Momento de coyuntura:

El México que Peña Nieto quiere mover

Luis Fernando Hernández González.

Las etapas por las que transita todo gobierno se dan conforme a su impacto emocional en las personas que integran su universo de operación, así el presidente de la república Enrique Peña Nieto, con una amplia cobertura de inicio en sus propuestas y expectativas de un cambio profundo que dieran viabilidad a las esperanzas de millones de mexicanos, que después de obtener el triunfo electoral de manera clara y convincente, se propuso una serie de reformas denominadas estructurales entre las cuales se encuentran: Reforma Energética, Reforma en Materia de Competencia Económica, Reforma en Telecomu- nicaciones y Radiodifusión, Reforma Hacendaria, Reforma Financiera, Reforma Laboral, Reforma Educativa, Nueva Ley de Amparo, Código Nacional de Procedimientos Penales, Reforma Político-Electoral y Reforma en Materia de Transparencia, disposiciones legislativas bajo las cuales se ha buscado estimular la competencia económica, el equilibrio entre factores productivos, el ajuste en la redistribución del ingreso nacional, la transparencia de acciones que proceden de las autoridades públicas, a la vez que coberturas y aplicaciones que brinden a los mexicanos mayores indicadores de una buena seguridad.

Con todo ello por supuesto que se han lesionado intereses y privilegios usuales, tanto en el contexto económico, social y político, generando con esto reacciones desmedidas y difusiones publicitarias cuestionables focalizadas hacia el gobierno federal, y con todo ello haciendo un grave daño a la nación.

Voces e intereses que lo mismo cuestionan los recortes presupuestales y el escaso crecimiento económico, como los indicadores de inseguridad y falta de tino en la solución de los conflictos sociales, generando un caldo de cultivo en favor del caos y la resistencia social que conlleva a un destino sin objetivos y sin fin.

Bajo este contexto surge la aseveración responsable y comprometida de un empresario Lorenzo Servitje, dueño de la empresa Bimbo, quien demanda el propósito de brindar un respaldo institucional al presidente de la república como líder natural de esta nación, ahora que es acremente cuestionado, es momento en donde los empresarios deben de asumir su papel político–social para abrir nuevas expectativas para el desarrollo de México, similar expresión de otros mexicanos que señalan, como origen de los problemas nacionales se da su cimiento en la falta de atención a la pobreza y a la exigua redistribución del ingreso nacional, en donde subsisten millones de pobres en el país que reclaman de justicia en sus diferentes significados.

Cabe agregar como nota cultural que para los estudiosos de los gobiernos en cuanto a su ejercicio público fundamentan su análisis en el estudio ligado a la esfera ética, teniendo como guía el concepto de justicia que auxilia también para determinar legitimidad y acción del poder mismo.

Un segundo concepto de estos estudiosos está relacionado con el ámbito de la eficiencia en donde los objetivos del poder están íntimamente en función por alcanzar aquellos fines al menos costo posible; junto a estos propósitos se presenta una opción más para definir la gobernabilidad que es una combinación de las anteriores hipótesis, al surgir la conjunción que se sustenta en el antiguo concepto de orden político basado en la estabilidad.

Entonces encontramos una razón bien fundamentada cuando apreciamos que un sistema político será más gobernable mientras tenga más capacidad de adaptación y mayor flexibilidad institucional respecto de los cambios de su entorno nacional e internacional, económico, social y político que las circunstancias le señalen encontrando de esta manera la tan apreciada gobernanza con la que todo régimen busca apuntalar su ejercicio de poder.

Encontramos con ello, este término de gobernanza que conjuga en su contenido que es el “estado o grado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental”, permitiendo articular los principios de eficiencia, legitimidad y estabilidad, permitiendo encontrar un solo plano entre autoridad, sistema político y sociedad, lográndose de esta manera la eficacia y eficiencia gubernamental, y la legitimidad social que demanda toda sociedad para reconocer un sistema político exitoso con goce de aprecio por parte de su población.

Por el contrario cuando se presenta la ineficiencia gubernamental para el tratamiento de los problemas sociales y la erosión de la legitimidad política generan un círculo vicioso que desembocará en situaciones inestables de ingobernabilidad, subversión, vandalismo y anarquía. Ejemplo que ahora tenemos en entidades como Oaxaca, Guerrero y Michoacán, en donde sus autoridades públicas se han visto gravemente rebasadas por agrupamientos, organizaciones y liderazgos de corte socialista, comunista y populista, que como fin conjugan propósitos unilaterales que no corresponden al sentir del grueso de la sociedad.

Así llegamos al México que el presidente Enrique Peña Nieto quiere mover y al México que otros intereses quieren detener.