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el periodico de saltillo
Junio 2015
Edición No. 316


Que tu mano izquierda no sepa...


Fidencio Treviño Maldonado.

--No andes con pandero y clarines dando dádivas a los pobres.
--Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha.
Metáforas dichas hace 2 000 años,  por aquel humilde carpintero de Nazareth. La pobreza y miserable soberbia que cobija a muchos clubes de servicio, a funcionarios de la clase gobernante, a algunos conductores de los distintos medios y otras dependencias que ante las desgracias de nuestros h ermanos se visten de benefactores con ayuda para que “Por mientras” salgan de un apuro, es de dar lástima   lo que hacen estos individuos protagonistas que se creen filántropos y no llegan ni a ser seudo piadosos .

De vergüenza ha sido lo que hacen saliendo en prensa, sonriendo en la tele, en la radio los y las señoras, que luciendo su mejor sonrisa y vestimenta se pavonean ayudando con lo que la verdadera gente, la que no tiene rostro pero si sentimiento y ayuda sin interés, regaló a estos hermanos damnificados, en el caso de algunas inundaciones, terremotos y en lo más reciente en Coahuila con un tornado que azotó una colonia de Acuña. 

Aquel famoso FODEM (Fondo para contingencias y desastres) cuyo desastre fue peor que miles de huracanes, tornados, tsunamis, ciclones y terremotos, ya que entre algunos políticos corruptos se quedaron con el dinero y no hubo ni habrá castigo por está desviación de dinero y que cuando hubo por algo de lana, el estilo de esta dependencia fue como de costumbre  que llegaba el dinero para reconstrucción, pero a cuenta gotas y con dos o tres años de retardo, !esto cuando llegaba!, el mismo estilo de jugar con el hambre y la miseria en el paradigma de la corrupción galopante que inunda el 99.9999 de todas las dependencias de nuestra clase gobernante, y también nuestros gobernantes se benefician cuando existe alguna tragedia como siguen sucediendo en el país, en donde ni se previene mucho menos se remedia.

Desde hace años  y como recuerdo y parte de la historia, están primero aquellos terremotos de 1956 y 1986 en la ciudad de México, en donde el número de víctimas, como dijo un funcionario -es lo de menos-, lo que cuenta es la magnitud y el recurso que de él queda. ¿Cuántos funcionarios  se beneficiaron con este cataclismo? Cientos; y como paradoja canalla y malévola, a muchos gobernantes les conviene que existan desgracias en sus feudos para con los recursos beneficiarse... Si no lo cree amable lector, sólo pregunte a los damnificados de algún desastre en cualquier lugar de nuestro país y estará la lacerante verdad tangible que permanece como insoluta propuesta en estas dependencias, la nulidad, la indiferencia, la dejadez y sobre todo la indolencia de nuestras autoridades a cualquier nivel.

Sí es verdad, llega el presidente de la nación en turno, la cadenas y un ramillete de micrófonos le sigue y se da la noticia a nivel nacional, él presidente se moja y enloda los zapatos, y según la tragedia se pone casco y  en un foro improvisado habla y hace llorar (más  aun) a los damnificados con las palabras de solidaridad, de amistad, de angustia, de dolor, con la consabida promesa de ayudar ... Pero él se va y los que se quedan como dice la canción -Se quedan llorando- sólo los funcionarios frotándose las manos y es cuando los “Bondadosos” juntan alimentos, cobijas, pañales, agua embotellada, etc.  y después a tomarse la foto y hacer propaganda, son ellos los salvadores de la patria y los que saben de tragedias, los que quitan el hambre, etc.
 
   Le preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta ¿qué era o significaba el dar? y con la humildad que le caracterizaba la Santa Madre respondió: -Dar todo.

   ...uta... como está cabrón hacer eso en estos tiempos de glamur...

kinotre@hotmail.com

 
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