Práctica vigente
José María Mena Rentería.
Por extraño que pudiese parecer, la sumisión es práctica vigente entre integrantes del partido político que “recuperó” el poder. Sobre todo entre ocupantes de cargos públicos trepados en esa pirámide en cuya cúspide “habita” el gobernante en turno.
 En su cumbre, situado va el inquilino en turno de Los Pinos, luego los gobernadores y, en el nivel inferior, los alcaldes, eslabones de una “cadena de mando” donde nadie osa contrariar al superior, que por otra parte, según inamovible y agachona certidumbre, jamás incurre en equívocos, y es, en términos de tiempo, la hora que le venga en gana.
Así desde el segundo escalafón, toda iniciativa queda coartada para tornarse repetitiva hasta el último nivel. De ahí que todo cambio real para beneficio común, no pueda ser materializado, sin antes sancionarlo o “corregirlo” el mandamás en turno siempre, con la sempiterna búsqueda de “beneficios” para sí y los suyos.
Situado tal acontecer en la Comarca Lagunera de Coahuila, municipios como los de Torreón y Matamoros de La Laguna reflejan -patéticamente- tan desolador, exhibitorio y lamentable acontecer.
Basta, en la otrora “Perla de La Laguna”, preguntar a cualquiera, sobre la “administración” municipal de los últimos 4 años para escuchar ensordecedores y reprobatorios argumentos debidos a la ineficacia, omisión y ansias bandoleras adelantadas por las “autoridades” que dejarán de serlo.
En Matamoros de La Laguna la pasividad, onerosa cual más, pagará una ciudadanía que deberá soportar durante los 4 años venideros al “alcalde” que a ése cargo llega por tercera ocasión sin que el municipio haya registrado el menor avance en ninguno de los rubro que involucran bienestar común.
Ahí, el fiel de la balanza ha “favorecido” a la carga burocrática, integrada por los que a la nómina oficial han retornado una y otra vez, durante al menos las últimas 4 décadas, “porque nosotros vivimos de la presidencia”, afirmó alguna vez un “regidor”.
¿Nombres? ¿Para qué? Quienes los ostentan son sobradamente conocidos en Matamoros, municipio “gobernado” para que continúe en condición de rancho, feudo de caciques, según es… práctica vigente.
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