Arqueología Mexicana

Rufino Rodríguez Garza.


Dedicado a la memoria del Ingeniero Carlos Herrera Pérez.

En el mes de abril del año 2015, la editorial Raíces y el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) tuvieron a bien publicar un número especial, (61) con el título de: El Arte Rupestre en México, en donde la doctora María del Pilar Casado, alta funcionaria del INAH comparte un largo ensayo de 90 páginas, con buenas ilustraciones y apoyada con una enorme cantidad de dibujos en las que trata de este apasionante tema. La interesante revista Arqueología Mexicana apareció hace poco más de 22 años, con una periodicidad bimensual, siempre muy puntual.

Cual más o cual menos de sus números ordinarios o especiales son de una sorprendente calidad que la ha llevado a ganar algunos importantes premios tanto nacionales como internacionales.

La doctora Casado en alguna de las dos conferencias magistrales que he tenido oportunidad de escuchar, una en Casas Grandes, Chihuahua, y la más reciente en noviembre, en el puerto de Tampico, presenta una gráfica sobre el arte rupestre en México en la que pone números y destaca en su intervención el lugar que ocupa cada uno de los estados de la república según la cantidad de pinturas, petroglifos y geoglifos que cada entidad tiene registrados por el INAH.

Coahuila ocupa un honroso tercer lugar inmediatamente después de Baja California y Nuevo León. No porque Nuevo León tenga más sitios con arte rupestre que Coahuila, sino que en Nuevo León han hecho la tarea y han levantado el censo correspondiente, además de cuentar con la mayoría de los registros que le dan el segundo lugar nacional.

California es la región con más sitios registrados y cuenta con localidades con petroglifos pero lo que destaca son sus pinturas observadas desde el siglo XIX, y con el mayor número de ensayos, reseñas y libros que hacen de Baja California un espacio de interés internacional. Los motivos multicolores, la fauna representada, los grandes chamanes conforman un estilo propio llamado “Gran Mural”.

El segundo lugar lo tiene Nuevo León. sabemos, porque un servidor, aparte de recorrer el estado de Coahuila, también he incursionado en algunos sitios del estado de Nuevo León que si bien cuenta con muchos y muy buenos lugares con pinturas y/o grabados, todos sabemos que el nuestro, Coahuila, conserva más lomas, cañadas, sierras, abrigos rocosos o cuevas con manifestaciones gráfico rupestres. ¿Por qué entonces se ubica a Coahuila en tercer lugar?

Por la sencilla razón de que las autoridades oficiales del INAH, han hecho más registros en Nuevo León, siendo que en Coahuila se ha puesto poco o nula atención a la documentación de sitios y zonas arqueológicas. Con todo sabemos que nuestro estado es una potencia que bien merece el segundo lugar de la tabla que presenta la doctora María del Pilar Casado.

El índice de la revista nos arroja un total de 14 secciones que van desde una introducción, una historia gráfica, la tematización en figuras humanas, fauna y geométricas, para cerrar con la regionalización de la república en Baja California, Norte, Centro, Occidente y Sureste.

148 ilustraciones para el amplio texto repartidas en 90 páginas. Las ilustraciones van desde fotografía en su mayoría, mapas de localización regional en la república y los dibujos sacados de las fotos tomadas en los múltiples sitios de México.

Los dibujos se aplican en los casos de la tematización o en el caso de que la figura o motivo esté muy erosionado y en la foto no captaría los detalles. Cuando se está en un lugar con arte rupestre, se puede tomar la imagen, usar la escala, relacionar con el entorno el paisaje o intuir cuando el dibujo se ha borrado o se ha cubierto por sarro en el caso de pinturas o de liquen en el de los grabados. Sobre todo los que ven hacía el norte pues en el desierto las vacas, con esta orientación es la parte más “húmeda” que permite la creación del liquen.

En el caso de los estados del norte que abarcan Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, los mapas de la citada revista no corresponden con las ubicaciones señaladas; y sabemos también que por seguridad no hay que declarar con exactitud los sitios, pero en el caso de la revista pone por ejemplo: Cañada del Marrón en el norte geográfico, cuando el sitio se ubica en la parte sur del estado de Nuevo León

También un sitio tan importante como Chiquihuitillos no se señala en el plano general de la página 38. En ese plano aparece Coahuila con tres sitios: “El altar de los indios” en los limites de Durango y Coahuila; otro en el arroyo “El Pato” y “Narigua I”... que yo sepa no hay un Narigua uno, dos o tres.

En la página 48 y 49 se inserta el hermoso calendario lunar, tan estudiado por William Breen Murray, de “Presa de la Mula” y lo ubica en Coahuila, cuando corres- ponde a Nuevo León al municipio de Mina.

El Cerro Bola del municipio de Ramos Arizpe fue registrado por Aveleyra en los años ochenta del siglo pasado y es lo que conocemos “El altar de los cuchillos” donde fueron grabadas 43 navajas finamente talla- das en las rocas, ahora en una propiedad de “El Bronco”, Jaime Rodríguez Calderón, próximo gober- nador de Nuevo León, el que cercó, emparejó, construyó, metió riego y porque no decirlo, fastidió muchas rocas con grabados.

Y hablando de gober-nadores, el de Coahuila Rubén Moreira no se expresó muy bien de la revista, pues en sus palabras les faltaron lugares importantes como San Vicente, Mesa de Catujanos y El Junco; sólo por poner unos ejemplos.

Sabemos que en una revista no se puede poner o señalar la totalidad de los sitios, pero en el norte de la república se en- cuentran los estados con más lugares de manifes- taciones gráficas-rupes- tres. Bien valdría la pena por ejemplo unas fotos de geoglifos y de los chama- nes de Zaragoza.

Por último felicitar al personal de la revista Arqueología Mexicana por dedicar un número especial al arte rupestre y que le haya dedicado unas páginas al norte de México.

rufino.rupestre@gmail.com