Democracia sin demócratas, candidatos malos y partidos pésimos

Jorge Arturo Estrada García.

Se requiere tomar el control. Muchas gene-raciones de mexicanos construyeron con sangre, sudor y cárcel, la democracia a la que hoy tenemos acceso. Es criminal no hacer uso de ella. A través de la participación ciudadana se puede sacar del poder a los mentirosos, corruptos, mediocres y vividores. Merecemos mejores colonias, barrios y ciudades. Y por supuesto, un mejor país.

Ha llegado el momento de reclamar progreso efectivo. Son siglos de rezagos y desperdicios enormes de tiempo y de recursos. De generaciones perdidas, de miseria y penurias. Exijamos mejor calidad de vida, seguridad y prosperidad para nuestras familias.

El proceso electoral que recién culmina, deja varias lecciones para los diversos sectores de la población. Primero, muestra que los brotes de expresión ciudadana ya son imposibles de ignorar. El desprestigio de la clase política y sus partidos es enorme. Y no hay confianza en las autoridades de todos los niveles. Los escenarios políticos y sociales se modifican a velocidad vertiginosa.

Los ciudadanos debemos involucrarnos más. Debemos participar y ser vigilantes en la toma de decisiones de nuestras autoridades y el impacto en nuestras vidas. Ya tenemos medios de comunicación y canales propios, en las manos, para hacerlo. Hay que señalar y expulsar a incapaces y a los corruptos. Las excusas, mentiras, los derroches y los resultados maquillados son intolerables.

El resto del mundo progresa, sus sociedades se desarrollan, se crean buenos empleos, no sólo de operarios regularmente remunerados. La calidad de vida, de la educación, los salarios y la seguridad producen sociedades armónicas, con desarrollo social.

El siglo XXI ofrece nuevas oportunidades, hay que tomarlas. Ahora podemos mantenernos comunicados, construir redes, informarnos, investigar, opinar, comprender mejor y actuar. Con las generaciones más educadas de la historia de México y Coahuila, hay que aprovechar las coyunturas. Sacudirnos la apatía y despertar como ciudadanos. Hay que presionar a las autoridades y a sus funcionarios.

Ellos ya no merecen confianza ciega, la perdieron con sus malas actuaciones y resultados. A través de la historia, hemos visto cómo nos han llevado de crisis en crisis, con devaluaciones, descalabros presupuestales e infinidad de pretextos por el pésimo despeño.

Requerimos tomar el control de nuestras autoridades. Recordarles que ellos son los servidores y nosotros los patrones. Podemos iniciar con funcionarios y autoridades locales. Nuestros funcionarios se despachan con sueldos enormes y con resultados pésimos. Siempre son los mismos, saltando como trapecistas, como chapulines, de cargo en cargo. Tanto en el PRI como en el PAN.

Hay que reflexionar, unirnos y decidirnos a participar; a tomar decisiones en lugar de que otros decidan por ti. Tenemos que exigir educación de calidad, desde la básica hasta la universitaria. Ciudades seguras con policías suficientes, proyec- tos estratégicos de desarrollo y transparencia presupuestal.

La raza paga, la raza manda. Este fue el slogan con el que el bronco encendió a casi un millón de neoleonenses y sacudió al PRI y al PAN. Y a la clase política completa. Con su actitud gene- ró rápidamente liderazgo aplastó a candidatos de “dedazo”, anodinos, tibios, impreparados y frívolos.

No hay que engañarse. Las cosas ya no son lo que eran. Hay que saber leer las señales en el cielo. El mundo es otro. Estamos en el siglo21 no podemos razonar como en el siglo pasado.

Nuevo León puso la muestra. Los nuevoleonenses se sacudieron a la partidocracia en una jornada electoral del siglo XXI, los ciudadanos rompieron inercias y maquinarias. Ni siquiera necesitaron cifras enormes de votantes. Bastó una afluencia de alrededor del 60 por ciento de personas libres ante las urnas. No se rompieron récords, se rompieron inercias.

No sabemos cómo gobernará Jaime Heliodoro Calderón, El Bronco. Para algunos es un personaje cuestionable. Con un pasado tórrido en algunos pasajes. Le será difícil cumplir las expectativas y sortear los enemigos que hizo para llegar a la victoria. Como candidato resultó excelente. Lo demás, ya veremos y diremos. Por lo pronto ya hizo historia.

Pasado el 7 de junio, en Coahuila se abre extraoficialmente la sucesión gubernamental. Los calefactos ya están perfilados. Arranca el proceso, a casi dos años de la elección, por el Palacio Rosa. Ha llegado la hora de mover las piezas.

Dentro del PRI y el PAN ya se revelaron sus preferencias. Los grupos en poder ya tienen sus candidatos. Miguel Riquelme y Armando Luna son los proyectos del tricolor. Sin descartar a David Aguillón y a Verónica. Aunque entre los “forasteros” intentan colarse a la recta final Jericó Abramo Masso y Javier Guerrero.

La mini-maquinita panista, entrará en pugna: Memo Anaya, Luis Fernando Salazar e Isidro López ya persiguen la candidatura.

Jericó Abramo ya está instalado en la carrera. Corre en uno de los carriles externos. El fuego amigo que hizo descarrilar a Enrique Martínez y Morales, no se hizo presente en esta ocasión. Enriquito, no se ha recuperado de esa. Sólo podrá aspirar a la alcaldía, pero requiere trabajar con talento, y olvidarse de inercias y recetas caducas.

Armando Luna también apunta para Plan B y se coloca de puntero hacia la alcaldía de Saltillo. Hilda Flores nunca tuvo posibilidades, pero no pierdan de vista a la nueva dirigente del PRI, Verónica Martínez, las circunstancias mandan a la alcaldía de Torreón o hasta la candidatura al Palacio Rosa se abren para ella. Nada está escrito.

El PAN de Coahuila obtuvo otra estrepitosa derrota. Bernardo González, no da una. Tanto Memo Anaya, como Jorge Zermeño, el propio Bernardo, Carlos Orta, Isidro López y Rosendo Villarreal han dejado al panismo de la entidad en ruinas. Lo mejor que podrían hacer es retirarse a sus negocios privados.

Con pocos votos libres y lleno de ciudadanos apáticos, Coahuila se convierte en el estado más priísta del país. La entidad está sin líderes ciudadanos. Sólo tenemos una enorme burocracia y dedocracia. Infinidad de chambistas, que se ganan las oportunidades halagando a sus jefes. Esto aplica entre tricolores y blanquiazules.

Como siempre, los procesos dejan lecciones y actualizan percepciones. Parametría presenta un análisis detallado de la preferencia electoral en Nuevo León: El PAN en contraste del PRI es fuerte entre los votantes con mayor escolaridad. El 26 por ciento de los electores con preparatoria, y el 27 por ciento con universidad lo escogieron. En cuanto a la edad, 24 por ciento de 56 años o más votó por el blanquiazul, y el 23 por ciento de los electores que tienen entre 46 y 55 años.

Jaime “El Bronco” tuvo mayor preferencia electoral entre los hombres, jóvenes, personas con más escolaridad, independientes y simpatizantes de Morena y perredistas. En tanto, Ivonne Álvarez cuenta mayores porcentajes entre el electorado de sexo femenino, las personas con mayor edad, poca escolaridad y con priistas.

Otro factor interesante es que las campañas adquieren unas vías nuevas. Las redes ya son amplísimas. “El Bronco” ganó sin tele y sin partido.

Todavía tenemos una democracia sin demócratas. Padecemos candidatos malos y partidos pésimos. Ciudades, estados y México entero están emproblemados con inseguridad y crisis económica. Hubo voto de castigo a la clase política. Aunque prevalecieron los ciudadanos apáticos, que no comprenden lo malo que es dejar que la clase política se despache con la cuchara grande. Son cínicos, al pedir el voto deberían pedir perdón.

Los empresarios laguneros ya quieren copiar el modelo de candidatos independientes. La IP de Nuevo León ofrece cuadros para el nuevo gobierno.

Isidro López se enfila la mitad de su período con el arreglo de dos calles, como máximas obras. Trabajos lentos y mal hechos. Tienen tantos desperfectos, que si los hubieran hecho en su casa su esposa lo estaría regañando y no le recibiría la obra como terminada. Él insiste con su docena de centros comunitarios; y los controvertidos planes para comprar arroyos carísimos a sus cuates; entregar contratos a empresas fantasmas para renovar el alumbrado; y aplicar foto multas, en un negociazo millonario gestionado en lo oscurito.

Miguel Riquelme tampoco despunta, Javier Guerrero está muy lejos y Jericó Abramo Masso no trae nada bajo el guante.

Las circunstancias se van conformando inéditas. Algunos señalan que es el principio del fin de un sistema político que degeneró en partidocracia abusiva, nefasta e insaciable. Las redes crecen en forma exponencial. Ya vivimos en dos mundos. Para muchos, ambos ya convergen, el virtual con el real. Para las mentalidades más viejas los avances los dejan muy atrás.

La comunicación social, la dinámica de informarnos y formar opinión han cambiado. Los puntos de encuentro son virtuales en formas muy amplias. Las guerras de troles reflejan las mentalidades de conceptos obsoletos. El ansia por el control en las redes se vuelve fútil. No hay control de daños posible.

En las redes se generan desprestigios enormes. Los tramposos son exhibidos. Los “come lonches” son delatados y despreciados. Para algunos actores políticos, estos ataques y estos momentos de ataques con “trolles” son instantes de felicidad. Lo cierto es que están generando mayor desprestigio hacia sus proyectos y/o personas.

Adaptarse o morir. Viejo adagio que está más vigente que nunca. Las formas están rebasadas. Sólo los fondos persisten. Pero hay que cambiar los principios de cómo comunicarnos. Las campañas adquieren unas vías nuevas. Las redes ya son amplísimas.

Muchos medios tradicionales cargan con desprestigios enormes, luego de años de fragorosas batallas. Los políticos y sus partidos ya son sinónimos de corrupción, incapacidad, y nada dignos de confianza.

“El Bronco” ganó no sólo sin un partido político sino también sin televisión. Ivonne Álvarez y Felipe de Jesús Cantú tuvieron tres mil spots de televisión y ocho mil de radio cada uno. “El Bronco”, tuvo sólo tres spots de televisión y 20 de radio.

Así, vemos como los nuevos liderazgos se consolidarán en las redes. La personalidad e integridad de las personas y los proyectos, pesarán más que las promesas y propuestas.

A Andrés Manuel le gusta llenar plazas, a mí me gusta llenar las redes, señala contundente, Jaime Heliodoro Rodríguez.

60 kilómetros separan a Saltillo de Monterrey, pero la distancia real parece de 50 años. la distancia entre ambas entidades se mide en décadas de rezagos.

Es muy relevante comprender las circunstancias. Convivimos los ciudadanos con mentalidades del siglo XX, con los del siglo XXI. Dos mundos. La forma de comunicarnos está en evolución permanente. En NL las televisoras se convirtieron en los villanos de la película.

En Coahuila, el gobernador Rubén Moreira se fortalece y se distingue entre sus pares gobernadores, las victorias del PRI evidencian aun más las debilidades de la oposición. El presidente Enrique Peña Nieto obtiene una valioso tanque de oxígeno, que también lo fortalece.

Es indudable que en Coahuila el PRI y el PAN están divididos. Y que a medida que se acerquen las fechas electorales, las pugnas se recrudecerán. Es momento, que ya cruzan los cielos algunos misiles con “fuego amigo”, dentro de los dos partidos.

La clase política que se construyó en esta última década no parece dispuesta a dejar el poder. Los enterados, dicen que no será fácil desplazarlos. Traen recursos, disciplina, organización, trabajo y motivación. Así los entrega David Aguillón. Van a defender cada una de sus posiciones. Las rayas están pintadas y los bandos definidos.

Reiteramos, la política es de circunstancias. Quien las comprenda mejor, quien sepa interpretar las señales en el cielo, tendrá posibilidades. Las condiciones políticas del Coahuila contemporáneo, el clima social y la revolución en las comunicaciones del siglo 21 serán decisivas. Quien logre aprovecharlas en su favor sería imparable. Aunque en nuestra entidad no hay líderes emergentes. Mucho menos un Bronco a la vista.

jjjeee_04@yahoo.com