Los padres invierten más en
Educación que el gobierno
“La educación es la herencia más valiosa que los padres pueden dejar a sus hijos”.
Philip S. Chesterfield. |
Jesús M. Moreno Mejía.
“Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado (Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios), impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior (En el entendido de que los tres primeros niveles conforman la educación básica)”, señala inicialmente el Art. 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, añadiendo en otro párrafo: “Toda la educación que el Estado imparta será gratuita”.
Los padres de familia, sin embargo, se ven obligados hacer un esfuerzo mayor en la distribución de su dinero, pues no basta con que la Carta Magna señale que la educación es gratuita, tienen que invertir en gastos (algunos de ellos innecesarios) escolares, que no siempre están a su alcance, tales como la compra de uniformes y accesorios de la ropa que requieren sus hijos (chaleco o chamarra especiales, zapatos, tenis, calcetas), útiles escolares, cooperación para artículos de limpieza, pago del conserje.
Lo anterior también tienen que considerarlo los padres de familia que inscriben a sus hijos en colegios particulares, salvo en lo relativo a la cooperación para la limpieza y pago de intendencia, pues está incluido en la inscripción y cuota mensual, pero se agregan otros gastos tales como el servicio de transporte escolar y festejos especiales (los que también figuran en los desembolsos extraordinarios de aquellos papás que tienen a sus hijos en escuela pública.
Todo lo anterior (dirán nuestros amables lectores) es de sobra conocido, pero en seguida nos referiremos a los interesantes datos que arroja un estudio de la Asociación “Mexicanos Primero”, que en un comparativo hecho entre la educación oficial y privada se asegura que el gasto en educación académica privada supera a lo aportado por el Estado.
La confrontación se hizo entre 1990 y 2012, revelando que en esos 22 años los padres de familia han aumentado el gasto para la educación de sus hijos, superando en mucho el dinero que aportan los gobiernos estatales a la educación pública, tomando como base las cifras oficiales de la Secretaría de Educación Pública.
El estudio en referencia, denominado “Malgasto Educativo”, elaborado por la mencionada asociación “Mexicanos Primero”, muestra que en esas dos décadas se ha incrementado al doble el gasto que hacen los padres en la instrucción académica de sus hijos en colegios particulares, debido a la mala educación en escuelas públicas, con sus honrosas excepciones.
En seguida algunos datos del mencionado estudio: En 1990, se invirtieron 300 millones de pesos en educación, de los cuales el gobierno federal destinó 199 millones de pesos; los estados designaron en promedio 60 millones de pesos; los padres de familia sufragaron 30 millones de pesos, y apenas 11 millones de pesos destinaron los municipios.
Sin embargo, para 1997 los gobiernos estatales aplicaron la misma cantidad que gastaron los pater familia, que en un desglose total arrojaron las cantidades siguientes: De 500 millones de pesos invertidos en educación, 320 millones destinó el gobierno federal, los estados aportaron 85 millones, mientras que los papás tuvieron que desembolsar la misma cantidad que los estados y apenas 10 millones las administraciones municipales.
A partir de ese año en que los gobiernos estatales y los padres de familia igualaron las cantidades invertidas en educación, el aporte particular se fue incrementando, al grado de que para el año 2001 los atribulados jefes de familia duplicaban el gasto que hicieron los estados. En los siguientes años (2002, 2003 y 2004), el gasto que los papás hicieron se triplicó en relación con la inversión de los estados.
Según el análisis que elaboró “Mexicanos Primero”, la aportación de las cuotas que hicieron los padres de familia en 2007, 2008 y 2009 el desembolso de ellos volvió a ser mayor que la inversión de los estados; tendencia que se mantuvo en los años siguientes (2010, 2011 y 2012).
En el último año mencionado de los mil millones de pesos destinados a educación, el gobierno federal invirtió 600 millones de pesos, los estados 130 millones, los padres de familia 200 millones y los municipios 70 millones.
Lo anterior muestra que los pater familia gastan más en colegiaturas que las aportaciones de los estados para ofrecer una educación pública con más calidad, porque se confían en lo que les destina la Federación.
Ahora bien, con la descentralización de la educación básica, el gobierno federal entregó a los estados la dirección de las escuelas en las cuales la SEP prestaba servicios en los distintos niveles educativos. Ello requirió un esquema diferente de financiamiento, por lo que se crearon nuevas partidas presupuestales.
Ejemplo de ello fue el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB), a través de la cual la Federación transfirió miles de millones a los gobiernos estatales para los gastos educativos.
De ese fondo, 90 % se usó para pagar la nómina magisterial y cubrir las demandas financieras resultantes de la negociación con el SNTE.
Sin embargo, debido a que la Auditoría Superior de la Federación detectó desvíos y malos manejos en dicho fondo, se hicieron ajustes legales para que la SEP cubra de manera la nómina de los maestros y los estados no malgasten esos recursos (No obstante, siguen existiendo maniobras político-sindicales, tales como el pago de maestros que no dan clase, pero que en este artículo no vamos desentrañar).
Y usted, señor padre de familia: ¿Qué opina de todo lo anterior? ¿Será cierto que la educación en México es gratuita? Ya sea en escuelas públicas o privadas.
¡Hasta la próxima!
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