El Papa Francisco en su viaje “pastoral” por América del Sur

Desde antes que Juan Pablo II muriera, algunos analistas comenzaron a especular sobre la necesidad de que el próximo Papa debiera ser latinoamericano, debido a que América latina era el bastión principal del catolicismo en el mundo. En esta región, la iglesia católica tiene alrededor del 80 por ciento del total de su feligresía, por tal razón ameritaba que uno de los mismos cuidara el rebaño de criollos, mestizos e indígenas, que componen los países del sur del río Bravo.

Ya era hora que de la mayoría de los fieles surgiera quien iba a conducir a la iglesia al inicio del siglo XXI. Esto era de vital importancia para los intereses religiosos, políticos, sociales y económicos del catolicismo, y más aún cuando América del Sur se encontraba convulsionada por la aparición de líderes de regímenes de tendencia popular-socialista, que al llamado del presidente venezolano, Hugo Chávez, habían unido a sus países para impulsar el desarrollo integral de sus pueblos, y para protegerse del saqueo criminal que el imperio estadounidense hacía objeto a sus naciones.

Aunado a esto, Latinoamérica es una caldera con demasiada presión, producto de la miseria, el desempleo, la violencia, la injusticia, el saqueo y la corrupción, que anda en la búsqueda del camino que los lleve a la liberación y al progreso. La iglesia mucho tiene que ver en la deplorable situación de los países latinoamericanos, pues desde hace más de 500 años es la guía moral y espiritual de esta parte importante de la humanidad que no ha podido superar la conquista ni la pobreza, ni sacudirse a los explotadores.

Pero a pesar de las condiciones y la necesidad de un Papa latinoamericano, a la muerte de Juan Pablo II (2 de abril de 2005) se eligió al alemán Joseph Ratzinger, quien inició su papado con el nombre de Benedicto XVI. La llegada de un Papa latinoamericano debía esperar un tiempo más. Casi 8 años después de asumir su papado, Benedicto XVI dimitió el 28 de febrero de 2013, y se retiró a la oración.

Fue entonces cuando el argentino Jorge Mario Bergoglio fue electo como Papa y asumió el nombre de Francisco, convirtiendose en el primer Papa jesuita y el primer Papa latinoamericano. Por eso la esperanza en él.

En días pasados, el papa Francisco hizo una gira por América del Sur para visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay. En esos tres países, Francisco habló más claro de lo que los demás Papas lo hicieran alguna vez. En esas naciones lo recibió una multitud regocijada con su visita, estaban ávidos de ser tomados en cuenta y de sentir a su lado a su guía espiritual. Francisco se dejó querer; él conoce a los pueblos latinoamericanos y sus gentes, finalmente es uno de ellos, y les habló de cosas importantes: de sus luchas, de sus necesidades, de las injusticias y la explotación.

Durante su visita, el papa Francisco les dio una triada de objetivos:

1.- La economía debe servir a la humanidad, no sólo a unos cuantos.
2.- Deberán seguir luchando por la paz y la justicia.
3.- Deben continuar defendiendo a la madre tierra, la que todo nos da.

Ojalá y el papa  Francisco esté siempre cerca de los más necesitados, no sólo para darles calma y sosiego, sino para fortalecerlos en sus luchas