Eligiendo amos

José Luis Carrillo Hernández.

El primer ejercicio democrático de la humanidad se realizó 500 años antes de nuestra era, fue en Grecia y muy en particular en Atenas como parte de un proceso que se inicia con la monarquía, pasando luego por la tiranía, la que finalmente sucumbe frente a los gobiernos democráticos electos por los ciudadanos atenienses, ya con la ley escrita en búsqueda de garantizar el ejercicio de las libertades y derechos que la ley marcaba, mismas que los ciudadanos de Atenas se habían procurado desde los tiempos de Solón, el primer legislador y uno de los siete sabios que dieron las bases a la antigua Grecia.

Fue con Clístenes en el 510 a.c. cuando convoca a una nueva y amplia conformación de la organización política y social, ampliando la base participativa popular dando la ciudadanía e integrando a los libertos y extranjeros a los máximos órganos de discusión y decisión de los atenienses, el Boule y la Asamblea ciudadana o Ekklesia donde todos los ciudadanos podían participar de las discusiones y votaciones de los asuntos más importantes en la vida de Atenas, logrando mayores equilibrios en relación con las familias ricas y poderosas, descendientes de los fundadores llamados Geleontes, los cuales siempre ostentaban los principales puestos de gobierno.

Sin embargo los ciudadanos griegos eran una muy pequeña porción de la población frente a la mayoría de los habitantes de las polis que eran esclavos, se estima en un setenta por ciento la cantidad de esclavos del total de la población en la Grecia del siglo V a.c.

Eran los esclavos los encargados de realizar las labores de la casa, de los servicios públicos y privados de todo tipo que requería la minoría ciudadana, se desempeñaban de policías y hasta de servidores públicos en la administración del gobierno, otros administraban los negocios del amo y hasta negocio propio podían tener con la anuencia del amo, además de casa y familia. Sin embargo no todo era perita en dulce para los esclavos, los trabajos más pesados les correspondían como eran los de la minería y la construcción, o bien el de verdugo o capataz de los demás esclavos, servían para el placer del amo o de los ciudadanos y hasta en la educación de los niños los ocupaban, en Atenas llegaron a tener una ley que los protegía del maltrato físico de los amos, los cuales eran castigados con el destierro temporal y el esclavo vendido a otro amo, así los griegos no sólo son los padres de la filosofía, la historia, la estética, la lógica y la tragedia, también son padres de la burocracia y de los derechos humanos.

Cualquier parecido con la actualidad pareciera una mera coincidencia, una minoría usufructuando hedonistamente el producto de la fuerza de trabajo de una inmensa mayoría que les sirve en todas sus necesidades, gracias a una pequeña renta que en nada permite al individuo a gozar de una vida digna.

El amo hoy llamado patrón, puede gozar de los inmensos recursos que generan estas formas de explotación de la mano de obra empleada para realizar todo tipo de servicios y actividades productivas lícitas, y otras no tanto que están en manos y bolsas de esa clase dominante que cotizan en lo alto de la pirámide social.

Así como en Grecia, posteriormente en Roma y ahora en el mundo occidental, ya con los derechos humanos, sin esclavos en el mundo, toda la carga del trabajo productivo y de servicios que demanda la clase social dominante, sigue recayendo en la base social mayoritaria. Igual que en el pasado clásico del cual nos quieren hacer sentir herederos y orgullosos.

Pero sólo han cambiado los tiempos y algunas formas, 2500 años después estamos eligiendo “libremente” a nuestros amos.

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