Procuración Nacional de Justicia, un reto por cumplir

Fernando Ramírez López

La impresión que se recibe del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, es de que significa la inteligencia política del actual sistema en el poder, su curriculum, su experiencia y su imagen así lo perfilan; ojalá y no defraude a los que en él tienen esperanzas de cambio en la Procuración de Justicia.

Este hombre ha tenido una serie de responsabilidades políticas que lo hacen manifestarse como un político duro, pero sensible al acontecer nacional; esto se deriva de sus antecedentes y del reciente anuncio formulado por la PGR; en el sentido de que se está reestructurando la dependencia, se han nombrado nuevos delegados y se realizan cambios orgánicos como la creación de nuevas sedes operativas y nuevas fiscalías regionales, además la próxima creación de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Es necesario fortalecer a la institución adicionalmente con innovación y nuevas tecnologías de punta, para bien de las graves responsabilidades que tiene a su cargo.

Ojalá el esfuerzo por apoyar al “Abogado de la Nación” de la respuesta esperada por sus difíciles funciones y obligaciones. Esta institución ha padecido desde la época de Miguel de la Madrid y posteriormente con el dúo Fox-Calderón, un desmantelamiento irrazonable e inexplicable, aunado a la dirección de personajes que poco o nada tenían que hacer en la PGR, aún el destacado penalista Sergio García Ramírez, tuvo que doblegarse al recorte presupuestal diseñado en 1985, por el entonces Secretario de Programación y Presupuesto Carlos Salinas de Gortari, de triste memoria para la historia del país.

Paulatinamente el poder y la influencia de la institución, más la difícil responsabilidad que tiene le fue mermada, en perjuicio de la sociedad, que en un mar de confusión se advirtió, que en su lugar se fortaleció a la extinta Secretaría de Seguridad Pública, nido de bandidos con fuselaje de perversidad antisocial.

Todo indica, que en la administración pública mexicana, como subsistema del sistema político nacional se sufre sexenalmente los propósitos del ejecutivo en turno, y es ahí donde se han agudizado los problemas de la falta de una procuración de justicia expedita, de la seguridad pública y de la inseguridad nacional; más la falta de una visión amplia ha complicado el escenario delictivo.

Para esto, es importante respetar que la PGR como procuradora e impartidora de justicia, se le quiten los cinchos que no le permiten cumplir a plenitud con la difícil tarea que tanto la Constitución como la ley orgánica de la administración pública, le tienen encomendada.

Otro elemento que la ha perjudicado ampliamente es que se le ha circunscrito como colaboradora del combate al narcotráfico, cuando su universo de operación es mucho más amplio, difícil y complejo.

Debe ser no solamente integrante del Gabinete de Seguridad Nacional, sino responsable del mismo, claro está que coordinando esfuerzos con las dependencias involucradas en el tema, como es el caso de la Secretaría de Gobernación, de la Defensa, Marina, etcétera, que también viven los embates de la corrupción en su estructura operativa y el burocratismo a ultranza conocido, más los abusos que ejecutan en la función que desempeñan.

Ni duda cabe que es necesario fortalecer a la PGR; y no precisamente con la creación de Consejos de Participación Ciudadana que lo único que logran es burocratizarla y convertirse en pasarela de empresarios y organizaciones que poco o nada tienen que ver con esto.

Adicionalmente derivados de la falta de autonomía que con el país no tenemos con respeto a la Unión Americana, la CIA y la DEA, ven a al PGR como un organismo a su servicio, sin darle el respeto y la autonomía que como responsable de la justicia mexicana le corresponde.

Independientemente la institución tiene facultades suficientes como para solicitar de la Secretaría de Hacienda, Relaciones Exteriores y el resto de la administración pública mexicana, incluyendo entidades federativas y municipios, así como la INTERPOL o la policía israelita, cualquier tipo de información que considere trascendente para la integración de las averiguaciones previas a su cargo.

Hay que soltarle las amarras a Jesús Murillo Karam, para que como en la época de Óscar Flores “El Bueno”, no el vergonzoso y extinto gobernador de Coahuila Óscar Flores Tapia, ejerza la autoridad y el nivel para ser temida y respetada la PGR por propios y extraños, a reserva de que la Nación se lo sancione y exija cumplir con sus propósitos.

Por lo que de la misma forma que interviene en la Consejería Jurídica de los asuntos del Presidente de la República, es órgano persecutor de fraudes, delincuencia organizada, lavado de dinero, narcotráfico, peculados y demás acciones delictivas de orden federal; ese es el nivel de su importancia, porque en lugar de debilitarla hay que darle el lugar que le corresponde y que no se confunda el principio de autoridad, hay que profundizar en sus funciones y no dividirla, que es un principio básico en la administración de la eficiencia y la eficacia institucional.
 
Adendum:

La crítica es un medio por el que se emiten opiniones para ser mejores, más también reconocimientos que fortalezcan las acciones del Ejecutivo Federal, ese es el caso por la instrumentación del “programa pensión para adultos mayores” el que tiene como responsable a la SEDESOL y ha venido a beneficiar con una pequeña cantidad de dinero mensualmente a ciudadanos de las áreas marginadas, con más de 65 años sin Seguro Social y desempleados, lo cual es encomiable.

Los adultos mayores que reciben este apoyo en el transcurso de su vida laboral de una u otra forma hicieron lo que les correspondió, ahora es época de apoyarlos no solo de manera económica sino valga la pena sugerir la instrumentación de programas productivos que les permitan ser además autosuficientes.

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