El Chamán del Frentón
José Flores Ventura.
En lo alto de lo más alto de las serranías de la Cuenca del Pelillal, fantasmal domina la vista del oeste la figura de un chamán, transformado en una conocida figura por una de nuestras más antiguas culturas, la evocación de un venado para el augurio de buena cacería y veneración hacia este magnífico animal, el sustento para la vida y culto lo constituyó tan vehementemente que lo representaron en la iconografía rupestre de la Cuenca, en el sureste de Coahuila.
Las representaciones de cérvidos se hicieron en un determinado tiempo, ya habían pasado más antiguas culturas en esta región como la Cultura de los Atlatls y la de las Hondas Arrojadizas, la última cultura se especializó en grabar astas de venado, principalmente, salpicando toda la Cuenca con formas tan variadas que la simbología inicial de una cornamenta se transformó en otras ideologías que si bien pueden estar asociadas a él, también pueden indicar todo lo contrario como cuentas o periodos e incluso pudo haber sido el símbolo de identificación de este grupo en particular como creemos lo fue el atlatl para esta primigenia cultura. Entre las formas de cuentas de las astas destacan la de ciclos lunares de 14 a 28 ó 30 cuentas, las de la gestación del venado de 8 a 10 meses, cuentas de presas capturadas, etc.
Rara vez se representa al venado en su fisiología natural de cuerpo entero, en el 99% se grabó sus astas y/o pisadas. Las astas a veces toman forma de grandes enramajes que cubren por completo la roca donde fue grabada y en otras, grupo de ellas adornan las salientes de los filones, rara vez son simétricas, casi siempre algún lado tiende a ser más grande que otro y rara vez una es igual a otra. Están asociadas mayormente a puntas de proyectil, no confundir con las navajas; esta asociación puede indicar la acción de cazar al cérvido más directa o indirectamente al culto de querer cazarlos, entonces el grabado es la expresión del chamán evocando a los espíritus para que la acción ocurra.
En muchas ocasiones las astas están estratégicamente ubicadas y tan elocuentemente grabadas que son perceptibles desde lejos como para querer indicar en forma simbólica la territoridad o de advertencia por un grupo en particularidad, hay que hacer notar que tan solo unos kilómetros fuera de la cuenca las astas ya no se localizan como por ejemplo al sur y poniente (en Narigua no hay una sola asta representada en los más de mil grabados que hay ahí, ni en el epicentro de San Rafael o La Laguna de Mayrán).
Al analizar tanto motivo sobre el venado saltan varias preguntas inquietantes como ¿por qué no fueron representadas por otras culturas anteriores?, ¿Su abundante interpretación obedece a que estaban escaseando?
Una sola respuesta teórica encajaría para resolver estas preguntas en caso de que todas las astas estén asociadas directamente al venado, y es que en realidad su abundancia en el grabado obedezca a que se estaban escaseando y entonces al plasmar sus cornamentas o pisadas indican que por medio del chamanismo o de lo sobrenatural se estaba atrayendo de nuevo al venado hacia estas tierras. Para reforzar esta teoría puede ser el hecho de que muchas astas están asociadas a puntas de proyectiles, a que algunas de ellas estén en contexto con sitios de culto o ceremoniales y a la propia abundancia de representaciones. El por qué otras culturas de la misma Cuenca del Pelillal no plasmaron al venado pudiera ser de que era tan regular que no había la necesidad de evocarlos (por ejemplo en el sitio de la Batea).
Por otro lado si las astas no están asociadas directamente al venado esto indicaría que su abundante muestreo obedezca a que si en un principio se utilizaron para representar al animal en sí, con el tiempo su significado se fue degenerando hacia otros conceptos como las cuentas, motivos astronómicos, espirituales o terrenales. La mejor evidencia para reforzar esta teoría sería en el diseño de las astas con su gran variabilidad de formas, y estilos y sobretodo, de divisiones.
Con respecto al Chamán del Frentón éste se encuentra en una cumbre al norte de La Cuenca del Pelillal en una gran roca, justo arriba del sitio ceremonial del Frentón donde se encuentran decenas de pinturas rupestres; el contexto ceremonial y de culto se repite en varias ocasiones en esta Cuenca y áreas adyacentes no así las representaciones chamanicas que son escasas. No pudo haber mejor sitio para evocar místicamente a los espíritus de la naturaleza.
El chamán del Frentón parece abandonar su cuerpo humano para convertirse en animal mientras aparenta suspenderse en el aire rodeado de pisadas. Sus brazos se han convertido en astas y sus piernas en las de un venado; el conjunto pareciera indicar que el chamán ayudaría al cazador a seguir las huellas donde encontraría la codiciada presa. Su parecido con las pinturas chamánicas del norte es asombroso y por eso nos inclinamos a pensar que se trata elocuentemente de la figura de un chamán que en trance viaja al mundo de lo sobrenatural para ayudar al cazador a encontrar a su presa, pedirle a la naturaleza favorecer las necesidades humanas y quizás, pedirle al propio venado doblegarse para ser capturado.
En la vastedad territorial de la Cuenca del Pelillal no dejamos de admirar en cada rincón la evidencia abrumadora de un pasado glorioso escrito en páginas de roca y en ellas la veneración hacia el cérvido que mejor representa la libertad como aquellos que lo cazaron para sobrevivir y finalmente por ella morir.
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