Raúl, Riquelme y Morán: Sus cartas
Armando Montalvo Olivo.
Ser abanderado ahora por una izquierda muy cuestionada por quienes la componen a nivel nacional, no deja muy bien parado al ex secretario de Gobierno Raúl Sifuentes Guerrero en Coahuila.
Ahora todo indica que dirigirá la organización política Movimiento Ciudadano en la entidad. Y desde aquí moverá los hilos para involucrarse a su conveniencia con el grupo político encabezado por el edil de Torreón, Miguel Ángel Riquelme Solís o con el equipo del actual secretario de Estado, Enrique Martínez y Martínez.
Raúl sabe que está muy lejos de llegar a la oficina principal de Palacio Rosa, puede ser el aspirante de Movimiento Ciudadano por la gubernatura, pero perdería en la contienda electoral como cuando se lanzó para la alcaldía torreonense, el año pasado.
Por esta razón, su cercanía ahora con Riquelme es estrecha y no se diga con su discípulo, el segundo hombre importante dentro del Ayuntamiento de Torreón, Jorge Luis Morán Delgado.
Sifuentes Guerrero sabe a conciencia que encabezar Movimiento Ciudadano en la entidad, le dará un estatus y sobre todo un lugar dentro de la política, y ver desde esta trinchera como se manejan los que dirigen a los más de 10 partidos políticos, que velan primero por sus intereses y luego por lo que necesitan sus organizaciones.
El agradecimiento y lealtad que le guarda el ex priista y ahora actual diputado federal por este partido de izquierda, Ricardo Mejía Berdeja, y sobre todo el apoyo del ex mandatario zacatecano y actual legislador de la Cámara Baja, Ricardo Monreal Avila, le permiten a Raúl Sifuentes dejar en forma definitiva al PRI al que perteneció por años, hasta que este organismo político decidió no postularlo para el relevo como Gobernador a quien fuera su jefe por seis años, Enrique Martínez y Martínez, quien se inclinó, en ese entonces por Humberto Moreira Valdés.
A pesar de lo que se diga, Sifuentes Guerrero, conocido años atrás como “El Burbujo” Mayor en la entidad, hizo una plataforma política que tejió primero en su tierra natal San Pedro de las Colonias, Matamoros y Torreón, donde goza de popularidad y es bien visto por los diferentes sectores de la sociedad, que no sólo son simpatizantes del partido tricolor, sino también de Acción Nacional.
En el acercamiento definitivo entre Sifuentes Guerrero y Riquelme Solís mucho tuvo que ver Jorge Luis, porque al igual que Ricardo Mejía, el primero considera a Raúl como el político que incondicionalmente le abrió puertas para que ocupara cargos importantes dentro del gabinete de Enrique Martínez.
Su olfato político y manejo de redes de inteligencia le valieron a Morán para incursionar primero en el PRI Estatal y recibir luego una oportunidad laboral en el actual Gobierno de Rubén Moreira Valdez, al ocupar primero la subsecretaria de Asuntos Sociales en la Secretaría de Gobierno y después ser Secretario de Seguridad Pública.
A pesar de no tener una salida muy decorosa de esta dependencia, Jorge Luis siguió firme dentro del priismo coahuilense en La Laguna, hasta que su amigo Miguel Ángel Riquelme pidió licencia como diputado federal para escalar en la política local y ganar apretadamente la alcaldía de Torreón contra el panista Jesús de León. Morán Delgado hizo trabajo electoral y de inteligencia, que lo llevaron a ocupar la Secretaria del Ayuntamiento.
Raúl conoce a la perfección que el trabajo interno en la administración de Riquelme Solís lo teje Morán Delgado. Es por eso, que Sifuentes Guerrero hará equipo con ellos, porque a lo mejor las siglas de los partidos son diferentes, pero no sus ideales y las alianzas que puedan lograr este grupo lagunero.
Por lo pronto, Raúl tiene como colaborador directo al ex funcionario público, José Luis Dovalina Romero, amigo entrañable y de correrías precisamente de Morán Delgado. Todos tienen algo en común; conseguir que Miguel Ángel Riquelme se apuntale como un fuerte aspirante a la gubernatura.
El evidente apoyo que tiene el alcalde de Torreón del gobernador Rubén Moreira, y sobre todo de las estancias largas del Ejecutivo en esta región, hacen vaticinar su posible inclinación por Riquelme Solís cuando se llegue la hora de la sucesión muy por arriba de otros prospectos como el futuro diputado y próximo Presidente del Congreso del Estado, José María Fraustro Siller y del Secretario de Gobierno Armando Luna Canales.
Sin embargo, Sifuentes Guerrero no pierde brújula y mantiene su cercanía con el titular de Sagarpa en el país, Enrique Martínez y Martínez, porque sabe que su grupo político sigue firme y opera no sólo en la capital del Estado, sino también en otros municipios, para que alguno de ellos sea el posible sucesor de Moreira Valdez.
Por ahora, la estrategia que lleva a cabo, Raúl, Riquelme y Morán, se basa en que no hay un candidato verdadero de oposición que pudiera hacerles frente en el proceso electoral de 2017. Saben a la perfección que el PAN se encuentra dividido más que nunca, y que su principal prospecto para la gubernatura, el alcalde de Saltillo, Isidro López Villarreal está en su peor momento y llegara debilitado y con una serie de cuestionamien- tos a la antesala de la gubernatura.
Sin duda, el 2014, es el inicio de una reorganización total del grupo de Raúl, Riquelme y Morán, cuyo operador político es este último, al iniciar el trabajo sectorial en las colonias no sólo en La Laguna, sino también en Saltillo, Monclova, Región Carbonífera, Cinco Manantiales así como en Piedras Negras y Ciudad Acuña, porque si alguien cuenta con información electoral y de inteligencia, es precisamente Jorge Luis Morán.
El juego político de estos tres personajes dará que hablar de aquí en adelante y no cesará en sus intenciones por sentar en Palacio de Gobierno a un gobernador lagunero.
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