¿Quién se beneficiará con el “rescate”
del IEEPO en Oaxaca?
Adolfo Olmedo Muñoz.
No quisiera ser aguafiestas ni pecar de escéptico, pero la jugada que se realizó para, supuestamente quitarle el Instituto Estatal de Educación en Oaxaca a los miembros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), no deja de abrigar una serie, indefinible, de sospechas aunque ya Gabino Cue Monteagudo, canta una victoria, coincidentemente, a un año aproximadamente de que deje el puesto que le redituó hartas ganancias económicas y mediocres resultados políticos, sociales y económicos para el resto de la sociedad oaxaqueña en la entidad. Su oportunidad para redimir tal situación, puede ser el “triunfo” ante la CNTE, ante lo cual, me gustaría preguntarle a usted amigo lector: ¿Cree que la CNTE perderá sus privilegios? ¿Va a dejar sus prebendas?
No deja de ser un enigma y por tanto difícil de definir el posible rumbo de la educación en aquel estado. Más aun, cuando en esta partida de “ajedrez político” va en juego también el prestigio de Emilio Chuayffet, quien no creo que sea tan ingenuo como para cantar una pírrica victoria como ésta, de manera prematura.
Se ha hablado mucho en los medios de comunicación, y ha sido tema para volver a las matemáticas básicas, pues hasta hoy, nadie ha definido (ni lo definirán) las operaciones de aquella horda de mantenidos que se incrustó en la economía del Estado Mexicano desde hace veintitrés años. ¡¿Cuánto mamó el becerro?!
Miles, cientos de miles de millones de pesos se han tirado a la basura, con la complicidad negligente de ya casi cuatro sexenios, incluidos los dos panistas de la birlibirlezca “alternancia”, que nutrieron a esos parásitos, que tienen a la educación en el Estado de Oaxaca, en uno de los niveles más bajos.
Me parece estéril, tratar de ver cuánto le costó a la nación mexicana, tantos años de impunidad y vergüenza en todos los sentidos, pues es obvio que un daño tan evidente como ese, debió ser frenado desde hace mucho tiempo, no tanto por parte de las autoridades gubernamentales, pues al fin y al cabo, siempre han estado en el “cochupo”; en la “cocción del pastel”, sino por la Federación que ha traicionado su pacto, privilegiando a esa caterva, de manera discriminatoria para con el resto de las entidades del país, que sí han trabajado a favor de la educación.
Por lo pronto se dice que el presupuesto asignado al Instituto en Oaxaca, es decir, a la CNTE, en la última década fue de 141 mil 736 millones de pesos; para el año que corre, le fueron asignados 17 mil 788 millones de pesos, absorbidos en más del ochenta por ciento, por poco más de mil ochocientos “trabajadores” sindicalizados de la llamada “sección 22”, sinónimo de putrefacción.
De ahí, y conociendo los usos y costumbres de los “ladinos” incrustados en todos los ámbitos de la sociedad mexicana, tenemos que poner en duda la viabilidad de la acción, o por lo menos, una sana respuesta en breve tiempo.
Dice, aquel viejo adagio tibetano (en realidad es mexicano) que: “Perro que come mierda, ni aunque le rompan el hocico deja ya de comerla”. Los “trabajadores” de la “sección 22” no van a soltar el hueso tan fácilmente, por lo que habrá que esperar acciones “ladinas” soterradas, arteras, socarronas, secretas, pérfidas.
Por la parte contraria, tampoco creo que el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet se duerma en sus laureles, creyendo que la educación en aquella entidad sureña, será todo “miel sobre hojuelas”. Y desde ya se espera que el Secretario de Educación, esté bien conectado con la línea de gobernación, para ir sopesando, de qué manera van a intervenir los ladinos “centeros”, ¡coludidos muy posiblemente! con el gobernador Gabino Cue (su socio más reciente), en el proceso de cambio de mando en la entidad, pues no hay que olvidar que se avecinan elecciones para gobernador.
Ese será el punto medular de toda esta operación, pues si bien es cierto que Gabino, pudo haber obrado de buena fe, como uno de sus últimos actos de gobierno, también puede ser que haya cohonestado su postura, y que resulte su maniobra, una carta de negociación para poder heredar el gobierno oaxaqueño a algún incondicional, que de entrada, estaría comprometido hasta el cuello con, otra vez, la horda de la Sección 22 de la CNTE y desde luego, con el multicitado Gabino Cue Monteaguado.
Políticamente, el asunto está, por decirlo así; suculento. Cue ganó la pasada elección, respaldado por una coalición de organismos (eso de partidos es un eufemismo), con los cuales estableció, inequívocamente, compromisos. Uno de ellos, tal vez el más importante, lo haya roto con la maniobra de “rescatar” el IEEPO (Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca) de las manos de los de la CNTE.
Independientemente de que se le complicará “imponer” a un heredero, brinda a otros partidos la oportunidad de rescatar el terreno político que se había perdido. Concretamente, el Partido Revolucionario Institucional, tratará de abrir una nueva era de acción política; una nueva era de la función pública, con una supervisión mucho más acertada, bajo la tutela orientadora del “ministerio del interior” de la administración federal.. “Alea jacta est”. Chuayffet ¿se ha comprometido a cruzar su “Rubicón”? Él también, pone en juego su futuro político.
|