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el periodico de saltillo
Enero 2015
Edición No. 311



2015, año destinado a la lectura

“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se
deben a que los ignorantes están completamente seguros
y los inteligentes llenos de dudas”.
Bertrand Russell.



Salomón Atiyhe Estrada.

En la historia de la comunicación hay tres momentos de importante consideración para el desarrollo cultural de la humanidad, mismos que se deben a descubrimientos técnicos, uno es la aparición de la imprenta que tiene su antecedente en China con la técnica del sello grabado o en relieve en el año 960, empleando tipos móviles de madera; en el 1280 pasaron a Turquestán, pero fue el año de 1450 en que Johann Gutemberg inventa el arte de la tipografía que se fue perfeccionando para masificar la edición de libros que antes se escribían a mano y sólo para la élite. Con justa razón Thomas Jefferson dijo: “El arte de la imprenta nos protege contra los retrocesos de la razón y la información.” Y Gutemberg en una corta lección nos dice: “La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo”. ¡Cuánta razón tenía! Los libros conquistaron a todo el mundo y con ellos la revolución cultural del pensamiento.

Los otros dos descubrimientos técnicos son el uso de la electricidad y la información digital. Por hoy nos ocuparemos de los libros y su importancia en el desarrollo del cerebro y de la comunicación. La edición de libros, documentos, revistas y todo tipo de publicaciones permitió un acelerado proceso de la civilización; la Biblia de Gutemberg permitió el conocimiento masivo del cristianismo. “La imprenta permitió conservar el pensamiento escrito o la imagen y difundirlos en numerosos ejemplares, poniéndolos así al alcance de un público más amplio y diverso, además de que la reproducción se hizo más barata y así la información, la cultura y el conocimiento, dejaron de ser patrimonio de una minoría.”

Existen libros de colección que cuestan sumas elevadas, como ‘Codex Leicester’ de Leonardo de Vinci, por el cual Bill Gates pagó en 1994, 30.8 millones de dólares. Se trata de un documento científico de 72 páginas acerca de astronomía, meteorología, hidráulica, cosmología, geología y paleontología. ‘Magna Carta’ se vendió en 15.5 millones de euros en 2007 al empresario estadounidense David Rubenstein. Es una copia de 1297 de este documento histórico, escrito a mano y con el sello del Rey Arturo. ‘Evangelio de San Cuthbert de Lindisfarne’, (10.7 millones de euros) En posesión de la Biblioteca Británica. Es el libro europeo más antiguo que haya sido conservado en perfectas condiciones. Una copia manuscrita y en latín del Evangelio según San Juan, descubierta en la tumba de San Cuthbert al abrirse en 1104.

Con la aparición de la información digital irrumpe en el Internet el libro electrónico detonando un tremendo entusiasmo que aventuraba la caída del libro impreso y las casas editoriales, pero luego fue decayendo hasta estabilizarse en un 25%. Según los investigadores de e-book concluyen que cada día se leen más libros electrónicos, pero el papel sigue siendo el formato más utilizado y, además, la mayoría de los que leen en soporte digital también lo hace en formato físico.

En México hay un esfuerzo unificado para incrementar el número de lectores, cada vez se suman más estados en la organización de Ferias de Libros, como la FIL de Guadalajara o la de Tamaulipas, y los municipios a través de sus casas e institutos de cultura incrementan sus actividades dedicadas a promover la lectura, asimismo los maestros desde el nivel prescolar hasta el universitario hacen causa común con este esfuerzo compartido. El país que más lee es India, con un promedio de lectura por habitante de 10 horas y 42 minutos a la semana, seguido de cerca por Tailandia, China, Filipinas, dejando atrás a las grandes potencias de occidente, según reveló el ranking publicado por la firma NOP World. En la quinta posición aparece Egipto con siete horas y media dedicada a la lectura, la República Checa ocupa el sexto lugar con tan sólo seis minutos menos que el país árabe. El top diez se completa con Rusia, Suecia, Francia, y Hungría en el orden antes mencionado. Sorpresivamente, Estados Unidos sólo aventaja a México por dos lugares, ubicándose en la posición número 23. De acuerdo con el estudio, nuestro país tiene mejor promedio de horas de lectura que naciones como Reino Unido, Brasil, Japón y Corea.

El domingo 21 de diciembre pasado fue el Día Mundial de la Siembra de Libros, consiste en que usted y cada uno de los que se quieran sumar a este proyecto, seleccione uno de sus libros que ya haya leído y en un lugar público y concurrido lo deje ‘olvidado’ en un lugar visible para que alguien se lo lleve; así lo hice yo, deje un libro de mi autoría en el estacionamiento del Café Martín de la Hidalgo, titulado ‘Polvorera’, cuando salí del café ya no estaba donde lo deje, obviamente en la primer página escribí “21 de diciembre, día mundial de la Siembra de Libros, este es para usted, puede llevárselo y cuando lo lea préstelo a otra persona”, y mi firma.

Aristóteles sólo reconocía tres géneros literarios: épica, lírica y dramática; hoy equivalente a narrativa, poesía y teatro, pero con el tiempo se han ampliado a novelas, cuentos, biografías, ciencia ficción, ensayos, libros técnicos, manuales académicos, compendios, relatos de viajes, compendios, antologías, microhistorias, humor, históricos, crítica, guiones cinematográficos, artículos de divulgación de la ciencia, notas periodísticas y muchos más. El género que nace con las cartas personales, o sea el Epistolar, de plano ha desaparecido por la facilidad de comunicarse por teléfono, Internet, celular. Antes los libros epistolares eran de suma importancia, sobre todo, la correspondencia franqueada por científicos y filósofos como Einstein, Carl Marx, Freud, Carlos Jung, Bertrand Rusell (por citar sólo algunos ejemplos) o poetas y escritores, así como epístolas de amor.

Los libros que más se leen son los sagrados, como La Biblia, la cual Jorge Luis Borges considera una verdadera biblioteca, tomando en cuenta que su nombre es un plural, añade: “¡Que idea excepcional, la de reunir libros de diversos autores y distintas épocas y atribuirlos a un autor único y anónimo, el Espíritu! ¿No es maravilloso? Es decir, obras tan dispares como el Libro de Job, el Cantar de los Cantares, el Eclesiastés, el Libro de los Reyes, Los Evangelios y el Génesis: atribuirlos todos a un solo autor invisible: Los judíos tuvieron una magnífica idea: reducir sus libros, su biblioteca entera, a un libro llamado “Los Libros”, La Biblia.” y el Corán de las religiones monoteístas; las escrituras sagradas de los Vedas y los Upaninishad. El libro más antiguo es el Libro de los Muertos, 1,550 a.C. escrito en hieros y glyphós, en el Imperio Nuevo del Antiguo Egipto, un libro funerario. ¿Cuántos libros se propone usted leer este año y cuántos va a sembrar?

Parte de esta consulta se realizó en la Revista Médica de octubre 2014, ‘El libro y su historia’.

 
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