Tlatelolco, !mátalos en caliente!
Fidencio Treviño Maldonado.
Demetrio Beltrán Castro, de veinte años, cursaba 2o, de arquitectura, al movimiento estudiantil del 68 él lo veía con cierto esteticismo y, hasta molestia porque
interrumpía sus estudios. La tarde del dos de octubre se cito con un compañero de nombre, Carlos Manuel Ontiveros, de su misma edad y también del Poli en arquitectura, la reunión tendría como único fin ver unos planos que el profesor, Benjamín Arguelles, les había recomendado como tarea.
El tumulto y la curiosidad llevo a Demetrio y a Carlos hacia la unidad habitacional de los edificios Sonora , Chihuahua, Coahuila y otros edificios que componían la plaza de las tres culturas Tlatelolco. Mientras los lideres del movimiento estudiantil y los oradores echaban las voces al viento, abajo en la hidra de mil cabezas los dos jóvenes estudiantes trataban de descifrar las líneas y figuras geométricas del plano que tenían en sus manos. La manifestación, entre porras y mentadas de madre al gobierno transcurría. La tarde noche languidecía, los concurrentes se dispersaban, la euforia descansaba. La bengala surco el cielo, esfumándose en luces multicolores en el espacio, la fiesta de la ya próxima Olimpiada del 68 y para el gobierno y el pueblo la difusión de esta competencia mundial se celebraba con y por cualquier motivo. Ahora las bengalas no eran al aire, no, el cielo escupía plomo, bronce y acero, estudiantes y curiosos corrían, todos los carriles estaban ocupados, el concreto de las calles y frías lozas de las banquetas pronto quedaron tapizadas con las cicatrices de los proyectiles que no alcanzaban su objetivo, sin embargo la sangre que ya jugaba su papel, hacia más penosa la huida de los que aun podían correr.
Demetrio ya no supo de su compañero Carlos, esa fue la última vez que lo vio y el papel amarillento que usarían como material didáctico en la desbandada desapareció. Algo pesado le prohibía a Demetrio moverse, no sentía su pierna derecha y su pie nadaba en su propio zapato en un liquido, cálido y viscoso. Cuando al fin logro recargarse en la rugosa pared, deteniéndose con su espalda y bambaleando en su pierna izquierda, su postura no duro mucho y al fin fue vencido y cayó al frío y sucio piso, su mente estaba lucida y ante si pasaron cientos de figuras fantasmagóricas perseguidas por su sombras, aun se escuchaba el trepidante sonido de los disparos. De pronto ruidos aislados de tiros, secos y distantes, que cada vez estaban más cerca de donde él yacía. Lustrosas botas y gente con tenis a paso veloz, casi le rozan el rostro adherido al dolor , impotencia y a la mugrienta y fría losa que funcionaba como banqueta, alcanzo a oír -- ¿ Y este comandante , como lo ve? , la respuesta fue un seco balazo que aun resuena en los oídos de Demetrio, los asesinos seguían rematando a moribundos heridos , fueran estudiantes o no, cuyo único pecado o error fue protestar, en lugar, tiempo , gobierno y país equivocado. Demetrio tuvo suerte porque fue recogido en un camión en donde trasportaban a los heridos, otros tuvieron el infortunio ser llevados moribundos en varios camiones ¨De los muertos ¨ y aun a la fecha no se sabe de ellos., el caso de Carlos M. Ontiveros. En una paupérrima clínica de Xochimilco Demetrio fue encontrado por unos familiares el día 5 de octubre, a su lado otros jóvenes y una chica que tenía de muerta varias horas, mientras otro joven de la edad de Demetrio aun tenía una bala sin extraer en el abdomen y su lamento era una letanía.
Demetrio perdió su pierna derecha, pero salvo la vida, ahora vive en Austin Tx. y a sus 67 años aun es un excelente arquitecto, con una prótesis camina bastante bien y cada 2 de octubre porta un moño negro en su hombro derecho con el nombre de su amigo Carlos
La parte oficial o parte de guerra ¿ Cuál ..? dice que hubo 367 muertos, la prensa libre de ese entonces dijo que fueron más de 600. El "Mátalos en caliente " dado por el dictador Porfirio Díaz Mori, al gobernador de Veracruz hace más de un siglo, para apaciguar a un grupo de "revoltosos" sigue vigente y, esta convertido en paradigma del poder, al asesinato de Madero, le siguieron varios rosarios de traiciones, Carranza, Zapata, Pancho Villa, Felipe Ángeles, Belisario Domínguez, Rubén Jaramillo, Aguas Blancas Gro. ,Colosio, Acteal, Chiapas, Ayotzinapa, Gro., todos fueron blanco de fusiles asesinos con una sólo consigna --Mátalos en caliente ,..Pa´que se apacigüen y aprendan..
kinotre@hotmail.com |