Política aldeana
Blas Flores Dávila es un rector sin proyecto propio, falto de creatividad e iniciativa para
promover estrategias que desarrollen a la UAC. En su primer año como rector se limitó a
continuar los programas de su antecesor, el ladrón (con ayuda de Blas) de Mario Ochoa Rivera.
Con un Plan de Desarrollo Institucional hecho y aprobado al vapor apenas un mes antes de rendir su “primer informe”, Blas despierta muchas interrogantes sobre la dirección que, en su administración,
sigue la casa de estudios.
Difícilmente se puede conducir la Universidad a control remoto como lo hace Blas Flores a quien en raras ocasiones se le ve por el edificio de González Lobo; el rector de la UAC “despacha” desde un lugar secreto para evitar cualquier contacto que lo comprometa con la comunidad universitaria.
Quizá el gris desempeño de Blas Flores en la UAC se deba a que considera estar ocupando un puesto que por derecho le corresponde como integrante de la cofradía de José María Fraustro Siller. Eso explica su despreocupación, apatía y distancia respecto a los asuntos universitarios.
Lo único que ha hecho Blas Flores es consolidar una nómina de “aviadores” que puntualmente cobran su catorcena como el caso de María Isabel Romero, actual directora administrativa del DIF Coahuila y esposa de Luis Gerardo García Martínez “El Yayo”, y ex colaboradora de Jorge Alanís Canales en la tesorería de la UAC en tiempos de Jesús Ochoa Galindo. No cabe duda, los riquillos saltilleros no llenan.
|