Crónicas de un saltillense agringado

Héctor Alejandro Calles Valdez.

Desde que conocí por primera vez, allá en la década de los setentas, el ahora arcaico juego de ping pong de la marca Intellevision, jamás he perdido el interés por los juegos electrónicos. Crecí siendo parte de esa generación de los Arcades, del Atari y de los juegos portátiles. Después llegaría una era de increíble desarrollo y gráficas poderosas como el Nintendo, el Sega, el Playstation y el X Box.

Además, son inolvidables los juegos para computadora que han salido a la luz; mis favoritos siempre han sido los de estrategia, entre cuyos títulos puedo mencionar algunos ya bastante veteranos como Dunas, Command & Conquer, Commandos y la serie de Age of Empires de Microsoft. Pero también me he apasionado hasta la locura con títulos como la saga de Resident Evil de Capcom para el Playstation y por supuesto, como olvidar el agente 007, título que vino revolucionar los juegos en el Nintendo 64.

Todo esto lo menciono porque hace dos días, en un ataque de ocio, se me ocurrió desempolvar el Nintendo 64 y me puse a jugar un título ya viejo, que por cierto fue desarrollado aquí mero en Austin, Texas; el de Turok, el cazador de Dinosaurios. El caso es que tenía tanto tiempo de no jugarlo que no recordaba la velocidad del juego y el realismo de las gráficas y la ambientación.

Después de unas dos horas de estar en la refriega me levanté y casi vomito. La falta de costumbre a los juegos de disparos en primera persona me hizo mella de inmediato, dejándome una sensación de mareo muy duradera.

Eso me recordó un dato muy importante en mi vida: que ya casi voy a cumplir 47 años, ¿Será que la madurez, las responsabilidades, el matrimonio, los hijos, la supuesta seriedad del intelecto y mi posición en la vida me quieren dar un buen consejo? No, para nada, la verdad es que yo jamás renunciaría a la diversión nerdista tan propia de mí, pues es mi vocación y parte de mi esencia.

Esto trae a mi mente un comentario que me hiciera una persona que me conoce muy bien, y me dijo que si Héctor Calles tuviera que decidir entre un table dance y un arcade de pin ball, ¿Cuantas moneditas se le echa a cada maquinita? En broma y es absolutamente en serio, yo soy hombre de gadgets y tecnología. Todo sea en el nombre de una sana, interesante, post moderna y sedentaria diversión humana.

Y quiero decir que se me hace que esto que estamos viendo al día de hoy (en términos de avances del entretenimiento) es solo el débil comienzo, es decir que no hemos visto nada aun. Quien sabe qué cosas nos tocará atestiguar más delante. Vayámonos preparando para el verdadero futuro.

Por ejemplo, los billones de dólares que genera en ganancias esta industria son una poderosa máquina que va a seguir generando muchas sorpresas, y sólo por dejarles un dato interesante, el reciente lanzamiento del juego “Destiny” en su primer fin de semana logró alcanzar los 500 millones de dólares en ventas.

No por nada en todas partes del mundo cada día hay más carreras universitarias enfocadas a dar abasto a la producción de esta tecnología. Lamentablemente yo llegué un poco tarde, o andaba un poco despistado en la vida, pero nunca me acerqué al desarrollo de juegos y hoy medio me pesa, pues hubiera sido una perfecta elección de carrera profesional.

En fin, no me queda de otra que seguir en el papel de ávido consumidor y/o crítico de los juegos electrónicos, lo de la creación queda en manos de las nuevas y afortunadas generaciones.

Fuentes:
http://www.cbsnews.com/news/destiny-celebrates-largest-video-game-launch-in-history/
http://www.destinythegame.com/media
Sitio web: www.HectorCalles.com
Contacto: hector_calles@hotmail.com