La reforma energética lo mismo que
el Tratado
de Guadalupe Hidalgo
La reforma energética y las leyes secundarias, representar la venta de la tercera parte de nuestra nación en cuanto a recursos naturales.
Peña Nieto, PRI y PAN perpetrarán el plan en este mes de junio, aprovechando la euforia del pueblo mexicano enajenado con el futbol. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Hace 166 años, el 30 de mayo de 1848, el presidente de México Manuel de la Pena y Peña y el secretario de relaciones exteriores, Luis de la Rosa, les cedieron a los norteamericanos, más de la mitad de nuestro territorio, a cambio de parar la guerra que emprendieron contra nuestro país, y un vergonzante pago de indemnización de 15 millones de dólares, de los cuales entregaron 3 millones y el resto fue en abonos, como quien compra un refrigerador en ELEKTRA. El pago de los 12 millones restantes, fueron administrados por nuestros políticos y jamás entraron a las arcas públicas. ¿Por qué hay que recordar este Tratado que no es más que un robo disfrazado de: “Tratado de paz, amistad y límites entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América”? Así bautizaron los gringos este robo cuantioso de nuestro territorio. Curiosamente, años antes intentaron comprarnos parte del territorio, eso nos dice que el plan de guerra fue preconcebido. Desde entonces nuestra soberanía depende de los intereses de EEUU y la buena voluntad de Washington.
Hay que recordarlo porque en unos días, otro señor de apellido Peña como Manuel de la Peña y Peña, pero llamado Enrique Peña Nieto, está vendiendo a EEUU la tercera parte de nuestros recursos. Los recursos energéticos que México posee son la tercera parte de nuestros recursos naturales explotables. ¿Cómo se le llamará a este nuevo tratado? No lo sé pero gente de nuestro gobierno ya ha firmado la entrega de energéticos nuestros al servicio de EEUU con el fin de integrarnos a lo que el TLC contempla como América del Norte -EEUU/Canadá/México- solo que entre Canadá, EEUU y México hay mucha distancia en cuando a bienestar social y a todos los demás rubros de la política y la cosa pública, y libre tráfico de mercancías, no de personas.
Los mexicanos hemos corrido con la suerte de tener gobernantes deshonestos. Apátridas e ineptos, eso es lo que nos diferencia de Canadienses y estadounidenses. Estos dos países al norte de México se gobiernan de diferentes maneras uno con el otro, pero ambos han sostenido un nivel más alto de vida de sus gobernados, muy superior al promedio de la vida socioeconómica en México, y no es porque son más ricos, sino porque son más educados, honestos y aptos. Todo lo planean anticipadamente, como lo hicieron con la guerra en la que nos robaron más de la mitad de nuestro territorio, y como lo han hecho para apoderarse de nuestros recursos energéticos. Canadá y EEUU tienen instituciones respetables, las nuestras dependen de la voluntad de una persona sin luces, y profana en todo lo que se relacione con patriotismo.
Los recursos energéticos ya se los hemos entregado a EEUU, lo que fue la reforma energética y las leyes secundarias que siguen, solo son para “legalizar” lo que ya se está haciendo, y para garantizar los intereses de las trasnacionales y oligarcas mexicanos y no los del pueblo de México que suma 118 millones de habitantes. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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