¡Que conste,… son reflexiones!
Fernando Gutiérrez Barrios.
Hay un cambio importante: ahora no se debe decir: “granadero”,
se debe especificar que son promotores de la reforma educativa”.
Patricio. |
Sócrates A. Campos Lemus.
La información nos confirma que en el mes de Octubre se “aseguraron 324 mil kilogramos de drogas: mariguana, cocaína y metanfetaminas”. Los promotores de la legalización se preparan para comprar y empaquetarlas para cuando se permita vender legalmente…. Un gran negocio…. Como la política que, aseguran muchos, es una “droga”.
Y asegura en su artículo de Crónica, Rafael Cardona, agudo y certero como siempre, refiriéndose a las acciones del Partido Verde: “Solo a esta oportunista agrupación política se le ocurre en abierto desafío a la lógica, prohibir los animales en los circos y entregarle la medalla Belisario Domínguez a un empresario taurino y criador de toros de lidia y sacrificio como Don Alberto Bailleres. Y de la fama contaminante y antiecológica de las empresas del grupo Peñoles”
Pero no se necesita ir al circo para saber aquello de cómo baila el perro, con dinero, pues. Sin embargo ahora no es asunto de canes sino de rufianes y por eso fue posible ayer por la madrugada leer esta información destacada en la primera plan de Crónica: “La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), dependiente de la PGR, solicitó a un juez girar orden de aprehensión en contra del ex dirigente del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y actual subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de gobernación”, refiriéndose a Arturo Escobar.
Como son los tiempos políticos y de destapes, amparado por la editorial Grijalbo, aparece un libro que pinta bien y aclara muchas cosas y tiempo y circunstancias, de Fabrizio Mejía Madrid: “UN HOMBRE DE CONFIANZA”, una novela sobre la vida y obra de Fernando Gutiérrez Barrios, el “superpolicía político” que se llevó a su tumba secretos del sistema...”. En la colaboración de Fabrizio Mejía en la revista Proceso, se lee: “El 30 de octubre de 2000, después de una intervención quirúrgica murió el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, creador de la temida policía secreta que durante años espió, torturó y desapareció a miles de líderes sociales que luchaban contra el autoritario régimen, en 1997 él mismo fue secuestrado, pero recuperó su libertad tras el pago de un rescate”…
Sin duda en los claros y oscuros de la vida de Don Fernando, también se debe ver que, por ejemplo, él brindó la protección a los dirigentes cubanos, Fidel Castro, Raúl y el Ché Guevara, para que pudieran salir de México y empezar su transformación en Cuba; por algo siempre que sabía Fidel de que alguien llevaba algún saludo de Don Fer, personalmente se presentaba a agradecer y hacerle saber a Don Fernando que se le reconocía y admiraba por su apoyo al movimiento Revolucionario cubano. También, hay muchos testimonios de dirigentes y guerrilleros mexicanos que tuvieron esa comprensión y apoyo y que con su fuerza política, salvaron la cárcel, el exilio y la vida. Seguramente, no todo es negro, también se ven otras cosas.
Este libro disparará otros muchos sobre la vida de Fernando Gutiérrez Barrios, episodios de su vida que marcan toda una época y muestran el rostro del sistema político mexicano que se sigue mostrando en su piel democrática sin dejar de ser una dictadura, especial, movible, que impone y dispone, pero que no convence ni agrupa en la actualidad.
Son los tiempos del cambio y puedo señalar que don Fernando era un apasionado investigador de los sucesos de la “calle”, sostenía que ahí se conocía la tendencia de las luchas sociales y de los reclamos que se deberían de atender. No solamente era la cara represora, también la de la inteligencia que sabía que es mejor atender los reclamos que ofrecer el garrote como solución. Puedo señalar, como anécdota, que sabiendo que Joaquín Hernández Galicia había publicado un libro donde se pretendía escribir la historia de: “Un Asesino en la Presidencia”, que era la relación de hechos en el accidente que la familia Salinas de Gortari sufriera, en donde los niños, Raúl y Carlos jugaban con uno de los rifles de su padre, accidentalmente se disparó, matando a Guadalupe Juárez, una jovencita que prestaba sus servicios en la casa y que jugaba con ellos. Se solicitó a algunas gentes de que convencieran a La Quina de que no lo sacará a distribuir, dejando sentir que sabían que él, había patrocinado la publicación; al negarse Joaquín Hernández Galicia, se le dijo que no había aceptado, y su contestación fue: “No se preocupen, conspiración descubierta es conspiración abortada”… sin duda, el libro: “UN HOMBRE DE CONFIANZA” será una grata lectura que rescatará toda un época, que algunos dicen, ya pasó, y otros, insistimos, que está, en una dictadura, blanda, pero dictadura al fin de cuentas.
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