Geometría en el arte rupestre II

Rufino Rodríguez Garza.

Dentro de los dibujos está la cruz, símbolo universal en las culturas pretéritas, aunque después de la colonización en el norte de México, se empezó a grabar otra cruz, la que representa a la religión católica.

Las cruces son variadas en su representación pero muy socorridas en el ámbito que corresponde al estado de Coahuila. Unas son sencillas, otras con triángulos en los extremos, otras más con pedestal, no pocas de épocas precisas del calendario católico como la cruz de la pasión o de la Santísima Trinidad.

En el caso de las cruces prehispánicas, hablamos de las que se encuentran encerradas en un círculo que al mismo tiempo es un símbolo de orientación; o la representación del planeta Venus, el cual lo encontramos grabado como una cruz enmarcada. También las encontramos con elementos agregados que las hacen más atractivas visualmente. En sitios como El Dormido y Sabanillas la encontramos cuadrada, y en un sólo caso inconclusa. Ésta cruz o representación de Venus, Quetzalcóatl y/o la Estrella de la Mañana está muy difundido en localidades como El Pelillal, Rincón del Toro, Puerto Margaritas o San Rafael de los milagros, por sólo mencionar algunos sitios.

Aunque unicamente hemos localizado un solo “ejemplar”, vale la pena mencionar “el laberinto” en la propiedad del Ing. Ricardo Aguirre en Ciénega del Carmen, Parras, Coahuila.

Hay localidades como La Difunta, El Sol o El Buey en donde se grabaron dibujos en el “estilo inciso”, es decir, una forma diferente de marcar la roca que nos recuerda el corte con un objeto cortante como un cuchillo, dejando un grabado raro en México y en el mundo.

Más de una persona confunde estas “marcas” con “afiladores”, pero nosotros nos preguntamos: ¿Qué herramienta se podría afilar? Si fuera el caso de las puntas o proyectiles, éstas de inmediato se rompen y no dejan esa huella en forma de “V”.

Dentro de los símbolos que asociamos con territorialidad se encuentran varios que también se relacionan con figuras geométricas. Por ejemplo, en el área del Pelillal se marcó un dibujo en forma de medusa que aunque se hizo en diferentes formas, en su mayoría coincide en una parte superior que puede ser un círculo relleno o un semicírculo, pero siempre con dos prolongaciones o líneas rectas que terminan en dos pequeños círculos y que nosotros lo llamamos “hongo”. Bien puede tratarse de la representación de una honda, ese antiguo artefacto para arrojar piedras a mayor distancia, usada tanto para cazar como para la defensa.

Otro motivo identificado es el de triángulos o flechas alineadas con la punta hacia abajo. Es un dibujo muy localizado que sélo en ciertos espacios se le ubica. Estos símbolos territoriales eran para marcar sus lugares de cacería, recolección y sitios de entierros o de prácticas de ritos propiciatorios.

Otro motivo geométrico es el que se refiere a la lluvia; tratase de líneas verticales unidas por una línea horizontal en la parte superior.

Se observa que muchas de las cuentas a base de puntos obedecen a una ordenación por lo que es frecuente encontrar líneas de puntos tanto verticales como horizontales, algunas enmarcadas o encerradas en círculos rectangulares o cuadros. Pero también con los puntos se forman figuras, unas en zig zag, otras en semicírculo, otras onduladas, pero siempre con una exquisitez a toda prueba.

Los libros de geometría nos indican los elementos que forman la mayoría de los dibujos, ya sea grabado y/o pintado, estos elementos son:

1.- El círculo. 2.- El semicírculo. 3.- La “S”. 4- La línea ondulada. 5- La línea quebrada. 6.- La línea recta. 7.- La espiral.

En general todos los dibujos de la gráfica rupestre, son elaborados partiendo de los elementos antes dichos o de sus combinaciones.
Un estudioso del tema es el Dr. en Arqueología, Francisco Mendiola, el cual menciona que: “Todos estos motivos o elementos en asociación por su forma específica (curva, círculo y rectas) y combinaciones y/o mezcladas van como resultado de elementos abstractos tales como grecas, círculos y cuadrados concéntricos”.

Otro motivo geométrico es uno localizado recientemente en la Presa Lagunilla, que a pesar de las frecuentes lluvias de agosto y septiembre no almacena agua; bueno pues en los alrededores y en el Cañón de la Puerta Grande se encuentran repetidas veces unos círculos concéntricos pero abiertos, eso los hace interesantes y únicos y al que pudiéramos tratar como símbolo de algún grupo de los tantos que habitaron o transitaron por este lugar.

Estos casi semicírculos los hay desde dos hasta de siete y ocho cuerpos circulares y son de llamar la atención, pues se relacionan con tribus o con trampas para atrapar algunas presas.

La geometría es tanto en los petroglifos como en las pinturas. En muchos sitios del sureste coahuilense de Torreón o de Paredón, existen lugares con pinturas, muchas a las que los investigadores norteamericanos les llaman “lineal rojo”.

Y es por lo mismo, que no se aprecian figuras naturistas como animales, humanos o la flora, sino que se limita a una serie de líneas en aparente desorden: cuadrículas, círculos, líneas onduladas, puntos o una combinación de rectas y líneas curvas.

Otro motivo recurrente en la geometría rupestre es el que se refiere a los “peinecillos” o simplemente “peine”. Una sucesión de líneas cortas unidas por la parte superior. Los hay pequeños y/o de tamaño grande, es decir de más o menos líneas cortas.

También se observan algunos motivos que en el lenguaje popular le decimos “pizza”. Se trata de un círculo con divisiones que pueden ser de seis, ocho o más y que nos sugiere el mencionado alimento.

Suelen encontrarse gra- bados a base de puntos que muy probablemente se relacionan con cuentas astronómicas o calendáricas. Encontramos con relativa frecuencia otras cuentas, algo extrañas, pues se utilizó el filo de algunas rocas para hacer muescas que seguro indicaban lenguajes astro- nómicos, estas marcas de las que no hay referencia en los libros o ensayos de arqueo- logía, los venimos observan- do en diferentes sitios de la geografía de Coahuila.

En algunos tableros con gráfica abstracta, se obser- varon líneas rectas, quebra- das y onduladas. En algunas cañadas que desembocan en el Valle de Chupaderos encontramos cuadrículas que nos indican la contabilidad del paso de la luna (vein-tiocho días) o quizá la repre- sentación de una trampa para pescar en arroyos y lagunas (nasa).

Círculos concéntricos con divisiones en la franja exterior. Por último quiero men- cionar en esta nota mi amistad, que siempre com- partí con el buen amigo Juan José López González, mi amigo de la Narro, que nos acompañó en múltiples ocasiones, él clasificando plantas y nosotros regis- trando sitios arqueológicos con arte rupestre. Este próximo dieciséis de octubre será su primer aniversario de su partida. Descanse en paz.

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