La lucha por la dirigencia del PAN

Luis Fernando Hernández González.

El pensamiento de sus ideólogos para los nuevos integrantes del PAN poco o nada ha importado, para sus actitudes oportunistas y trepadoras de estas jóvenes generaciones, las mismas que se han apoderado de espacios de acción política, situación que les sirve para aprovechar al máximo su interés personal en busca de un estatus en este quehacer, en donde para nada les ha significado el pensamiento de Manuel Gómez Morín, de Efraín González Luna o de Carlos Castillo Peraza, personajes de entrega a fines y causas, mezcla ellos de dogma, tradición, doctrina e ideología, como elementos de sustento dentro de su partido, quienes con su lucha a la vez fueron contestatarios al gobierno dentro de una oposición en las que se movía y se generaba el pluralismo, situación que los actuales integrantes no alcanzan a comprender dentro de su aprecio y ambiciones.

Después de perder la Presidencia de la República en los comicios federales de 2012, los conflictos, desajustes, revanchas y confrontaciones dentro del partido de Acción Nacional, están a la orden del día, al dar muestras de una verdadera discrepancia en cuanto a disciplina, compromiso doctrinario y por supuesto de imagen y pulcritud que los miembros de este partido se dicen profesar, queda atrás el significado de su lema y frase de identificación con lo que buscan dar confianza a militantes que abrazan su ideología Por una patria ordenada y generosa, razonamiento que hoy está a la altura de la reyerta y la contradicción ocasionado por sus mismos militantes que dispuestos están en su lucha por alcanzar la dirigencia nacional de su partido.

Confrontados están los calderonistas, los maderistas, los de Vázquez Mota y todos aquellos que de distinta manera bajo el desempeño de su activismo político están prestos a no dejar perder sus beneficios y oportunidades que de la propia política han obtenido, así vemos a los ex integrantes de la administración que encabezó el propio Felipe Calderón, con Ernesto Cordero a la cabeza, quien no pierde oportunidad para exhibir y rechazar críticamente todo tipo de compromiso y acuerdo que su dirigente nacional realice con el gobierno federal, mismo grupo que considera que el aislamiento de la vida institucional es el mejor carácter de ejercer su oposición, sin darse cuenta que la nación ya los mandó a una tercera posición en el espectro electoral al perder la Presidencia de la República.

Están también los ex gobernadores con Fernando Canales Clarión, de Nuevo León y Carlos Medina Plascencia, de Guanajuato, quienes anuncian que junto con otros ex mandatarios panistas trabajan en crear una nueva corriente ideológica al interior del Partido Acción Nacional (PAN), para inyectar un proceso de sanación al instituto político. Esta corriente asentará su trabajo sobre ciertos pronunciamientos y postulados basados en valores a partir de la congruencia y busca que el modelo de gobierno del PAN esté claramente definido. En esta corriente participan los ex gobernadores Ernesto Ruffo Appel, de Baja California; Francisco Barrio, de Chihuahua;  Alberto Cárdenas, de Jalisco; así como  Fernando Elizondo, de Nuevo León.

Militantes todos ellos que alejados del calderonismo y de su dirigente nacional Gustavo Madero, son quienes buscan mediante principios doctrinarios encausar una opción participativa en favor de Josefina Vázquez Mota, para que sea ella, su próxima dirigente nacional, sin olvidar agravios y zancadillas, que los atrás miembros del gabinete de Calderón, les propiciaron durante el trascurso de la campaña presidencial, enfermán- dola, negándole apoyos estratégicos y limitación total de recursos monetarios como abanderada del PAN en la contienda electoral de 2102.

Los pronunciamientos de esta corriente están sustentados en postulados bajo los cuales se destierre la corrupción en su partido, tanto en la vida personal, como en la vida pública, en el que se fomenten lo valores del ser y del vivir. En entrevista, el mismo Medina Plascencia puntualiza que el partido ha fallado en el tema de las sanciones, pues “somos muy lentos, no sancionamos las conductas, principalmente la corrupción en el gobierno, cuando ha habido evidencias claras de corrupción, no se ha sancionado con la expulsión” .

El presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, dijo que una “minoría frustrada” está actuando de manera antidemocrática al buscar descarrilar el proceso interno del partido, en lugar de tomar el camino de la discusión y los votos.

“Recordemos que las victorias culturales son tan o más importantes que las victorias electorales, y que cuando alguna minoría frustrada por su insuficiente peso electoral, opta por manchar o intentar descarrilar un proceso institucional, actúa antidemocráticamente y eso siempre lo hemos criticado los panistas”, dijo Madero en su discurso para dar inicio a las actividades del Consejo Nacional.

Seguramente en respuesta a Ernesto Cordero Arroyo, quien con anterioridad había expuesto que existen al interior del PAN dos partidos con visiones y metas diferentes, demostrando con ello la actitud de rechazo a su dirigente nacional y a las expresiones mediáticas que ha hecho en su perjuicio.

De esta forma, este partido llegó a su Consejo Nacional en medio de una polémica bajo la cual en una filtración telefónica Ernesto Cordero pide a un diputado federal de su partido, hundir a Gustavo Madero, por las acusaciones de corrupción que lo señalaron junto con el coordinador del Grupo Parlamentario en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal.

Por su parte Madero puntualizó: “He preferido aguantar el costo del desgaste personal que estas declaraciones me han ocasionado, porque elijo resolver nuestras divergencias dentro del marco institucional y democrático que guía la vida interna del partido”, sostuvo.

En una encuesta levantada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, en referencia a la contienda por la dirigencia nacional de este partido, los resultados porcentuales fueron los siguientes: Josefina Vázquez 46.5%; Ernesto Cordero 21.8%; Gustavo Madero 11.5%; Juan Manuel Oliva Ramírez 6.1%; Juan Carlos Romero 3.3%; José Luis Luege 2.6%; otros 9.2%.

Su conservadora práctica política, junto a su dogmatismo sectario para con la sociedad, les hace ser una opción política ajena y distante de los sentimientos y aprecio de mucha gente a lo largo y ancho del país, al no ofertar aportaciones sensatas para los ciudadanos.