107 años de Torreón con rango de ciudad y 121 como municipio
“Los recuerdos son más poderosos que la triste realidad presente”
Parodiando a Anatole France |
Jesús M. Moreno Mejía.
A pesar de vivirse en la actualidad tiempos difíciles y aciagos, Torreón
cumple con entusiasmo sus primeros 107 años con el rango de ciudad, y 121
años como municipio, gracias al empuje y coraje de sus habitantes.
“Los recuerdos son más poderosos que la triste realidad presente”
afirmó, palabras más, palabras menos, el célebre erudito, crítico y novelista
francés (1844-1924) en su famosa novela “Emilio”, y por eso hoy
recordamos dos fastos de la historia de Torreón: el decreto por el cual el
Rancho del Torreón se convierte en villa y a su vez se le otorga la categoría
de municipio el 25 de febrero de 1893, y catorce años después se eleva al
rango de ciudad en 1907.
Consideramos que con el decreto expedido por el gobernador José
María Garza Galán, el 25 de febrero de 1893 se expide el “acta de nacimiento”
de nuestra ciudad, pues siendo un simple rancho o congregación se le reconoce
como un asentamiento humano de gran importancia, donde no sólo habitan
gente de los alrededores, sino representantes de diferentes etnias.
El desarrollo social y económico de ese entonces se basaba en las
actividades de la agricultura y ganadería, en el comercio de toda clase de
productos, pues es el cruce de dos importantes ramales ferroviarios (Central
Mexicano, que después se convertiría en FFCC Nacionales de México, y el
FC del Pacífico), que fueron la etapa embrionaria y gestante de nuestra
ciudad.
Es por ello que equiparamos al mencionado decreto de Garza Galán
con el acta de nacimiento de Torreón, y catorce años después, con otro
decreto, la mayoría de edad de nuestra ciudad.
En seguida haremos una breve síntesis sobre el cómo se gestó Torreón,
o cuál fue su pasado histórico.
Mencionaremos en primer término que el nombre del lugar donde se
encuentra nuestra ciudad, perteneció al Marqués de Aguayo, quien en 1730,
ordenó se midieran los lugares aprovechables de la región, consideradas en
ese entonces “tierras realengas”, o sea pertenecientes a la corona española.
Posteriormente, en 1852, siendo propietario de estas tierras Leonardo
de Zuloaga, se establecieron los primeros ranchos que dependían de la
Hacienda de San Lorenzo, y en la margen sur del Río Nazas, según se dice,
ordenó construir un endeble torreón para vigilar y dar la alerta de la presencia
de Apaches, también identificados como “indios bárbaros”, los que
merodeaban Coahuila y Durango de vez en cuando.
Todavía existían vestigios de indios nómadas que ocupaban
temporalmente sitios que les eran útiles para la pesca y la recolección de
algunos ejemplares del reino vegetal; entre ellos había indios tobosos, irritilas
y zacatecos.
Los ranchos que tenía establecidos por estos lugares Leonardo de
Zuloaga, se les ubica en lugares que hoy conocemos como El Tajito, El Pajonal,
San Antonio de los Bravos y Coyote (que inicialmente se le conoció como
San Antonio de los Milagros).
Eduardo Guerra, por su parte, asegura que fue en 1850 cuando fue
construido el primer torreón en un terreno de cien varas por cada lado y
dicha atalaya en uno de sus ángulos, precisamente en el lugar conocido como
“El Carrizal”, destinado ese conjunto a dar albergue a quienes se encargaban
de desviar y controlar las aguas del Río Nazas mediante canales, para
asegurar el riego de sembradíos diversos, y que fue en 1853 que se le conoció
a ese sitio como Presa del Torreón.
En 1868 una fuerte avenida del Río Nazas destruyó la cuadra, el torreón
y los jacales que allí había, pero un año después se volvieron a levantar,
teniendo para ese entonces la categoría de rancho y poco después se le
conocía como la Hacienda de Torreón.
El progreso se inició y se forjó con la llegada de don Andrés Eppen en
1879, quien hizo las gestiones necesarias para que pasara el Ferrocarril Central
Mexicano por este lugar, lográndose que este sitio se convirtiera además en
la Estación Torreón en 1883, y por tanto parada obligada en el recorrido
México-Paso del Norte (hoy Juárez, Chih.).
En 1888 también llegó otra línea ferroviaria, conocida también como
Internacional o Coahuila-Pacífico, cuyos rieles partían de ciudad Porfirio Díaz
(hoy Piedras Negras), pasando por Monclova y Torreón, hasta Durango,
pero nunca se logró que continuara al litoral del Pacífico.
Con todo lo anterior se dio un fuerte impulso a las actividades
agropecuarias y comerciales de Torreón, que prosperaba enormemente y
razón por la cual se solicitó al
gobernador que se erigiera la
congregación en villa, con el plus de
crearse un municipio nuevo,
separándolo del de Matamoros, pero
continuando judicialmente como Distrito
de Viesca.
Al constituirse en nuevo
municipio, a Torreón se le adjudicó como
territorio el comprendido entre las
colindancias siguientes: al norte la
hacienda de La Concepción (hoy
conocido el lugar como La Concha); al
oriente el llamado “Cuadro de
Matamoros”, y al sur y poniente, las
líneas divisorias de los estados de
Coahuila y Durango.
Dentro de la historia-política de
la naciente villa, el 25 de septiembre de
1893 el referido gobernador Garza
Galán nombró como primer presidente
municipal a Antonio Santos Coy, quien
ya había sido alcalde de Saltillo en dos
ocasiones y una en Parras de la Fuente,
pero fue hasta el 3 de octubre de ese
año cuando se hizo presente en Torreón.
La consigna que traía Santos Coy
del gobernador era preparar en esos tres
meses de 1893, para elegir al futuro
Presidente Municipal de Torreón para
1894 (el mandato era por un término de
un año), resultando electo el coronel
Carlos González Montes de Oca.
Es digno de mencionar que el
primer Presidente Municipal, en sus tres
meses como Alcalde, se estableció en
un local proporcionado por Andrés
Eppen a un lado del Hotel Francia,
donde dispuso que con los primeros
impuestos recaudados se extendiera el
servicio escolar a un grupo de niñas,
pues en la única escuela que había en
ese entonces era exclusivamente para
niños, y se organizó también un modesto
servicio de gendarmería en turnos diurno
y nocturno.
También hubo necesidad de
oficializar el nombre de las calles y
avenidas de la villa, iniciándose éstas
con la llamada Ferrocarril y el resto con
personajes de la Independencia
(Hidalgo, Juárez, Morelos, etc.), en
tanto que las calles con nombres de
hombres ilustres de Coahuila,
comenzando con la primera, la Andrés
S. Viesca, seguida de la Melchor E.
Múzquiz, Miguel Ramos Arizpe, Juan
Antonio de la Fuente, etc.
A partir de ese entonces el
desarrollo económico, así como el social
de Torreón, fueron vertigi- nosos;
teniendo como resultado que en 1907,
por iniciativa del gobernador Miguel
Cárdenas, elevara a Torreón al rango
de ciudad. Es por ello que en este mes
habrá de festejarse el 107 aniversario
de Torreón en su calidad de ciudad.
¡Hasta la próxima! |