Ciudades vacías
Profr. y Lic. Miguel Treviño Rábago.
LAS CIUDADES y pueblos de México se han quedado vacíos. Las familias abandonaron casas, negocios, ranchos, propiedades. La violencia los aterrorizó y salieron huyendo a buscar lugares más seguros dentro del país o en el extranjero. Ya no quieren volver.
CIENTOS de comercios cerraron, los mercados se quedaron desiertos llenos de letreros que dicen "Se vende", "Se renta", "Se traspasa" y muchos otros no dicen nada. Sus cortinas de acero están aseguradas con gruesos candados. Por sus pasillos ya no transita nadie. Decenas de locales están vacíos y abandonados.
EL TURISMO desapareció. Se esfumó. Cientos de norteamericanos que abarrotaban los bares, restaurantes, mercados, parques de beisbol y futbol, plazas de toros, y otros lugares turísticos jamás volvieron a pisar territorio de México. Su gobierno les advirtió de la violencia y del peligro de ser secuestrados o asesinados. La enorme derrama de dólares que gastaban se agotó. Sin embargo, inexplicablemente hay cientos de las llamadas "casas de cambio".
LAS BANQUETAS en las tardes se llenaban de mecedoras con señoras platicando y desde allí vigilaban a sus niños jugando en las calles. Las bicicletas rodaban en todas direcciones, los balonazos se escuchan acompañados de gritos de alegría o desencanto. Todos los vecinos se conocían y se saludaban y hasta fiestas en las calles organizaban. Todos eran invitados. Hoy las "aceras" está vacías y los niños encerrados. Las calles lucen solitarias.
LOS MATRIMONIOS y novios salían a las plazas, iban a bailar, el cine era el mejor refugio para darse los primeros besos, esperabas lugar en la refresquería, los amigos y amigas se juntaban para bromear y divertirse, las bandas de música alegraban las tardes y noches, la hora de misa era sagrada y aunque fuera desde la puerta recibías la bendición, te ibas a los tacos, a las hamburguesas, al menudo, a la banca de la plaza a platicar sin preocupaciones. Hoy las plazas están abandonadas y las iglesias solas. Hasta los sacerdotes han sido agredidos o secuestrados.
HABÍA CENTROS nocturnos tranquilos, bonitos y ordenados. Podías bailar, platicar, celebrar, conocer personas, saludar amistades. La música era una delicia y el trato de todos era respetuoso. Nada te daba miedo. Tu auto estaba seguro, tus hijos en casa con la nana o la abuela, te divertías sanamente y disfrutabas tus fines de semana siempre en familia. Las noches eran tranquilas y podías caminar por las calles sin temor a nada ni a nadie. Hoy la vida nocturna se acabó en las ciudades. Sobreviven apenas unos cuantos de puro milagro o pagando "protección".
EN LAS plazas podías amanecer platicando con tus amigos, tocando la guitarra, la policía sólo daba vueltas vigilando que hubiera orden y respeto, podías permanecer allí todo el tiempo que desearas o que te dieran permiso, platicabas de tus novias, de la escuela, de tus aspiraciones, de lo que harías más adelante en tu vida, de los problemas en tu casa, de las fiestas que venían, de todo lo que se te ocurría y se te antojaba. Ahora a las 8 o 9 de la noche las plazas parecen panteones. Todas a oscuras y sin vigilancia.
A LAS escuelas podíamos ir a cualquier hora a platicar con los maestros sobre el aprovechamiento de nuestros hijos. Entrábamos y salíamos sin ningún problema. Podías ir por tus hijos para llevarlos al médico o llevarles un "lonche" a la hora del recreo con su refresco. Hoy las escuelas parecen prisiones. Los niños están enjaulados. Las escuelas llenas de rejas, bardas, vigilantes. Para entrar tienes que anunciarte e identificarte. Hay cámaras de vigilancia y nadie puede sacar un alumno (a) del plantel sin haber acreditado ser el padre, la madre o el tutor del menor. Los niños los entregas en la puerta y los recibes allí mismo.
ASISTÍAMOS JUBILOSOS a los desfiles patrióticos con cientos de personas en las banquetas que hasta silla se llevaban para estar a gusto y con sombrilla en mano. Aplaudíamos a los contingentes, nos sentíamos orgullosos de nuestra bandera, de nuestros soldados, de nuestros charros, de nuestros deportistas, de los maestros que gritaban las órdenes y de las marchas y ejercicios que realizaban. Había concursos de Rondas Infantiles, de Oratoria, de Declamación, de Aprovechamiento, de Canto, de Poesía Coral, de Escoltas, de Bandas de Guerra, de Atletismo, de trompo, balero, arco y papalote, y nuestros padres eran y fuimos los más mitoteros. Hoy ya casi todo eso se terminó porque se considera pérdida de tiempo ó son un riesgo para los niños. (?)
CADA SEMANA asistíamos a bodas, bautizos, quinceañeras, piñatas, meriendas, comidas, festejos, cumpleaños. Ya fuera en casas particulares, en salones de eventos, ranchos, instalaciones de clubes y hasta en la calle, había fiesta para todos. No necesitabas ni una invitación. Había alegría, comida, regalos, baile, gritos, cervecita, banquete, dulces, música, abrazos, lágrimas, perdones y reconciliaciones. Éramos una gran familia en donde todos nos conocíamos y nos tolerábamos. Hoy todo tiene que ser de día y temprano. Ya hay hasta "piñatas matutinas". Las fiestas -en su mayoría- terminan a las 6 ó 7 de la tarde. Y todo mundo a su casa a encerrarse. Dicen "es que usted ya sabe cómo está la situación". Todo hay que hacerlo antes de que anochezca. Porque luego, quién sabe que pueda pasar.....
CUALQUIER HORA del día era buena para viajar. Recorrimos hace años muchos lugares de México. Felices y confiados llenábamos una maleta de ropa y nos íbamos con parientes y amigos a otras ciudades. Los viajes eran tranquilos y de pura diversión. Si algo le pasaba al auto ó al autobús, sobraban los conductores que se detenían para auxiliarte. Eran aventuras que nunca olvidaremos. Y te sentías tan seguro en otras ciudades como en la propia. Hoy las mismas autoridades te recomiendan "viajar sólo de día" porque de noche no te garantizan nada. Y aún viajando de día, muchas personas van con miedo y preocupación porque hay historias de horror en todas las carreteras de México.
LOS ALCALDES paseaban por las plazas y caminaban por las calles. Saludaban a los vecinos, los escuchaban, llegaban a sus oficinas con un amigo o su secretario y se ponían a trabajar con las puertas abiertas. Toda la población sabía dónde vivía el alcalde, de qué familia era, cuántos hijos tenía, quién era su esposa, a que se dedicaba y hasta en que esquina se iba a bolear los zapatos. Hoy llegan en camionetas blindadas con un montón de pistoleros armados hasta los dientes, no reciben a nadie, no trabajan, tienen varias casas y varias mujeres, entran pobretones y salen millonarios, nunca rinden cuentas claras y las ciudades y pueblos siguen igual de abandonados, inseguros, sucios y calles destruidas. Nadie los enjuicia, nadie los denuncia, nadie les hace nada aunque hayan saqueado los ayuntamientos y por ningún lado se vean las obras públicas en las que dicen gastar millones. La impunidad y el cinismo son sus mejores características.
LA GUERRA desatada por Felipe Calderón en 2006 y la ineptitud y el saqueo en el gobierno de Vicente Fox, la ola de violencia que ensangrentó al país con 100 mil muertos, el "destape" de las cloacas de corrupción y complicidad con las bandas organizadas de los "alcapones" de nuestro tiempo, hicieron que estallara una "bomba" que ha herido gravemente a la sociedad mexicana y que nos tiene arrinconados sin poder hacer nada porque no tenemos con qué defendernos. En Michoacán, Guerrero y Oaxaca se organizaron los ciudadanos en las llamadas "autodefensas" que han frenado un poco la delincuencia. Ellos mismo lo dicen: "del gobierno no esperamos ya nada". Y lamentablemente la sangre sigue corriendo por todo el suelo mexicano. ¿Hasta cuándo? Nadie tiene la respuesta.
PARA FINALIZAR le comentamos que Tamaulipas vive los días más vergonzosos y lamentables de su historia como Estado supuestamente "Libre y Soberano". Su territorio ha sido dividido y convertido en 4 Zonas Militares bajo el mando del Ejército y la Marina. El responsable de gobernar ni renuncia ni pide licencia. Se aferra a una silla que no era y nunca debió ser para él. Pero a veces "nadando de muertito" se obtienen las ganancias económicas que son las únicas que les interesan. Y todavía preguntan con todo descaro ¿ con qué se come la dignidad?......
ESPEREMOS QUE las candidaturas ciudadanas florezcan electoralmente para darles una lección de dignidad a todos los partidos políticos que existen bajo subsidio y patrocinio gubernamental. Ya veremos y actuaremos.
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