Nada nuevo en nuestra desencantada democracia: Ganó el abstencionismo

Jesús M. Moreno Mejía.

Definitivo, el abstencionismo fue el triunfador absoluto en la jornada electoral del 7 de junio en Coahuila, superando los pronósticos de la mayoría de los analistas políticos, pues se creía que acudiría a votar un 56 por ciento de la ciudadanía comprendida en la lista nominal, pero finalmente sólo sufragó poco más de un 40 por ciento.

Por lo tanto, en números redondos, fue un 60 por ciento de coahuilenses los que no acudieron a las casillas establecidas en cada uno de los siete distritos, constituyendo el abstencionismo una absoluta mayoría en los resultados electorales.

Desde luego que hubo ganadores en la desangelada contienda electoral. Fueron los siete candidatos a diputados federales de la coalición PRI-Verde Ecologista, tal como lo tenían previsto los operadores políticos del Revolucionario Institucional, pues contaron con el “voto duro” del PRI, mismo que han sabido mantener preparado para cada contienda electoral.

Por lo tanto, no hay nada nuevo bajo el sol político en nuestra entidad, pues sigue siendo el partido de los Moreira el que controla los procesos electorales. Pero tampoco hay novedad alguna en el vecino estado de Durango, donde el triunfo priísta se dio en sus cuatro distritos electorales, donde hubo una abstención todavía mayor que la de Coahuila.

En cambio en Nuevo León si hubo novedades en la elección de gobernador, pues el candidato independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco” se impuso a los aspirantes de los partidos mayoritarios de esa entidad, PRI y PAN. La votación del ganador fue favorecida por alrededor de un 50 por ciento de los sufragantes neoloneses.

El triunfo de “El Bronco” abre la posibilidad de que los candidatos independientes sean los ganadores en los comicios electorales del futuro, siempre y cuando el INE no le cierre esa posibilidad dentro de la voluble democracia mexicana, como ha ocurrido con las figuras del plebiscito, el referéndum y la revocación de mandato.

Son acertados los comentarios del compañero Ramón Betancourt respecto a los resultados preliminares de la jornada del domingo, motivo por el cual transcribo una parte de su columna “Café Político”:

“El PAN no supo, no pudo o de plano no quiso motivar a la sociedad a que saliera a votar (obvio es que refiriéndose a sus candidatos). La gente está harta y desencantada con el sistema político mexicano (sobre todo con los partidos) y por ello prefirió quedarse en casa”.

“El voto de castigo subjetivo fue no acudir la gente a sufragar, como rechazo total al sistema de partidos, a los candidatos, a los pésimos gobiernos del PRI, del PAN del PRD, y de la corrupción e impunidad operantes en todo el país”.

En el distrito 6, donde se esperaba que el Partido Acción Nacional diera la sorpresa y ganara su candidato, acudió a sufragar el 47 por ciento de los ciudadanos de ese sector, y por tanto el abstencionismo fue por el orden del 53 por ciento. El candidato de la coalición PRI-Verde (Cuco Sandoval) ganó con 53,153 votos (38.58 %), mientras que el candidato del PAN (Jorge Zermeño) obtuvo 49,000 votos (36.83 %), o sea por una diferencia del 1.79 por ciento, si bien debemos aclarar que no son los números definitivos pues son los que tuvimos a la mano al redactar este artículo.

El hecho es que fueron, como se preveía, unas elecciones desairadas, y por ello el presidente del comité municipal del PRI en Torreón, Shamir Fernández, declaró al término de la jornada electoral que había ganado el abstencionismo, en tanto que su par del PAN, José Ignacio García, afirmó: “La ciudadanía nos quedó a deber”.

Finalmente comentaremos que en el vecino estado de Durango el abstencionismo fue todavía mayor que en Coahuila, estimado en un 62 por ciento con base a la lista nominal de esa entidad. Lo anterior como una mera información y no como conformidad para los coahuilenses.

Un mejor comentario a todo lo anterior, seguramente usted lo tiene, estimado lector, y lo agradeceré si lo envía al correo electrónico: jesusmaximo@gmail.com con el indicativo: Comentario al abstencionismo.

¡Hasta la próxima!