Para sacar a México de este marasmo aprendamos de la historia

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Convenzámonos que estamos ante un Presidente ajeno a las letras y al humanismo, que le apuesta a convencer con propaganda pagada con nuestro dinero y, a que los mexicanos somos olvidadizos, tontos y pusilánimes. ¿Ya lo estamos?... El camino es aprender de la historia con hechos y personas ejemplares, Juan Carlos Ruiz Guadalajara nos dice cómo. Nos remite al siglo V a. C. cuando Herodoto y Tucídides narraron las guerras de su siglo y a los personajes que ejercieron el poder, pero antes nos invita a contemplar plenamente el ejemplo paradigmático que en este caso representa Peña Nieto, por su incapacidad, su proclividad a la corrupción y a la mentira, y su terquedad en apostarle a la propaganda para convencernos que es apto, honesto, correcto y un buen mexicano, cuando las evidencias lo pintan como todo lo contrario.

“Tucídides destacó en su historia de la guerra de Atenas contra Esparta la personalidad de Pericles como militar comprometido, político honesto y ciudadano ejemplar. Estas cualidades son la base de su ascenso al poder. Por lo anterior el pueblo lo apoyó en ir a la segunda guerra contra Esparta en el 430 a.C., y tras resistir la invasión de los espartanos, una peste asoló a los atenienses y el pueblo decide culpar a Pericles de esta desgracia.

Pericles convocó a una asamblea y enfrentó los cuestionamientos, sin embargo el pueblo decidió multarlo pero, le ratificaron su mando y autoridad al frente de la cosa pública, porque el pueblo reconoció que en tiempo de paz gobernó con moderación y garantizó la seguridad de los atenienses, y en tiempos de guerra se manejó con prudencia y apegado al interés común por encima de intereses particulares. Un año después (429 a.C.) Pericles muere víctima de la epidemia.

Este fragmento de historia nos ayuda a los mexicanos a eliminar la propaganda falsaria que cubre la realidad que vivimos: el actual Presidente de México no tiene autoridad para gobernarnos, carece de prestigio y talento, trabaja en contra del bien común, es manifiestamente sobornable y se hizo del poder por medios ilícitos. Con tales prendas, solo puede encabezar una nación convertida en cementerio clandestino, hundida en la corrupción, el crimen, la desigualdad, la impunidad y el saqueo. La lección de la historia es cruda y urgente, Peña Nieto jamás podrá verse en el espejo de Pericles”

Juan Carlos Ruiz G. es explícito y claro, ¿nosotros seremos claros receptores de sus ejemplos? Está por verse, porque mientras el sistema político mexicano esté podrido como lo está, no podremos llamar a cuentas a Peña Nieto ni a ningunos de sus secretarios y cómplices dentro del sistema legislativo y el judicial. Está claro que somos rehenes del sistema y que Peña Nieto es apenas una pieza menor en este tinglado y maraña de complicidades, pero… ¡Hombre! Algo podrá hacerse.

En un documento titulado “México se los demanda” 19 organismos que agrupan a los hombres y mujeres más ricos del país, cuestionaron a las autoridades de los tres poderes por su inacción, y le dicen a Peña Nieto, al legislativo y al judicial; ¡Ya basta!... ¿Hasta dónde y hasta cuándo? Lo que vemos en este documento es más complicidad que reclamo, porque al decirles ¡Ya basta!, el hasta dónde y el hasta cuándo sale sobrando, debería ser: ¡Hasta aquí señor presidente, hasta aquí señores jueces magistrados y legisladores!... ¡Hasta aquí! Este gobierno no funciona. Sabemos ciertamente que la oligarquía y las trasnacionales nos enjaretaron este gobierno, ¿por qué entonces en vez de quejarse de él no lo sustituyen por otro que tenga mayor sensibilidad a las cosas públicas y al humanismo?... ¿O, habrá que hacer otra reforma constitucional para darle de nuevo poder al pueblo mandante sobre el mandatario? O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

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