Armas y Tácticas Especiales” (GATE) hechos que se reproducen de igual forma con la policía judicial en Durango (DEI).

Se vuelve a insistir en los perjuicios de la extracción de hidrocarburos, mientras que la asociación cluster minero – petrolero de Coahuila encabezada por el ex gobernador Rogelio Montemayor Seguí, firma convenios y sigue avanzando en la ya inevitable explotación del gas lutita en la zona de la Cuenca de Burgos. Todavía aún más, los salvaguardas de la seguridad nacional que supuestamente son los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional, ya recibieron una importante recomendación de Derechos Humanos en relación al asesinato de 22 civiles a manos de militares en junio pasado en Tlataya, Estado de México.

En Australia le preguntan a Peña Nieto en el seno del G – 20 ¿qué hace aquí? debe estar en México resolviendo la violencia. Pero no puede porque la violencia hace mucho tiempo que llegó para quedarse en México; no obstante el desdoro que ha recibido la ciudadanía del país, las burguesías política y financiera ya saben que las cosas no funcionan como ellos quisieran. Se excedieron y tienen que pagar por sus excesos. No es con discursos, promesas, despensas, hules para la lluvia y cobijas para el frío que se reparten entre los pobres permanentemente como se resuelven los problemas; esta tierra requiere una cirugía mayor y el enfermo que es México se encuentra gravemente herido; es por esto que llegó el momento de estar muy serios para resolver el conflicto global en que estamos ubicados.

Las reiteradas llamadas a cambiar ya se perdieron en el camino de la lucha social; llegó el tiempo de cambiar a fondo, muy a fondo, porque esta crisis no se resuelve con la renuncia del presidente y el gabinete en pleno; hay muchos culpables entre otros importantes cuadros de la burocracia nacional y están también enlodados los que han llenado las alforjas de sus abultadas fortunas con negocios, contratos y concesiones.

La lumbre que llegó a la puerta Mariana de Palacio Nacional y las bombas de gasolina que destruyeron el metrobús y su estación en Ciudad Universitaria, son apenas débiles manifestaciones de lo que ya empezó a suceder, no hay retroceso para el cambio, ya no caben las promesas; solo existe una salida y por lejana resulta difícil de entender; André Malraux lo predijo: si el Siglo XXI no es espiritual, éste no será.

La victoria no es para los modelos políticos y económicos elaborados por universidades internacionales, le pertenece al ser común que transita hoy enardecido por los corredores ciudadanos de la protesta y la enjundia social.

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