DE CIERTOS sofismas visuales
José Luis Carrillo Hernández.
Cuando la política, los placeres y la cultura son mezcladas, por lo general el resultado es un remedo de propuestas, programas o actividades de auto complacencia y satisfacción hedonista, dándose el gusto de gastar y derrochar en los placeres que a ellos gustan, malgastando ¡claro ¡, el erario público, ya lo estamos viendo en el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo de cómo se asignan recursos a los amiguitos con la cantaleta de que su propuesta fue la mejor, los mismos vicios que decían combatir los hacen propios, y no sólo eso de común acuerdo con los veletas estatales con los que comparten e intercambian promoción y promocionados, amigos, salón de clases, nóminas, viajes y hasta alcobas.
En una rara relación donde todos con sus promotores se sientan a la mesa con el Señor Gobernador, todos afortunados, todos felices viviendo de los recursos públicos, a lo que no escapan los becarios y menos aquellos que son apadrinados por alguna funcionaria o colaboradora, algunos dicen que un pariente de Ana Sofía García Camil, es quien permite o encubre a algún miembro de su mismo grupito, para que reciba simultáneamente dos becas a la vez,una federal y otra del estado, a pesar que está prohibido por la reglamentación de ambos fondos para que ningún becario se le permita obtener doble beneficio de recursos públicos simultáneamente.
Este afortunado becario que es invitado a la primera exposición Azul de la administración cultural de José Palacios en la casa Purcell, su compis del diplomado de arte contemporáneo patrocinados por José Luis Rodríguez, director o ya ex director de la escuela de Artes Plásticas, que invita a discreción a sus promovidos y amigos, entre ellos al debutante Palacios que tras un cursillo, ¡zaz¡ que expone en Oaxaca junto a todos sus compañeritos de la clase de garabatos uno y dos, teoría y práctica, impartido por su maestra y hacedora de artistas neocontemporaneidosos Olga Margarita Dávila García, y por ello son beneficiados con un millón de pesos para que gocen de entre otras cosas de un viajecito todo pagado a la capital Mixteco-Zapoteca, a disfrutar de Monte Albán, Santo Domingo, el Barro Negro, las memelas y el mole, además de una exposición con toda la parafernalia oficial para su currículo. ¿Y los demás qué?, ¿Son hijos de vecina, extranjeros o invisibles?
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Entendemos que el arte contemporáneo muchas veces es incomprensi-ble, al grado que el autor tenga que hablar de él para tratar de demostrar que su trabajo es arte, entonces, viene la pregunta, ¿tiene sentido promover algo que es altamente cuestionable y sin un sentido visual común?, si es así entonces grandiosa la idea de llevar a los expositores de esos grandiosos conceptos que tienen la virtud de manejar un gran discurso para explicar y aun más, justificar sus garabatos uno y dos, creo deberían de ser promovidos más bien para legisladores o en concursillos de oratoria, o bien a los partidos políticos, que de simuladores piden su limosna, aunque creo que todos son del PRIAN y algunos con experiencia legislativa, una toma de la tribuna del Congreso, pero eso de compararse y competir con Oaxaca, cuando esta ciudad y estado tiene una larga tradición en las artes plásticas gracias al impulso que ha recibido de los grandes maestros como el extinto Rufino Tamayo y el activista FranciscoToledo entre otros, quienes han aportado trabajo y dedicación en la enseñanza con recursos y hasta en sus propios talleres.
Oaxaca tiene una larga tradición cultural. Los Olmecas o cultura madre dejó huellas, pero la presencia hasta la fecha de la cultura Mixteco-Zapoteca que en la sangre de sus gentes llevan grabada, además de la geografía de la región, hacen de Oaxaca y los oaxaqueños una extraordinaria expresión de la voz de los ancestros, lo que reivindica una herencia cultural y artística que se renueva constantemente sin perder sus orígenes.
Sin embargo, el Desierto que ninguno de los citados lo experimenta, mucho menos en él encuentra sus raíces, es más las espinas, los cactus y las piedras en conjunto con el sol, les da pavor. Ellos viajan por lo superficial del concepto porque el Desierto no lo viven, entonces digamos que la exposición DE CIERTOS son sofismas visuales, eso es lo de moda, la ¡onda¡, un trabajo sin identidad, sin cultura y creatividad que lo respalde, frívolas expresiones complacientes que sirven de escenografía, para que los gobernantes tanto de Oaxaca como de Coahuila se publiciten como promotores de artistas, esto aún que nos cueste a todos un millón de pesos.
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