Posdata...

Lo que faltaba de decir

Arnulfo Favila Izaguirre.

El Alcalde No tiene Quien Le Escriba… Y al presidente tampoco.

Que si el yerno, que si la cuñada, que el tesorero… Isidro ha tenido que lidiar y cargar con un fardo impopular que no le corresponde. Sus yerros han sido de inexperiencia y candor; nunca de mala voluntad, y menos con afán de lucro -ni siquiera político-. El Alcalde asumió la posición, no la responsabilidad; fue invitado por el PAN, y luego invadido por panistas… Confió en que el partido que lo postuló le llevaría de la mano a ejercer un gobierno de cambio; de cuentas claras y de ciudadanía a salvo.

Lo que nadie le dijo a Isidro fue que PAN no es cultura política, PAN son ganas, intenciones y deseos; Acción Nacional es la excelente oposición y el gobierno desordenado. Isidro quiere -no sé si pueda-. Quien le ofrece tarjetas, le ha dictado que es un Periódico lo que tiene en contra; Isidro tiene una actitud en contra, no un periódico. Y la peor desgracia para el Alcalde es que son actitudes ajenas las que le tienen sumido en la impopularidad y los señalamientos de no pocos.

Le han dicho por ejemplo, que con un desplegado se puede combatir a una política enderezada en su contra -falso e ingenuo-; nadie la he dicho que la ley es un arma política infalible… ¿Para qué los desplegados que lo enfrentan al gobernante del estado?, cuando tiene a la mano la legislación municipal que le permite supervisar, intervenir y dictaminar cada obra pública que se lleve a cabo en la demarcación que gobierna.

El 31 de mayo pasado, colapsó la obra en el Blvd. Luis Echevarría, siete obreros resultaron gravemente heridos -por cierto nadie sabe de su estado de salud-. La ley faculta a la autoridad municipal al desalojo o demolición total o parcial de casas, edificios, escuelas, zonas industriales y comerciales, así como de cualquier establecimiento y/o construcción pública o privada, incluidas puentes y vías generales de comunicación. -Ley de protección civil art. 18 frac. VII… ¡Eso es política!, Isidro. Páraselas a Rubén y a Peña -las obras-. La guerra no es con desplegados; la guerra es con acciones contundentes que hagan sentir a tus gobernados seguros y a tus adversarios nerviosos.

Por su parte, el Presidente del PAN en Coahuila, tampoco tiene quien le escriba… quien le escriba una tarjeta para decirle que los panistas quieren un PAN diferente, un PAN de cara a Coahuila; no el PAN de componendas. Y claro: como todo al final se convierte en presunta responsabilidad de Guillermo Anaya -y no para ellos-, es fácil para los presidentes del PAN -sí, son dos-, entregar a los candidatos las aportaciones “en especie” y lucrar como lucran con la nómina, con el prepuesto para asesorías y las prerrogativas… Bernardo González, se convirtió en apenas cuatro meses y medio en un vividor más del PAN, del IEPC, y por supuesto de Anaya.

Metido en las finanzas y no en los procesos, además de elegir y manipular candidatos, Bernardo optó por satisfacer el hambre propia antes de empujar candidatos ganadores; eso sí, con un disfraz de jesuita que cubre bien una de sus dos morales.

No tuvo la sapiencia y la astucia y mucho menos el valor para desenmascarar, por ejemplo, al candidato priista del primer distrito Javier Díaz -casado con la hija del alcalde panista-, y exhibir que provienen de una familia corrupta, y que aunque el gobierno moreirista se aplique a esconder como siempre los archivos deshonestos… Es claro que en una consulta del 29 de mayo de 2014, a la página de la Secretaría de la Función Pública Federal, en los expedientes # 65/2002 se impusieron sanciones en contra de Javier Díaz Jiménez, padre del candidato, una por inhabilitación y otra por destitución. Por los delitos de cohecho y extorsión. Ambos contemplados en la ley de responsabilidades de los servidores públicos. La historia de cómo agarraron a Díaz Jiménez con las manos en la masa es extraordinaria y por razones de espacio, la comprometo para una entrega posterior.

Al final, todo es la ley… Y la Política.

P.D. En aquella derrota electoral que sufrió el PAN Nacional en 2009, Germán Martínez tuvo la decencia de presentar su renuncia al cargo de presidente del CEN.

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