El enemigo: la partidocracia
En algo avanzó la conciencia ciudadana sobre la cuestión electorera, luego que contadisimos medios de comunicación y las redes sociales nos informaran sobre las lujosas “casas blancas” que la esposa del presidente y el secretario de Hacienda le compraran a la compañía constructora favorita de Peña Nieto desde que fuera Gobernador de Edomex; y cuando nos informaron (lo que ya sabíamos) de la utilización de vehículos oficiales en asuntos familiares, como el helicóptero de Conagua que sirvió para que David Korenfeld renunciara a su redituable cargo.
La conciencia ciudadana ha avanzado, porque después de tantos abusos, corrupciones y burlas de que hemos sido objeto por parte de nuestra infiltrada clase política, la que tiene harta a la sociedad, y a la que poco le importa mientras tengan bien “aceitadas” sus estructuras electoreras con el voto duro de los beneficiarios de los programas asistenciales que reparten dádivas.
Muchos ciudadanos preocupados por la situación nacional, se percataron de que la partidocracia es la causante de nuestras penurias, lo cual constituye un gran avance. Según dicen los administradores: Encontrar el origen del problema, es solucionar el 50 por ciento del problema, el resto se resuelve con las medidas que se tomen para ello.
El sistema de partidos que tenemos, en donde con dinero público se paga la política, publicidad y toda actividad pública de políticos y partidos, que lo único que han hecho es secuestrar el poder para su beneficio, y luego en el poder realizan todo tipo de negocios ilícitos y saqueo de los dineros públicos de los tres niveles de gobierno, ninguno de ellos se salva de la rapiña.
Aun con el enorme caudal monetario que malgastan los partidos y las instituciones electoreras, en conjunto todos los partidos políticos reunen sólo el 40 por ciento de la votación, dejándole al abstencionismo el 60 por ciento restante. Por tal motivo, quien quiera que sea el ganador en cualquier elección es un triunfador minoritario, que en el mejor de los casos obtiene el triunfo con alrededor del 20 por ciento de los sufragios emitidos.
El ciudadano que sabe que el enemigo son los partidos políticos, se abstendrá de votar. Hay que dejar solos a los partidos con su voto duro, con su “democracia” y con sus mentirosas ofertas. ¿Qué sucederá cuando en una elección sólo vote el 20 por ciento del padrón electoral o menos....
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