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el periodico de saltillo
Enero 2015
Edición No. 311


El error de diciembre 20 años después

Humberto Roque Villanueva, un soberano Don Nadie lagunero, dice en
los medios que la crisis de 1994, el error de diciembre, provocó que el PRI
y la Cámara de diputados estuviesen al punto de sublevarse al presidente
Zedillo. ¡Falso! Esa crisis además, es la misma de 1982 y del 2014.



Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Quien fuera Presidente del PRI hace 20 años -Humberto Roque Villanueva, la vergüenza de los laguneros- nos recuerda hoy sus experiencias con el error de diciembre y dice: “La crisis económica de diciembre de 1994 llevó al PRI y a la Cámara de diputados a sublevarse ante Presidente Zedillo, y 3 años después el partido perdió la mayoría, cosa absolutamente falsa lo de la tal sublevación porque en ese diciembre de hace 20 años no hubo un error ni una crisis derivada de ese supuesto error, el error empezó 12 años antes cuando Miguel de La Madrid llegó a la Presidencia, y se empeoró cuando Carlos Salinas, por medio de un fraude electoral igual al de Calderón y Peña Nieto, llegó a los Pinos para deshacerse de todas las empresas del Estado mexicano, entregándoselas a precios a rajatabla, a sus socios, amigos y cómplices.

Zedillo entró de suplente -circunstancialmente- de quien Carlos y Raúl Salinas mandaron matar, y Humberto Roque, por las mismas artes circunstanciales llegó a la Presidencia del PRI, partido político convertido en una enorme cueva de bandidos e ineptos, porque imagínese usted un partido en el que un Don Nadie, con mayúsculas, como Humberto Roque Villanueva es presidente, por fuerza tiene que fracasar y hacer fracasar todo esfuerzo de gobierno. Por esa razón perdieron 3 años después la mayoría en el Congreso ya que lo único que pudo aportar su Presidente circunstancial fue su famosa roqueseñal, una peladez a la altura de su autor.

Ahora que se cumplen 20 años de esa sarta de fraudes de Salinas y su pandilla que derivaron en el llamado error de diciembre, un payaso como Humberto Roque Villanueva intenta llenar las páginas de los diarios con esa mísera noticia para alivianar un poco el alzamiento social que se ve en puerta derivado de dos errores del propio PRI, el asesinado por fusilamiento de 22 personas en Tlatlaya, estado de México y la desaparición, secuestro, asesinado, incineración y vejación de los restos que fueron tirados en basureros, de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, estado de Guerrero.

Las crisis, la actual y la de hace 20 años por el supuesto error de diciembre no se generaron por errores sino por actos hartos de corrupción y vandalismo de quienes nos gobiernan. Los doce años de ineptitudes y deshonestidades de los sexenios de de La Madrid y Salinas, previos a diciembre de 1994, fueron causal del desemboco de la crisis de diciembre del 94, al igual que los crímenes de lesa humanidad y lesa patria perpetrados por el ejército mexicano y la policía federal, en Tlatlaya, estado de México e Iguala/Ayotzinapa, Guerrero, fueron la gota que derramó el vaso de la tolerancia del pueblo mexicano. Esos crímenes horrendos han hecho que la inmensa mayoría de los mexicanos repudiemos al gobierno, sobre todo a Peña Nieto y a su gabinete compuesto por puros vividores que se están enriqueciendo desmesuradamente robando al erario.

También mercadeando el influyentismo y vendiendo girones de patria a la oligarquía nacional y a las trasnacionales, este gobierno como los de los cinco anteriores sexenios, nos han provocado no una crisis como la del 94 o la del 2014, sino una crisis continua y perpetua que ya ha durado 32 años, y año con año va empeorándose. El PRI siempre fue un partido envilecido porque viles eran y son quienes lo conforman, de ahí que no podemos echarle culpas a nadie en lo particular. Zedillo en el 94 era un instrumento de Carlos Salinas para salir de la crisis de los asesinatos de Colosio, de Ruiz Massieu y el levantamiento zapatista, tal como lo es Peña Nieto de un grupúsculo priístas coludidos con empresarios como Emilio Azcárraga, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Claudio X. González, por mencionar a algunos, entonces, que no nos venga Don Roque, el de Paco Miller famoso por su roqueseñal, a meter en la cabeza que el error de diciembre que no fue error, llevó al PRI y a la Cámara de diputados a sublevarse contra Zedillo. Eso es una patraña para distraer la atención de la crisis que hoy ahoga a Peña Nieto. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com

 

 
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