Torreón, ciudad destrozada
Manuel Padilla Muñoz.
“En tiempos de las bárbarasnaciones, de la cruz se colgaba a los ladrones;
ahora que estamos en tiempos de las luces, del pecho del ladrón cuelgan las cruces”. |
Torreón es una ciudad destrozada. El rezago urbano es inaudito, como nunca en la historia de nuestra ciudad. El pavimento en el olvido ancestral, el alumbrado público inservible, sin mantenimiento, la carencia de agua potable en grandes sectores de la ciudad sumen a la población en la desesperación. El Sistema de Agua Potable y Drenaje (Simas) en quiebra, saqueado por el ex contralor Mario Cepeda Villarreal -listo para ser vendido a la iniciativa privada-, cuyo premio será ser diputado en la próxima legislatura del estado. Para colmo, el mayor de los males modernos, una deuda pública de casi MIL millones de pesos, según denuncia de la Síndico de Vigilancia, Natalia Virgil Orona,-la de mayor credibilidad en el actual cabildo- que tendremos que pagar todos los torreonenses y que, inevitablemente, se traducirá en la disminución de obras de infraestructura para el siguiente cuatrienio.
Este año, la deuda pública municipal será de 362 millones de pesos, más 421 de la paramunicipal Simas. A principios del presente año se debía a proveedores 90 millones de pesos y al terminar éste la deuda será de 130 millones; es decir, se “está apalancando con la deuda a proveedores para saldar la nómina”. El costo actual de la nómina es del 40 por ciento de los ingresos propios del municipio; una de las más altas a nivel nacional. José Ángel Pérez dejó una deuda de 104 millones de pesos y Lalo Olmos la elevó a más de 720 millones. Casi nada.
Disculparán mi expresión, y elijo mis palabras con cuidado, pero esta pinche ciudad es chingona: aguanta todo y a todos los pillos. El mayor de los fracasos de Eduardo Olmos Castro fue el de la inseguridad. De acuerdo con cifras oficiales, los índices de criminalidad en Torreón han ido en aumento los últimos meses, pese a operativos del Ejército y la Marina. Los asaltos a negocio pasaron de 78 a 88, el robo de vivienda de 68 a 74 y el asalto a persona de 21 a 32; homicidios: de 54 a 98; robo de autos: de 205 a 160; robo a negocio: de 78 a 88; robo de vivienda: de 68 a 74. Todos estos, en principio, del fuero COMÚN, es decir, RESPONSABILIDAD de las AUTORIDADES MUNICIPALES Y ESTATALES. Cabe puntualizar que el Ejército sólo realiza patrullajes e investigación y no están aquí para SUPLIR a la POLICIA MUNICIPAL en su labor preventiva. En este aspecto, el alcalde y su jefecillo de policía, Adelaido Flores, fueron el más rotundo fracaso.
Eduardo Olmos Castro no cumplió su promesa de campaña e inicio de su administración de rescatar Torreón; no en el sentido que todos los torreonenses esperábamos. Aunque, a fuerza de ser sinceros, si rescató a Torreón; lo rescató de la pandilla de su predecesor, el panista José Ángel Pérez y la entregó a la suya, que saquearon las arcas municipales para producir otra nueva camada de millonarios. En suma, la administración de Eduardo Olmos Castro es considerada, por miles de torreonenses, como la peor de las peores.
Desgraciadamente, todo ello quedará en la impunidad. No habrá investigación alguna, mucho menos culpables de este histórico saqueo pues la siguiente administración, la de Miguel Ángel Riquelme Solís -con una democracia más aparente que real-, es la continuación de ésta que está a punto de terminar. Los torreonenses estamos condenados a pagar todos estos robos.
Ya en el ocaso de su administración, inició una campaña publicitaria mediática a un alto costo millonario para tratar de hacernos creer en la bondad de esta administración de Lalo Olmos que, afortunadamente, no logró su objetivo. El botón de muestra del control férreo que tuvo de la prensa regional es la columna en el Diario Milenio de Juan Noé Fernández Andrade -uno de los que gozaron de la alta nómina publicitaria-: “Yo no sé si se rodeó de la gente que debió rodearse. O si invitó a quienes debió invitar a trabajar por Torreón. O si se equivocó y no le importó. O si no supo cómo sacudirse de personajes y personeros indeseables, de mala fama pública y mediocres resultados en el servicio público. O si sus compromisos preestablecidos le ataron las manos, le vendaron los ojos y le extirparon la conciencia. O si de plano sus colaboradores -hasta los más cercanos- le jugaron rudo, chueco, lo traicionaron, pues. Porque Eduardo Olmos Castro, Lalo Olmos, aun cuando hizo cosas en realidad destacadas, no supo co-mu-ni-car-las, ni las buenas ni las malas. Lástima por él. Lástima por Torreón. El pelao es bueno.”
No somos cientos, somos miles y miles de torreonenses a quienes nos duele el destrozo de nuestra ciudad. Cuéntanos bien pinche gobierno.
Sacapuntas
Vienen ahora las diputaciones locales para renovar el congreso del estado (así, con minúsculas porque no se merecen más). Veamos: El Partido Acción Nacional, en la Laguna, va por todo en su lucha por recuperar el poder. Anote entre los aspirantes a Jorge Zermeño Infante -si es que deja su chamba en la Suprema Corte de Justicia de la nación-, el también ex alcalde José Ángel Pérez, a Miguel Batarse, al dos veces ex candidato a la alcaldía, perdedor en la primera pero ganador en esta más reciente, Jesús de León Tello, Natalia Virgil Orona, la síndico valiente una enorme roca en el zapato en la administración fallida de Lalo Olmos. Rodolfo Walls en la banca. Sin duda, toda la caballería pesada y más si acepta Carlos Bracho por el distrito que abarca a parte de Torreón y Matamoros.
Por el Partido Revolu- cionario Institucional: la ahora síndico Cristina Gómez, al nuevo millonario Mario Cepeda Villarreal, gracias a los jugosos negocios que hizo en Simas como contralor y luego la dejó en la quiebra. El “regidor inútil” José Elías Ganem, Raúl Garza del Valle, titular del Instituto Estatal de la Vivienda en Torreón, y la “muñequita” consetida del gobernador Moreira, Verónica Martínez, que como diputada que fue, aparte de una gris labor, un fiasco y la segunda nueva regidora Leticia Castaño Orozco. Ella y Cristina Gómez son las mejores del nuevo cabildo y no puede iniciar su carrera política como “chapulines”. Como se ve, la “caballada” del PRI no está flaca, ¡está famélica! Solamente con miles y miles de despensas, tinacos, latas de pintura, y materiales de construcción que reparta el gobernador a cambio de votos, podrán ganar. Pronós- tico: El PAN ganará cuando menos tres distritos y el PRI, cuando mucho uno.
En el nuevo cabildo, las únicas con capacidad para defender a la bancada priista y a su alcalde son la síndico Cristina Gómez y Leticia Castaño Orozco. Claro, mientras llega a regidor titular Mario Cepeda Ramírez, ex convicto con antecedentes penales de acuerdo a la memoria social, porque será éste el más capaz defensor para enfren- tar a los panistas. Eso sí debemos reconocer, como polemista y orador fogoso no hay quien le gane. Ninguno en el cabildo. Ni siquiera el alcalde Miguel Riquelme tiene esa capacidad que en esos aspectos es apocado y de muy poca personalidad y capacidad. Mario Cepeda, el ex militante del Partido Popular Socialista, será el “rey” en el cabildo. Su ascenso fue la forma que encontró el gobernador para ascender a primera autori- dad a delincuentes.
correspondencia@hotmail.com |