En las próximas elecciones en Coahuila
el PRI se llevará carro completo
Todo el panorama político indica que el PRI seguirá gobernando por 6 y más años a Coahuila; nada hay que se le atraviese, cuentan con el dinero necesario, venga de donde venga, y con más de 1800 operadores prestos a repartir despensas, dinero y otros insumos necesarios para la gente jodida. El problema no es del PRI sino de los coahuilenses que no sabemos unir esfuerzos. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Todo indica -según se ve- que el PRI arrasará en las próximas elecciones en Coahuila, sobre todo en La Laguna. Esto se desprende del hecho que nadie de ningún partido da visos de vida mientras el tricolor ya cuenta con cerca de 2 mil operadores prestos a repartir pintura, cemento, varilla, tinacos, despensas y vales de entre 500 y mil 500 pesos a quienes se comprometan a votar por el PRI.
Esto representa un movimiento normal dentro del PRI, así lo ha hecho durante los últimos comicios y les ha dado buenos dividendos; de 16 diputados locales ganaron en los 16 distritos; de los federales se llevaron la inmensa mayoría en el estado y en las próximas elecciones sucederá igual porque sólo ellos cuentan con el dinero suficiente y con un formidable aparato organizativo que se dedica durante todo el tiempo -electoral y no electoral- a ubicar y controlar a una mayoría de sufragantes, sobre todo pobres y comprables. Este es el panorama que veo hacia adelante.
Es un hecho que con tanto dinero -provenga de donde provenga- y operadores en un gran número y pagados con el dinero del erario -como siempre se ha hecho- el PRI mantiene el poder en Coahuila por siempre, así ha sido y no se ve que pueda este fenómeno cambiar; las circunstancias son las mismas de siempre.
No hay oposición considerable en el estado y mucho menos en La Laguna, lugar y comarca en la que quiero visualizar el futuro político, porque sin importar los deseos y anhelos de los laguneros de sacudirse las mafias generadas por Rogelio Montemayor y hasta los Moreira, para no escudriñar en el pasado, el lagunero tiene un talante específico que por su naturaleza no le ha permitido nunca unificar criterios y esfuerzos por alcanzar cierta independencia, ya no dijésemos preponderancia en la cosa pública.
En La Laguna de Coahuila hay como siempre ha habido, una efervescencia sobre un espíritu lagunero inexistente, lo digo porque en los 53 años que llevo viviendo en Torreón siempre he oído de ese espíritu pero jamás lo he visto; existen divisiones muy marcadas dentro de nuestra sociedad que no han permitido la unificación siquiera de los anhelos, mucho menos de los esfuerzos e intereses; cada quien jala para su lado.
Los empresarios aglutinados en sus diferentes cámaras e instituciones jalan siempre para el lado gobiernista, ya sea porque sus líderes son cooptados por el sistema que gobierna o bien porque el empresariado prefiere mantenerse así y ahí en su nicho de bienestar, aunque este sea ciertamente precario, sólo buscan mantenerse en línea con los intereses del PRI para no afectar los propios, sus intereses personalísimos.
Las clases medias fragmentadas en más de dos facciones ven con recelo a los políticos y a los de la clase alta -económicamente hablando- por envidia o por la razón que fuere, y miran con desprecio a la gente de abajo, a los más pobres e incluso ignoran a los miserables. Este es el problema, nadie quiere voltear para abajo, a la base de la población, a los que por eso controla el PRI con dádivas.
Cuando el empresariado en su conjunto y las clases medias volteen hacia abajo y luchen por beneficiar primero a los que menos tienen, a los desposeídos, y se unifiquen con esa mayoría que vive en la precariedad, ganando su confianza y haciéndose de sus simpatías, las cosas en la política cambiarán y se logrará que tanto políticos como empresarios ya no se conformen con las migajas que les echan al suelo los de arriba y los del PRI.
Incluso los políticos del PRI laguneros, lograrían más del doble de lo que ahora disfrutan, como son puestos públicos con fuerza y oportunidades de ascender al poder. ¿Cuándo sucederá eso? Lo ignoro, pero hay que empezar a luchar a favor de los de abajo y en contra de quienes por siempre han sometido a La Laguna y a los laguneros a los estadios de la servidumbre política, de tal suerte que de lograrlo aunque sea paso a paso, algún día no muy lejano, podrán gozar de los frutos sociales y económicos que hoy le son vedados. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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