El secretario de relaciones exteriores
quiere inventar un Nuevo México
El canciller mexicano, José Antonio Meade Kuri-Breña, como buen libanés “Turco” intenta encubrir a su paisano el también libanés “Turco” Jesús Murillo Karam, el que por todos los medios creíbles e increíbles intenta deslindar de sus responsabilidades en el caso de los 43 de Ayotzinapa, al ejército mexicano y a la policía federal. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
No cabe duda que el canciller mexicano intenta inventar un México que no existe, un México en el que los asuntos feos como el de Ayotzinapa no aparezcan, un México en donde solo lo bonito deslumbre como el oro y la plata y que lo feo, lo mugroso, lo criminal y procaz, se esconda bajo la alfombra de la diplomacia campirana que un turco –José Antonio Meade Kuri-Breña- pretende hacer de la otrora prestigiada diplomacia mexicana. Lo grave de este asunto es que el canciller de México, como el procurador de justicia, Jesús Murillo Karam son de origen libanés, “Turcos” como en algunas partes del país se les denomina, ¿y por qué no hacerlo con Murillo Karam y con Meade Kuri-Breña, si a este primero le encanta inventar apodos, como lo ha hecho al referirse a algunas de las victimas entre los 43 de Ayotzinapa?
Senadores del PRI y sus cómplices los del partido PVEM han recibido instrucciones del canciller Meade Kuri-Breña para que difundan en foros internacionales un México desligado y ajeno del horroroso caso de los 43 de Ayotzinapa. De tal forma que se difunda la idea de que México es un país de un buen prestigio humanista y progresista y una nación con gobierno justo y honorable con sus ciudadanos, ello sin importar que eso sea una brutal mentira, porque México es en América Latina la nación más mal gobernada y en donde la clase política en contubernio con una cierta clase empresarial, plutócrata por antonomasia, se han adueñado del país, empezando por el manejo discrecional del erario público, para culminar con bienes naturales como energéticos y el agua, pasando por los medios de comunicación, carreteras, bancos y partidos políticos.
La senadora del PRI, también de origen libanés –turco según el decir de gente del sur/sureste- Diva Hadamira Gastelum dijo ante un foro de partidos políticos de América Latina y el Caribe que: “El PRI debe levantar la voz y decir que el gobierno federal ha realizado una investigación seria y trasparente sobre la desaparición de los 43 de Ayotzinapa” siendo esto absolutamente falso. También agregó: “Sembrar sobre el desprestigio de México no es bueno” sin importar que el desprestigio de México debido a su pésimo gobierno, está en boca de todo el mundo. No solo en México se sabe que el gobierno es inepto, corrupto e incluso criminal, el mundo entero lo sabe. Entonces, ¿qué caso tiene ir a mentir al extranjero? Cuando todo mundo percibe y se percata que los 43 de Ayotzinapa fueron secuestrados por el Estado mexicano, fueron entregados por unas autoridades –municipales- uniformadas, a otras –federales- vestidas de civiles, las que los torturaron, los asesinaron, los incineraron y sus restos fueron desaparecidos.
El cuento vertido por Jesús Murillo Karam, procurador de justicia de pacotilla, en el sentido de que unos delincuentes confundieron a los estudiantes con otros delincuentes y los asesinaron, ni es cierto ni es creíble por más que los políticos mientan y que la prensa vendida los secunde.
El pasado jueves 30 de enero, el canciller Meade Kuri-Breña reveló en una reunión plenaria de los priístas, que hay que luchar por el prestigio de México, a él –lo dice él- le parece lo más elemental que hay que hacer. Planteó que hay que resaltar por todos los medios posibles e imaginables que los responsables intelectuales y materiales del secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ya están detenidos y sometidos a proceso penal. Siendo esto –como todos sus dichos- totalmente ficticios, encubridores y tendenciosos. Este tipo de comportamiento de gentes de origen árabe metidos en política, me explica claramente que el prestigio de esta gente está en el medio de los negocios y el dinero, y que cuando incursionan en actos de la cosa política y pública, no se pueden desprender de sus genes tribales y de sus afanes pecuniarios, de ahí que este gobierno, el de Peña Nieto, no funcione. Son demasiados los funcionarios de origen árabe “turcos” que están en el gabinete. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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