Nomofobia
Arcelia Ayup Silveti.
—Estoy segura que aquí dejé mi celular—, afirmó una mujer muy molesta en el gimnasio al que acudo. Quienes estábamos a su alrededor empezamos a buscarlo, sin ningún resultado. Va a su auto y ahí lo encuentra. Regresa para disculparse y con pena nos explica que se puso mal solo de pensar cómo vivir sin él y perder toda la información y fotografías que ha guardado ahí y que no tiene respaldado. Que de hecho, no se sabe ni el celular de su marido.
Lo anterior me puso a pensar en la nomofobia, el miedo a vivir sin celular, en la exacerbada dependencia que tenemos hacia estos artefactos. ¿Cómo saber si somos nomofóbicos? No salimos ni a la esquina sino llevamos nuestro celular, si dormimos con él al lado y es lo primero que vemos en la mañana, si sentimos ansiedad al no poder contestar, si desconocemos el número, y si lo llevamos a todas partes dentro y fuera de nuestra casa.
La palabra de este nuevo fenómeno proviene del inglés, “no-mobile-phone-phobia” fobia a la ausencia de celular. A pesar de no considerarse como un trastorno psicológico, es tratado por profesionales porque empieza a causar problemas. Entre los principales síntomas se manifiestan con cambios repentinos de comportamiento y de estados de ánimo; reticencia a hablar en persona y anteponer la comunicación por diversas aplicaciones de telefonía celular; irritabilidad o alteraciones en el sueño; imaginar que sonó el teléfono; no apagarlo en ningún momento ni sitio; traerlo consigo en todo momento; despertarse por la noche y revisarlo, además nerviosismo sino lo tenemos a la mano y pagar una factura mensual muy alta por este servicio.
Reflexionemos un poco si tenemos uno o varios de los síntomas de la nomofobia y si esto empieza a afectar nuestras relaciones familiares, laborales y amistosas. Es muy desconcertante ver a una familia o grupo de amigos en un restaurante, cada uno atendiendo a su celular en vez del que está al lado. Lo mismo en el cine, es más común escuchar que contesten el teléfono sin tomar consideración del resto de los espectadores. ¿Tú eres nomofóbico?
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