SILENCIO
Oliverio Ascascius.
En la poesía hay que dirigirse al viento
a los animales, a las estrellas,
a la naturaleza entera
y decirles:
¡Habla verde campo tapizado de vida!
¡O tú, luz incandescente
que nos ciegas con tus rayos!
¡O tú, águila o serpiente!
¡Y tú, lluvia torrencial
que das vida y muerte
sobre la tierra!
Digan lo que tengan que decir
a través de mis palabras
y después callen.
Callen, porque hay que escuchar
con atención
lo que trata de decirnos
el silencio. |