El intríngulis o acción solapada
en nuestra política a partir de 1977
Las reformas políticas de nuestra Constitución, han sido desde 1977 la ponzoña que envenenó a la oposición; desde entonces el PAN se dislocó trastocando los umbrales de las complicidades con el PRI/Gobierno. Hace 38 años se requirió de la inteligencia de Jesús Reyes Heroles para envenenar los ideales primigenios del PAN, hoy Acción Nacional ya es adicta al dinero ajeno. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Fue después de las elecciones para la presidencia de la república cuando llegó a Los Pinos José López Portillo quien contendió con nadie, no tuvo contrincante de partido alguno al sufragio por la primera magistratura del país. Jesús Reyes Heroles era el secretario de gobernación y a él, el nuevo presidente, el señor López Portillo le encargó hacer unos ajustes con el fin de hacer –aparentemente- más creíble la política de aplanadora que el PRI ostentaba en cada elección. A Reyes Heroles se le encargó que hiciese cambios en el sistema político con el fin de otorgarle a la oposición, algunas rebanadas del pastel del poder político y de la toma de decisiones de corte trascendental, sin olvidar o dejar de lado ese gozo que deja a quienes gobiernan, el poder disponer discrecionalmente de un presupuesto amplio y un coto de poder e influencia ancho y largo.
Con esta finta del PRI el PAN se dislocó y algunos ideólogos consideraron que no era posible llegar al punto de recibir ayuda pecuniaria del PRI/gobierno, al que el PAN pretendía cambiar; muchos consideraron que era una treta del PRI –como realmente lo era al igual que todas las reformas y cambios constitucionales- para controlar a la oposición. Hace 38 años –en 1977- fue cuando esta jugarreta de Jesús Reyes Heroles, logró amansar a Acción Nacional, aceptándolo en el círculo del poder de una manera torcida, y la lucha que emprendió el PAN desde 1939 quedó envenenada con ciertos ajustes, los que a muchos fundadores de Acción Nacional les incomodó porque desde hace 38 años, vislumbraron lo que hoy está sucediendo de manera procaz cotidianamente.
Los que entendemos el intríngulis de nuestra política lo sabemos, el PAN se vendió por unos platos de lentejas que se tragaron los menos visionarios y los más deshonestos. Hubo gente firme y decente dentro de Acción Nacional que no aceptó dichos cambios y reformas de Jesús Reyes Heroles. Vieron con gran claridad que el PRI/Gobierno, tentó malévolamente con el poder que otorga el gobernar, el dinero e influencias que del poder emanan, a muchos connotados miembros del PAN y por ello decidieron renunciar al partido que ellos habían formado. Como muestra tenemos a dos personajes que renunciaron a compartir el pastel del poder político y pecuniario, manteniéndose al margen del desmoronamiento moral e ideológico del partido que ellos mismos fundaron, me refiero a Luis Calderón Vega y a Efraín González Morfín, dos entre otros muchos, que vislumbraron la conformación de un partido político –el PAN- en un berenjenal en el que los Diego Fernández de Cevallos y los Felipe Calderón abundan.
Así como el país empezó a desmoronarse desde el 1º de diciembre de 1983, así Acción Nacional se travistió de PRI hasta llegar a nuestros días, en los que por más que intenta desmarcarse del gobierno, más se hunde en el lodo de las nuevas complicidades del PRI, el PAN, PANAL, el Verde y el PRD. ¿Qué requiere el PAN para recuperar el prestigio que hace 38 años ostentaba?
Requiere de congruencia con sus ideales primigenios, cosa harto difícil. El sistema político que hoy gobierna carece de ideologías, se nutre de intereses, sean estos partidistas, de grupo o empresariales. Es un hecho que el PRI y el PAN en sus dirigencias, son lo mismo; obedecen a intereses de la oligarquía y la plutocracia que son el factótum que ha imperado durante 33 años en la política nacional. Ya en 1920, hace 95 años, todos los políticos mexicanos, sabían lo que Álvaro Obregón hizo público: “Nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos” y así fue como el dinero, sobre todo el mal habido, se hizo el lubricante más eficaz para sacar adelante los fraudes electorales; lo vimos en 2012 cuando Peña Nieto en campaña electoral sacó una novedad para la compra masiva de votos con las tarjetas de débito de SORIANA y los monederos electrónicos de MONEX. Acción Nacional estuvo 100% de acuerdo con el fraude electoral que encumbró a Peña Nieto, lo hizo en connivencia con el PRI, la oligarquía nacional y las trasnacionales radicadas en México, las que tienen de representantes –presta nombres- a Claudio X. González, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Alonso Ancira, entre otros. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
ah.pd@hotmail.com
|