Un desastre el libro de texto gratuito
¿Los libros de texto gratuito son un desastre? No, el verdadero desastre es tener de secretario
de educación a Emilio Chuayffet Chemor, un operador político encumbrado pero sin luces. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
El director de la academia de la lengua en México, Jaime Labastida Ochoa se pronunció sobre el libro de texto gratuito como un verdadero desastre no sólo por sus faltas de ortografía que abundan en los libros, sino también porque se detectó que “ponen énfasis en el saber pero no en la indagación, son libros que enfatizan las respuestas pero no las preguntas”, fueron orientados para evaluar la capacidad de los estudiantes en puntos específicos que no indagan ni preguntan o cuestionan el por qué de sus contenidos.
Labastida y Emilio Chuayffet, secretario de educación opinan que haber dejado en las manos del SNTE la elaboración del libro fue un error garrafal, pero la realidad es que no es culpa de los dirigentes del SNTE sino de quienes les encomendaron dicha tarea, porque hay que recordar que hay una Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito, y en esa comisión, tanto los secretarios y subsecretarios de educación tienen asiento al igual que la academia de la lengua, entonces las culpas recaen o deben recaer sobre el gobierno federal y no sobre el sindicato de maestros; ellos, los maestros sólo fueron “contratados” para elaborarlos pero la SEP (Secretaría de Educación) debería haberlos revisado antes de imprimirlos.
Aquí en México y más a nivel gubernamental las cosas se resuelven culpando a alguien pero la responsabilidad absoluta es de la secretaría de educación. Emilio Chuayffet, se sabe por su trayectoria dentro del gobierno, es un inepto y demagogo, de ahí que es increíble que ahora se cure en salud buscando responsables de los errores de los libros de texto gratuito. La cuestión es que no hay libros sin fe de erratas, ¿por qué los libros de texto no deberían tenerlas? Lo importante en este caso específico es detectar los errores y hacerlos visibles a los maestros para que en su tarea sepan cómo actuar ante el estudiante; señalar los errores es la clave, y no hacer libros de texto perfectos.
Lo que sí es importante para una excelente enseñanza es “invitar” al estudiante a que se cuestione e investigue, que indague y responda por él mismo todos los cuestionamientos; el maestro es sólo un guía que se supone es experto en enseñanza, y también, que le sirva al estudiante que se entusiasma en el aprendizaje a encontrar sus cualidades e inclinaciones, sin embargo desde hace algunos años -de 1988 a la fecha- los gobiernos han hecho del libro de texto un instrumento para que el estudiante aprenda lo mínimo necesario y pueda salir de la escuela directamente a desarrollar un trabajo mediocre. El gobierno se ha empeñado en abandonar la excelencia en el estudio y el desarrollo personal del estudiante según sus cualidades y preferencias, y ello ha llevado a poner de secretarios a gentes como Ernesto Zedillo y Emilio Chuayffet, dos personajes que nos sirven de muestra para entender el por qué México se atrasó en materias educativas. Chuayffet, lo he dicho, es el funcionario público más maleducado en este gobierno.
¿Qué pensará Peña Nieto de este punto relativo a los libros de texto? No creo que le invierta ni un minuto de su “valioso” tiempo en pensar algo sobre este tipo de libros que truncan en el estudiante sus posibilidades de desarrollo; tan es así que no pierde ni minutos en este asunto, por ello ha colocado a Emilio Chayffet al frente de la secretaría de educación, y al hacerlo deja entrever que lo que le interesa es poner incondicionales en los puestos claves de su administración con el fin de mantener el control de la gente, estudiantes y maestros, de ahí desprendo que lo que le advirtió Elba Esther Gordillo a Peña Nieto en octubre del 2012 es cierto. Enrique, le dijo “Te están engañando, estas reformas son negativas no sólo para los maestros y estudiantes sino para todo el país.” O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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